MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟒𝟐 - 𝐄𝐥 𝐭𝐚𝐛ú

Los encontramos. Nos llevó un rato, pero Ron y yo seguimos la luz del iluminador y finalmente encontramos a Harry, que casi se ahogaba en un pequeño estanque. Ron lo había sacado justo a tiempo: Harry llevaba el medallón que lo ahogaba.

Pero había conseguido la espada de Gryffindor y así pudimos destruir un Horrocrux.

Y ahora, estábamos sentados en el piso superior de la casa de Luna Lovegood, charlando con su padre, que nos estaba contando todo sobre las Reliquias de la Muerte.

Pero algo no estaba bien. Xenophilius Lovegood insistía en que Luna acababa de salir a pescar y que volvería en cualquier momento; sin embargo, no parecía haber ni rastro de ella. Y Xenophilius estaba muy nervioso.

Pero cuando Harry descubrió la cama sin dormir de Luna, Xenophilius cedió.

-Se llevaron a mi Luna. - susurró. -Por lo que he estado escribiendo. Se llevaron a mi Luna y no sé dónde está, qué le han hecho. Pero podrían devolvérmela si yo- si yo-.

-¿Entregar a Harry? - terminé por él, sosteniendo el último número de El Quisquilloso, con la cara de Harry en la portada, con las palabras Número Uno Indeseable.

-No hay trato. - dijo Ron con rotundidad. -Quítate de en medio, nos vamos.

Pero Xenophilius  se puso delante de la escalera, bloqueándola con los brazos extendidos.

-Llegarán en cualquier momento. Debo salvar a Luna. No puedo perder a Luna. No debes irte.

-No nos obligues a hacerte daño. -  dijo Harry. -Apártese, señor Lovegood.

-¡HARRY! - gritó Hermione, señalando por la ventana.

Me asomé horrorizada mientras unas figuras con capa negra pasaban volando en escobas. Y lo siguiente que supe fue que Harry había saltado encima de mí, tirándome dolorosamente al suelo, y luego vino una gran explosión colosal. Sentí como si la habitación hubiera volado en pedazos. Sólo fui consciente de una espesa nube blanca de polvo cuando salí volando por los aires antes de caer de nuevo al suelo. Levanté los brazos por encima de la cabeza mientras me llovían los escombros. Apenas podía respirar o ver por el polvo mientras intentaba mirar a mi alrededor para ver qué había causado la explosión.

La puerta de abajo se abrió de golpe.

-¿No te dije que no había necesidad de apresurarse, Travers? - una voz áspera llegó desde abajo. -¿No te dije que este loco estaba desvariando como siempre?

Oí un golpe y un grito que parecía pertenecer a Xenophilius.

-No... no... arriba... ¡Potter!

Este es el fin. pensé. Pero entonces alguien me agarró del hombro y lo siguiente que supe fue que me arrastraban una vez más hacia la oscuridad, antes de aterrizar bruscamente sobre la hierba fría y húmeda.