MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟓𝟑 - 𝐅𝐫𝐞𝐝

R o s i e

Era como si el tiempo se hubiera ralentizado.

Mis ojos no se apartaron de los suyos mientras caía. A mi alrededor, el sonido y la vista del fuego parecían cesar. Sólo estaba él y el eco de su voz llamando mi nombre.

Él sería lo último que vería. Lo último que oigo.

***

¡THUD!

-¡Aguanta, Rosie!

La confusión me invadió cuando mi cuerpo fue violentamente azotado y la voz de Hermione me gritó al oído. Y entonces me di cuenta: me había atrapado en su escoba. Mis brazos se aferraron a ella con fuerza mientras nos alejaba de las ardientes llamas. Las lágrimas corrieron por mis mejillas en señal de agradecimiento.

-¡Draco! Hermione, tenemos que ir a por Draco. - me atraganté.

-¡Harry está en ello! - Hermione gritó mientras su pelo se agitaba en su cara. El alivio me inundó. Estábamos salvados. Draco iba a estar bien.

La puerta estaba a la vista. Hermione sorteó con pericia las llamas y los montones de chatarra, mientras apuntaba hacia abajo, hacia ella.

Y por fin estábamos fuera. La escoba se estrelló contra la pared del pasillo y yo grité al caer al suelo. Apenas tuve tiempo de darme cuenta de cuál era el camino hacia arriba y cuál era el camino hacia abajo cuando Ron, con Goyle en la parte trasera de su escoba, salió a toda velocidad.

Draco, entre en pánico, ¿Dónde esta Draco? Y entonces, desde el pasillo en el que aún estaba tirado en el suelo, los vi. A través de la puerta, dentro de la habitación, Harry, con Draco colgado detrás de él, se dirigía a toda velocidad hacia nosotros, con la determinación en el rostro de Harry.

En cuanto salieron al pasillo, ambos rodaron de la escoba, Ron cerró la puerta apresuradamente tras ellos, que desapareció abruptamente.

Sin dudarlo, Draco se puso en pie al instante y se lanzó literalmente sobre mí. No pude ver nada mientras me envolvía desesperadamente, aferrándome furiosamente a su cuerpo.

-Rosie. - se atragantó. -Gracias a Dios, estás vivo.

Me besó el pelo una y otra vez, atrayéndome hacia él con más fuerza aún. Podía sentir cómo su cuerpo se agitaba mientras sollozaba con fuerza. -Pensé que te había perdido.

Mi corazón iba a estallar con la sensación de amor puro y desenfrenado. Subí mi rostro para encontrarme con el suyo y, agarrando su cabeza entre mis manos, le besé para quitarle las lágrimas. -Estoy aquí, Draco, estoy aquí.

Nos abrazamos con fuerza, sin poder creer que podíamos tocar, ver y sentir al otro.

-C-Crabbe. - Goyle se atragantó, entre arcadas y tos. -C-Crabbe...

-Él está muerto. - Draco escupió con dureza.

Una serie de enormes golpes, que hicieron temblar el castillo, me devolvieron a la situación y al motivo por el que estábamos allí. Levanté la vista del abrazo de Draco hacia donde Harry, Ron y Hermione estaban jadeando y tosiendo.

-Harry, ¿la diadema? - resollé, con la garganta ronca por el humo.

-Él fuego la destruyó. - se atragantó: -Crabbe conjuró a Fiendfyre. Está maldito.

-Si no hubiera intentado matarnos a todos, lamentaría que estuviera muerto. - murmuró Ron, cuyo pelo, como el del resto de los nuestros estaba chamuscado y la cara ennegrecida.

Draco se puso rígido. -Ese bastardo. - siseó.

-No puedo agradecerles lo suficiente por salvarnos. - sollocé, mirando de Hermione a Harry y luego a Ron. 

-Nunca íbamos a dejarte-. - comenzó Hermione, pero se interrumpió cuando gritos y gritos inconfundibles y los inconfundibles ruidos de los duelos llenaron el pasillo.

Todos volteamos la cabeza hacia el ruido y mi corazón pareció fallar. Mortifagos. Finalmente habían entrado. Fred y Percy acababan de aparecer a la vista, ambos luchando contra los hombres encapuchados y enmascarados.

Draco y yo nos pusimos de pie, mientras los demás corrían para ayudar a luchar. Fui a seguirlo, pero Draco me agarró del brazo y me hizo retroceder. 

-Rosie, por favor no vayas a pelear. Pensé que te había perdido. No puedo, no puedo volver a pasar por eso. 

Sin pensarlo presioné mis labios firmemente contra los suyos, antes de apartarme y mirarlo a los ojos con fiereza. -Draco, no me voy a ir de tu lado.

-Perdí mi varita. - dijo con miedo. -No puedo protegerte. 

-Quédate detrás de mí. - ordené, sacando mi propia varita. -No podemos quedarnos aquí, es demasiado peligroso.

Tomé su mano en la mía y lo guíe con cuidado por el pasillo, asegurándome de mantener mi varita lista para apuntar. Chorros de luz volaron en todas direcciones y apreté la mano de Draco, asegurándome de que estuviera a salvo detrás de mi.

Más adelante, Fred y Percy acababan de derrotar a un Mortifago, y aparentemente disfrutaban un poco de las bromas fraternales.

El aire estalló. No tuve tiempo de actuar. Me di cuenta de un par de brazos fuertes rodeándome la cintura y obligándome a tirarme al suelo. Draco protegió mi cuerpo con el suyo mientras las piedras y los escombros caían sobre nosotros. Todos gritaban y chillaban a nuestro al rededor.

Y luego se hizo el silencio. El aire frío me dijo que el costado del castillo se había volado. 

-Rosie, ¿estás bien? - preguntó Draco, mientras comenzaba a alejarse de los restos que nos habían medio enterrado.

-Yo- yo creo que si. - dije, en completo estado de shock.

Draco me ayudó a ponerme de pie, mirándome con preocupación. Cuando pareció satisfecho de que estaba bien, me acercó a su pecho y me apretó con fuerza.

Miré alrededor. El pasillo en el que habíamos estado parados había sido destruido. Vi a Hermione luchando por ponerse de pie adelante y me tambaleé hacia ella, Draco sostenía mi mano tratando de estabilizarme.

Percy, Ron, Geroge y Harry estaban agachados un poco más arriba. Me pregunté qué estaban mirando cuando Hermione, Draco y yo nos acercábamos a ellos. Mi corazón dio un vuelco de miedo.

Fred estaba tendido en el suelo debajo de ellos.

-¡No, no, no! - gemí, mis pies ganaban velocidad mientras me tambaleaba. Fred no.

-¡Fred, no por favor! - grité, agarrando su mano con frío y miedo. No podía respirar.

Volvió la cabeza para mirarme y sonrió.

-¡Oh, Rosie, siempre una reina del drama! 

***

Nota del autor:

Lo siento, no pude matar a Fred.