MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟏𝟒 - 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞

Draco Malfoy estaba sentado mirando el fuego crepitante en la Sala Común de Slytherin. Era tarde y él era el único que seguía despierto. No podía dormir. O eso se decía a sí mismo.

La verdad era que había notado una ausencia particular esa noche, y la curiosidad le había hecho permanecer sentado en el sofá de cuero. No era la primera vez que Draco notaba la ausencia de Rosie por la noche. Nunca hubo un patrón, era sólo una noche aquí, una noche allá. Él tenía un creciente deseo de saber a dónde iba ella. Así que esta noche, decidió esperar.

***

R o s i e 

Estaba casi saltando cuando volví a las mazmorras justo después de la una de la madrugada. Era otra tarde, pero me sentía alegre porque casi había conjurado un patronus corpóreo. Casi parecía un gato, pero no podía estar seguro.

Con mi mente todavía en la Sala de Requerimientos, entré en la sala común.

-Vaya, vaya, quién iba a pensar que la Sangre sucia era capaz de romper las reglas.

Salté ante la familiar voz de la chimenea.

Draco Malfoy estaba tumbado en el sofá, con los brazos cruzados y una mueca de desprecio en el rostro. 

Intenté ignorarlo y dirigirme directamente a los dormitorios, pero Draco se levantó de repente y se puso rápidamente delante de mí, bloqueando mi camino.

—¿Y dónde has estado, exactamente? — escupió, con sus fríos ojos grises clavados en los míos y su rostro demasiado cerca para ser cómodo. La última vez que había estado tan cerca de él fue la noche de la fiesta.

-No es de tu incumbencia. - escupí de vuelta, tratando de apartarlo, pero él era más fuerte que yo y se mantuvo firme, su cara cada vez más enojada.

-En realidad lo es si tus travesuras nocturnas dan mala fama a Slytherin.

-¡¿Dar mala fama a Slytherin?! - me reí. -Cristo Malfoy, eso es rico viniendo de ti.

Vi un pulso muscular en su mandíbula. Sus puños se cerraron a los lados. Sus labios se curvaron aún más en una mueca. -No tienes lugar aquí, Sangre sucia. - siseó amenazadoramente. -Nunca lo has hecho y nunca lo harás. Descubriré lo que tú y tus preciados amiguitos habéis estado haciendo y me sentiré muy satisfecho de ver cómo deseas no haber nacido.

Mi mano derecha tenía ganas de arrancarle la sonrisa de la cara, pero de alguna manera conseguí controlar mi ira. En lugar de eso, me quedé mirándole, con los ojos casi retando al otro a parpadear primero, como si estuviéramos en una especie de concurso de miradas.

-No me llames así. - bajé la voz en un tono peligroso.

-Eso es lo que eres. Sangre sucia.

Los ojos de Draco parpadearon y su mueca se transformó en una sonrisa. Era como si estuviera disfrutando del desafío.

Supéralo, Rosie, supéralo. pensé frenéticamente para mis adentros.

-Vete a la mierda, cara de hurón. 

Le di el mayor empujón que pude y le rodeé mientras se tambaleaba. Entré en mi dormitorio antes de que pudiera responder a mi insulto y cerré la puerta de golpe, sin importarme si despertaba a alguien.

***

Draco se estremeció cuando la puerta del dormitorio de las chicas se cerró de golpe. Se sentó en el sofá y esperó a que su pulso volviera a la normalidad.

Ella lo había sacudido. Le había puesto nervioso en más de un sentido. Aquella chica se le metió en la piel y lo volvió loco.

Durante ese intenso intercambio no supo realmente si quería abofetearla o... o algo más que no podía comprender.

Sin embargo, una cosa que sabía era que tenía que dejar de obsesionarse con la Mudblood. Sabía que no era saludable la forma en que sus ojos siempre la buscaban cuando entraba en una habitación. A menudo se preguntaba qué estaría haciendo y con quién estaría cuando no podía verla. No le gustaba la forma en que lo hacía sentir cuando ella lo insultaba. Era desconcertante.

Si su padre lo sabía...

No. Tenía que parar. A partir de ahora Rosie Carter no existía para Draco Malfoy.

***