MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟒𝟓 - 𝐄𝐧 𝐬𝐮 𝐁𝐫𝐚𝐳𝐨

R o s i e

Podía sentir el calor penetrando en mi cara. Abrí lentamente los ojos, parpadeando mientras se adaptaban a la brillante luz del sol.

Mi mente estaba confusa. No sabía dónde estaba ni qué estaba haciendo. Estaba en una habitación que nunca había visto. Había algo brillante y tranquilizador en el entorno.

-Hola, tú. 

La voz familiar hizo que mi corazón cantara. Giré la cabeza sobre la almohada y pensé que debía estar soñando.

Allí estaba él. El chico del pelo blanco y rubio y los ojos grises plateados. Estaba sentado en una silla al lado de la cama y me sonreía con cansancio.

-¡Draco! - jadeé y estiré la mano para tocarlo, asegurándome de que era real.

Hice una mueca de dolor en el brazo. Lo miré y la palabra Sangre sucia me miró de forma grotesca y los recuerdos volvieron en un instante. El horror de todo ello me hizo vomitar. Bellatrix. El dolor. El sótano.

Draco se levantó de inmediato, rodeándome con sus brazos mientras se unía a mí en la cama.

-Está bien, Rosie. Ahora estás a salvo. - murmuró, tumbándose a mi lado y estrechándome entre sus brazos.

Me acurruqué en su pecho, respirando su aroma, agradeciendo la sensación de su cuerpo duro y protector contra el mío. Apreté los ojos mientras las lágrimas brotaban de la nada, aferrándome a él como a un salvavidas.

Permanecimos así durante algún tiempo, escuchando el suave batir de las olas en el mar mientras la luz del sol bailaba sobre nuestros cuerpos entrelazados.

-¿Dónde estamos? - acabé susurrando, rompiendo el apacible silencio.

-La casa de campo del hermano de Weasley: otro pelirrojo y esa francés que estuvo en el torneo de los tres magos.

-¡Oh, la de Bill y Fleur! - sonreí, mirando su rostro fruncido. Sólo podía imaginar lo que habría sido para el orgullo de Draco pedir ayuda a un Weasley. -¿Y los demás...?

-Les dejé una varita. Necesitaban conseguir una espada. Supongo que era importante. - se encogió de hombros. Mi corazón se calentó, estaba tan eternamente agradecida a Draco por todo lo que estaba haciendo por nosotros. Lo estaba arriesgando todo.

-¿Cómo se tomaron que apareciéramos aquí?

-Sospechosos al principio, por supuesto. - una risa seca escapó de sus labios. -Es decir, un mortífago aparece llevándote, inconsciente, en brazos.

Me estremecí ante la imagen, y lo que debió parecerles a Bill y Fleur.

-Ella te apartó de mí y te trajo aquí arriba, mientras el hermano Weasley me interrogaba abajo. - continuó. -No creí que me dejaran volver a verte, pero les dije que no iba a ir a ninguna parte sin asegurarme primero de que estabas bien.