MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟐𝟔 - 𝐘𝐚𝐲𝐨

Me gusta la serpiente de tu tatuaje. 

Me gusta la hiedra azul y la tinta

Yayo

Yes, you

Yayo

***

Draco dio una patada al armario. Temblorosamente, se hundió en el suelo y sollozó. No había querido perderlo así. Y ahora le había mostrado la Marca. No la entendía. ¿No se daba cuenta de que él sólo intentaba protegerla de todo esto? Sin embargo, por más que él intentara alejarla, ella seguía regresando. Así que no le quedaba más remedio. Tenía que saber a quién estaba tratando de ayudar. Tenía que saber que él no era la buena persona que ella seguía insistiendo que era.

Draco cerró los ojos al recordar la mirada de ella cuando le había arrancado la manga de la camisa por el brazo. Estaba horrorizada. No pudo alejarse de él lo suficientemente rápido. Se le saltaron las lágrimas al recordar la forma en que ella había tropezado, tambaleándose sobre los tacones que llevaba puestos mientras corría hacia la puerta. Se había arreglado. Para la fiesta. Para Longbottom.

Ella estaría allí ahora, pensó.

Lentamente, se levantó. Quería ir a verla. Quería ver si estaba bien. Quería disculparse.

Pero.

Pero, ¿No era esto lo que él quería? ¿Que ella le diera la espalda y se fuera?

Caminó hacia la puerta, sus pasos se aceleraron al pensar en la mirada de horror de ella. Pensó en la forma en que ella insistía en que él era una buena persona mientras abría la puerta de un tirón. Ella creía en él. Y, como un tonto, la había rechazado.

Prácticamente estaba corriendo ahora, sin saber del todo en qué dirección tenía que ir.

¡¿Dónde estaba esa maldita fiesta?! De repente se dio cuenta de que debía celebrarse en el despacho de Slughorn, así que se dio la vuelta en el acto y se apresuró a ir en la otra dirección.

A medida que se acercaba al pasillo donde se encontraba el despacho de Slughorn, Draco pudo oír el leve tintineo de las risas y la suave música que sonaba. Redujo la velocidad y se acercó al despacho con cautela, con el corazón latiéndole en el pecho por ir tan deprisa.

La puerta estaba ligeramente entreabierta y la empujó con cuidado para poder ver mejor el interior. El techo y las paredes habían sido cubiertos con colgaduras de color esmeralda, carmesí y oro que daban la impresión de ser una gran carpa. La abarrotada sala estaba bañada por una luz roja. Había gente mezclando y otros bailando. Draco pasó la vista por encima de ellos, tratando desesperadamente de ver al Slytherin de pelo oscuro.