MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟏𝟎 - 𝐇𝐮𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧

Se acercaba la Navidad y el ambiente estaba lleno de emoción, mientras se colocaban los adornos y se discutían los planes con entusiasmo.

—¡Tenemos que ir de compras! — chilló Pansy mientras se lanzaba sobre mi cama.

—¿Por qué? ¿Para qué? — pregunté preguntándome qué la había entusiasmado tanto mientras me cepillaba el pelo.

—Tenemos una fiesta de Navidad de Slytherin la última noche antes de las vacaciones y es una oportunidad para mostrar nuestros magníficos cuerpos. — Pansy enarcó las cejas y yo solté una risita.

Pansy insistió en elegir los trajes para que me los probara, todos ellos un poco salvajes para mí, pero me estaba divirtiendo tanto modelándolos en los vestuarios de la tienda que decidí dejarme llevar.

—¡Trabaja, chica! Estás preciosa. — silbó Pansy cuando salí con un vestido negro de tirantes bastante corto y con detalles plateados a los lados. Tiré de él consciente de que me sentía como si llevara una pequeña toalla envuelta.

—No sé, es un poco exagerado sólo para una fiesta en la sala común. — dije mirándome en el espejo de cuerpo entero. Aunque no lo dije en voz alta, secretamente pensé que mostraba mi figura bastante bien.

—¡Tonterías, es Navidad! Todo el mundo se disfraza en Navidad. — Pansy dio una palmada y, al final, me decidí por ese vestido y salí de la tienda con el bolso más ligero y la maleta más pesada.

***

La última semana de clases transcurrió con una lentitud dolorosa. Los Slytherins estaban muy entusiasmados con la fiesta de Navidad y se hablaba de DJ, pista de baile y whisky de fuego.

—¿Y Snape está de acuerdo con todo esto? — pregunté mientras Daphne me ponía al día. —Oh, claro que sí, Snape es genial y siempre hace la vista gorda con nosotros los Slytherins. Ya sabes, siempre que no matemos a nadie. — se rió con entusiasmo.

Me di cuenta de que Pansy susurraba furtivamente al oído de Draco muchas veces durante la última semana, me preguntaba qué era lo que le acosaba, pero nunca se lo pregunté. Siempre me sentía incómoda sacando el tema en nuestras conversaciones.

Finalmente, llegó la noche de la fiesta y Pansy, Daphne, Tracey y yo nos estábamos preparando en nuestro dormitorio. Pansy insistió en peinarme y maquillarme y, debo admitirlo, hizo un trabajo magnífico. admiré mis ojos azules brillando tras mis gruesas pestañas negras, mis pómulos realzados con un sutil colorete y mis labios fruncidos con un brillante brillo rosa. Y mi pelo, que siempre se había quedado suelto en la espalda, ahora tenía ondas que dejaban ver mis reflejos naturales, normalmente ocultos, y caía con fuerza sobre mis hombros.

—Vaya. — Tracey silbó.

—¡Los vas a dejar muertos! — chilló Daphne.

—¡Venga nena, vamos de fiesta! — y Pansy lideró la salida de nuestro dormitorio hacia la sala común.