MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟑𝟗 - 𝐖𝐞𝐝𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐁𝐥𝐮𝐞𝐬

La ceremonia era hermosa. Fleur estaba absolutamente impresionante. Todo el mundo parecía estar disfrutando y disfrutando de una alegría que sólo una boda puede crear.

-¿Podría la princesa de Slytherin honrar a un amable Gryffindor y decir que sí a un baile? - Fred se inclinó dramáticamente ante mí.

-¿Suave? - me reí. Estaba sentada sola en una de las pequeñas mesas vestidas de blanco, observando a la gente que giraba y se agitaba en la reluciente pista de baile.

-Puedo ser rudo si eso es lo que prefiere la dama. - sonrió, haciéndome un guiño descarado.

-La suavidad está bien. - dije, golpeando su brazo juguetonamente.

Fred me cogió de la mano y me llevó a la pista de baile.

-Dime. - dijo, rodeando mi cintura con su brazo mientras me hacía girar con gracia al ritmo de la música. -¿Qué es exactamente lo que has planeado con el trío de oro?

-Sabes que no puedo decirlo. - respondí, casi tropezando con mis pies cuando Fred cambió de dirección. -¡Cristo, Fred! ¿A qué vienen esos movimientos de baile tan elegantes?

-Resulta que disfruté aprendiendo esos bailes para el Baile de Yule. Supongo que bailar no es tu fuerte, entonces.

-¡No! Odie el baile. Intenté mantenerme al margen en la medida de lo posible.

-Entonces te bajaré el tono. - Fred sonrió, absteniéndose de volver a girar sobre mí.

Bill y Fleur pasaron por delante de nosotros, tan enamorados, mirándose a los ojos. Sentí una punzada en el corazón y una tristeza familiar me invadió.

-Se ven tan felices. - susurré.

-Sí, es enfermizo, ¿no? - Fred hizo una mueca.

No dije nada. Pensé en Draco y en lo mucho que le echaba de menos. No tenía ni idea de si volvería a verlo.

-¿Estás bien, Rosie? - me di cuenta de que había dejado de moverme. -Mi compañía no es tan mala, ¿verdad?

-Lo siento, Fred. - dije suspirando. -Es que esta guerra. Ya hay muchos muertos y me asusta quién será el siguiente.

Fred me atrajo para abrazarme, besando la parte superior de mi cabeza.

-Lo sé, Rosie. - me abrazó a él durante un momento antes de retirarse y, colocando sus manos sobre mis hombros, me dedicó una sonrisa reconfortante. -Pero el lado bueno es que todavía estoy aquí.

-Seguro que sí. - dije encontrándome con una sonrisa de vuelta.

-Eres un buen amigo, Fred. - añadí. -Gracias por el baile.

-No, gracias a ti, Rosie. El placer fue todo mío. - me besó la mano y, sonriendo, se marchó.

Volví a la mesa donde Harry, disfrazado de primo Weasley, estaba sentado, dando un trago a una botella de cerveza de mantequilla. Tenía un aspecto tan sombrío como el que yo sentía.

-¿Estas bien, Harry? - dije en voz baja, tomando una silla a su lado.

Lanzó un fuerte suspiro y se encogió de hombros. -Acabo de descubrir cosas sobre Dumbledore de las que no tenía ni idea. En los seis años que lo conocí nunca se había molestado en decirme que su familia también había vivido en Godric's Hollow.

Bajó de golpe su cerveza de mantequilla, haciéndome saltar ligeramente. Sabía que la muerte de Dumbledore le había resultado especialmente dura. Habían estado muy unidos.

-Tal vez- tal vez pensó que era demasiado doloroso sacar el tema. - intenté apaciguarlo.

Pero Harry se limitó a burlarse. -Sin embargo, no le importó darme esta tarea. Esta tarea imposible.

Extendí la mano y toqué la suya, así como la de Barny. -Vamos a ayudarte en todo momento, Harry. Nos tienes a nosotros.

Mi corazón se apretó de repente al recordar las palabras que le había dicho a Draco cuando estaba luchando con su propia y terrible tarea. Me tienes a mí. Siempre. Las lágrimas brotaron de mis ojos y traté desesperadamente de parpadearlas.

Harry y yo nos sentamos en un triste silencio, observando a los demás invitados de la boda reír y bailar.

-¿Lo sabías?

Miré a Harry interrogativamente. Él miraba al frente, entre la multitud, arrancando distraídamente la etiqueta de su botella.

-¿Sabías que era un mortífago? - continuó. Draco.

Harry y yo no habíamos hablado de lo que ambos presenciamos aquella noche en la Torre de Astronomía. Había sido demasiado doloroso en ese momento.

-No tuvo elección. - susurré. Realmente no quería hablar de Draco con Harry. Nunca nos pondríamos de acuerdo en nada que tuviera que ver con él.

Un siseo audible escapó de los labios de Harry. Pero no dijo nada.

Por suerte, Hermione había elegido ese momento para acercarse saltando, con su tupida cabellera rebotando detrás de ella.

-Ya no puedo bailar. - jadeó, quitándose uno de los zapatos y frotándose la planta del pie. -Ron ha ido a buscar más cervezas de mantequilla. Es un poco extraño, acabo de ver a Viktor alejándose furiosamente del padre de Luna, parecía que habían estado discutiendo-. -bajó la voz, mirando fijamente a Harry. -Harry, ¿estás bien?

Pero si Harry iba a responderle, nunca lo sabré, porque en ese momento, algo grande y plateado vino cayendo a través del dosel sobre la pista de baile. Parecía ser una especie de gato plateado y aterrizó ligeramente en medio de los asombrados bailarines. Era un patronus. Abrió la boca y habló con una voz fuerte, profunda y lenta que reconocí como la de Kingsley Shacklebolt.

"El Ministerio ha caído. Scrimgeour ha muerto. Ya vienen".

El patronus se desvaneció y, tras un momento de silencio, alguien gritó. Harry, Hermione y yo nos levantamos de un salto y sacamos nuestras varitas.

La gente corría en todas direcciones, y muchos desaparecían. Esto significaba que los encantamientos protectores de la Madriguera se habían roto.

Teníamos que encontrar a Ron y salir de allí. Ahora.

-¡Ron! - Hermione chilló. -¿Ron, dónde estas?

Nos abrimos paso por la pista de baile, buscando frenéticamente. Se me paró el corazón cuando me di cuenta de que por todas partes aparecían figuras con capas y máscaras. Mortífagos.

Y entonces Ron estaba allí. Respirando con un alivio aterrador, Harry, Hermione, Ron y yo nos agarramos el uno al otro. Desaparecimos de allí, y justo antes de dar la vuelta, un último pensamiento entró en mi mente.

¿Había sido Draco una de esas figuras enmascaradas?

***