MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟐𝟗 - 𝐌𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐚 𝐦𝐢

R o s i e

Mientras el Expreso de Hogwarts salía de Londres, deambulé por los vagones buscando un lugar donde sentarme. Decidí evitar a Harry esta vez; no estaba de humor para soportar otra de sus diatribas sobre Draco.

Así que me sentí aliviada cuando encontré un compartimento ocupado por Hermione. Al entrar, me di cuenta de que estaba consolando a una Ginny de aspecto angustiado.

-¿Está todo bien? - pregunté, preocupado.

Ginny negó con la cabeza y noté, con horror, que las lágrimas acudían a sus ojos. Hermione la abrazó inmediatamente mientras Ginny sollozaba en su regazo.

-Quemaron su casa el día de Navidad. - explicó Hermione en voz baja.

-¡Oh mi dios! ¿Quién lo hizo? ¡¿Y por qué?! - pensé en la Madriguera, la hermosa Madriguera, en la que los amables Molly y Arthur Weasley me habían acogido antes.

-Mortífagos. - dijo Hermione en tono sombrío mientras mi estómago caía en picado. -Iban detrás de Harry.

¡Oh dios, no no no! grité internamente.

-¿Quién? - conseguí chillar.

-Bellatrix. -  la tía de Draco.

-¿Están todos bien? - pregunté con miedo. Mi estómago daba volteretas y me sentía mal.

-Sí, todos lograron salir bien. - habló Ginny, que se había levantado del regazo de Hermione, secándose los ojos. -Y no lograron capturar a Harry. Pero... pero nuestra casa... - se interrumpió cuando una nueva oleada de lágrimas llenó sus ojos.

Me hundí en mi asiento, horrorizada. Esto es lo que hacen los mortífagos, pensé, temblando. Y yo estaba ayudando a uno. Pero Draco no es así. Pensé en el Gabinete y en el propósito de que lo arreglara. No tenía ni idea de cuál era el plan de Voldemort, pero iba a ser malo.

Una vocecita en mi cabeza me decía que tenía que llevarle esto a Dumbledore, es algo demasiado grande para que Draco o yo nos ocupemos de ello.

Pero se lo había prometido a Draco y él confiaba en mí. Me sentí muy asustada: por mí, por mis amigos. Por Draco.

***

Se me revolvió el estómago cuando el tren llegó a Hogwarts. Habían sido dos largas semanas y estaba ansiosa por volver a ver a Draco.

Todos los que regresamos fuimos directamente al Gran Comedor donde nos esperaba la cena. Me despedí de Hermione y Ginny e inmediatamente escudriñé la mesa de Slytherin al acercarme. Sentí una puñalada de decepción cuando no pude encontrar el familiar pelo rubio y blanco.

Rápidamente, me apresuré a bajar a las mazmorras, arrastrando mi baúl detrás de mí. Ahora estaba desesperada por volver a verlo, desesperada por que todo no hubiera sido un sueño loco.