MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟏𝟓 - 𝐋𝐚 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐆𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐂𝐨𝐦𝐢𝐞𝐧𝐳𝐚

R o s i e

Nos han pillado.

Dobby había aparecido en una reunión de la E.D y nos advirtió de que Umbridge se acercaba. Yo logré escapar pero a Harry lo atraparon. Por Draco Malfoy.

Como resultado, Dumbledore fue despedido y Umbridge asumió como nueva directora de Hogwarts. Fue un desastre.

Harry, Ron, Hermione, Luna y Neville habían entrado en el Ministerio y, como resultado, Sirius Black fue asesinado por la tía de Draco. Esta mierda se estaba volviendo real.

Estaba sentada en el ala del hospital visitando a Ron y Hermione, que se habían hecho daño en su pequeño viaje al Ministerio. Hermione leía en voz alta el Profeta del domingo sobre el regreso de Voldemort.

-Entonces Fudge finalmente aceptó que "él" ha regresado. Ya era la maldita hora. - suspiré, frotándome la frente con cansancio.

-Sí, y ahora son muy elogiosos contigo, Harry. - Hermione habló mientras ojeaba el artículo

El Profeta habían sido simplemente horribles con Harry todo el año, afirmando que había mentido sobre lo que había pasado en el cementerio el año pasado. Ahora ya no podían negar la reaparición de Voldemort. Estábamos en guerra.

Mis ojos se desviaron hacia donde Umbridge estaba tumbada en otra cama de hospital. Dumbledore la había sacado del bosque (que, por suerte, había vuelto a ser el director) y no había pronunciado ni una sola palabra desde entonces.

-Madame Pomfrey dijo que ella solo esta en shock. - Hermione susurró, siguiendo mi mirada

-Si, pero ella da señales de vida si haces esto - dijo Ron, y empezó a hacer suaves chasquidos con la lengua. Umbridge se incorporó como un rayo y miró a su alrededor.

-¡Ron! - chillé poniéndome la mano en la boca para amortiguar mi risa.

Harry y yo nos fuimos juntos después de despedirnos y prometer que nos visitaríamos pronto. Caminamos lentamente uno al lado del otro en un silencio de compañía. Sabía que Harry no estaba de humor para hablar mucho después de presenciar el fallecimiento de su padrino, así que no presioné la conversación.

Al descender al vestíbulo desde la escalera de mármol, tres figuras salieron de la puerta de la derecha que conducía a las mazmorras.

Mi corazón se hundió. Era Draco Malfoy con sus dos matones, Crabbe y Goyle.

Harry y yo nos detuvimos en seco; ellos también. Harry me había dicho que el padre de Draco era uno de los mortífagos atrapados en el Ministerio y que había sido enviado a Azkaban. No parecía contento.

Draco miró a su alrededor, como si buscara señales de los profesores, y luego volvió a mirar directamente a Harry y en voz baja dijo, -Estas muerto, Potter.

-Divertido. - Harry habló levantando las cejas, -Se podría pensar que he dejado de andar por ahí...

Contuve la respiración al ver que el pálido rostro de Draco se contorsionaba de rabia.

-Lo vas a pagar. - replicó Draco, con la voz apenas más alta que un susurro. -Voy a hacerte pagar por lo que le has hecho a mi padre...

-Bueno, estoy aterrorizado ahora. - la voz de Harry goteaba con sarcasmo. -Supongo que Lord Voldemort es sólo un acto de calentamiento comparado con ustedes tres, ¿qué pasa? - los tres se habían estremecido cuando Harry pronunció su nombre. -Es un compañero de tu padre, ¿no? No le tienes miedo, ¿verdad?

-Te crees muy grande, Potter. - Draco empezó a avanzar hacia nosotros con Crabbe y Goyle flanqueándole. -Esperarás. Te tendré. No puedes meter a mi padre en la cárcel-

-Solo que ya lo hice. - Harry contestó con toda naturalidad. No podía creer su descaro. Estaba impresionado.

-Los dementores han salido de Azkaban. - habló Draco en voz baja. -Papá y los demás saldrán enseguida...

-Sí, espero que lo hagan. - dije, encontrando finalmente mi voz. Los ojos de Draco parpadearon hacia mí como si acabara de darse cuenta de que estaba allí. -Al menos todo el mundo sabe ahora lo cabrones que son-

Draco me miró con tanto veneno como su mano voló hacia su varita, pero fui demasiado rápido para él; ya había sacado la mía antes de que sus dedos hubieran entrado en el bolsillo de su túnica, y también Harry.

-¡Potter! ¡Carter! - era Snape. Seguido de cerca por McGonagall.

Después de un severo intercambio de palabras y de haber recibido y restado puntos tanto a Snape como a McGonagall, Harry y yo volvimos a ponernos en marcha.

-Lo odio. - gruñó Harry, con los puños aún apretados a los lados.

-¿Malfoy o Snape? - inquirí, realmente sin saber a quién podía odiar más que al otro.

Harry sonrió mientras me miraba de reojo. -Ambos.

Entonces se detuvo de repente y se giró para mirarme. -Rosie, prométeme algo, ¿vale?

Lo miré confundida, sus ojos estaban llenos de preocupación y tristeza. -Cualquier cosa, Harry.

-Aléjate de Malfoy.

No me lo esperaba. -Sabes que lo odio Harry, no tengo intención de convertirme en su mejor amigo. Y estoy bastante seguro de que el sentimiento es mutuo. - forcé una pequeña risa.

Harry se limitó a mirarme y a suspirar de nuevo. -He visto la forma en que lo miras.

-¡¿Qué?! ¡Eso es ridículo, Harry! ¡Lo odio! - chillé indignada.

Harry continuó para mirarme fijamente, con una expresión sin emoción. -Y he visto la forma en que te mira.

Mi corazón se aceleró. ¿Me mira? Sentí que algo se retorcía en la boca del estómago.

-Estas imaginando cosas, Harry. Apenas hemos hablado y las veces que lo hemos hecho lo único que ha hecho es llamarme Sangre sucia. Si me mira, será una mirada de odio.

Harry se encogió de hombros, obviamente sin querer seguir con esto. -Lo que sea. Sólo digo que es una mala noticia. Su familia es peligrosa, créeme, lo sé. - por supuesto. El padre de Draco. La tía de Draco.

Seguimos caminando en silencio y no pude evitar pensar en esos ojos grises plateados buscándome.

***