MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟐𝟑 - 𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐒𝐚𝐥𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐪𝐮𝐞𝐫𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬...

Draco se ha tragado. 

-Esta bien.

Un extraño sentimiento de alivio lo invadió. Haber podido por fin compartir esto con otra persona le dio un poco de luz en su mundo tan oscuro.

Además, ya le había contado demasiado. No era su intención, pero no podía aguantar mucho más. Y con Rosie, bajaba la guardia cuando estaba cerca de ella estos días.

Pero aún no le había mostrado la Marca en su brazo izquierdo. Y aún no había revelado que Dumbledore era el objetivo. Había cosas que era mejor que ella no supiera.

Pero ella estaba dispuesta a ayudar, y ahora mismo eso era suficiente para él.

Rosie le dedicó una pequeña sonrisa, pareciendo aliviada de que finalmente hubiera aceptado. Draco la observó mientras se levantaba, se quitaba el polvo de las manos y miraba al Gabinete.

-Bien, vas a tener que explicarme todo lo que sabes sobre esto y cómo has tratado de arreglarlo.

Draco sonrió mientras ella se acercaba, admirando su actitud.

Y entonces habló.

Eran las dos de la mañana cuando por fin salieron de la Sala de Requerimientos.

***

R o s i e

Ahora estaba tan cansada como Draco. Sin embargo, no me importaba. No sé por qué Voldemort quería que arreglara el Gabinete de Desaparición, lo único que sabía es que Draco no tenía otra opción.

Intenté suavemente sugerir que fuéramos a Dumbledore y le pidiéramos ayuda y protección, pero Draco no quiso. De hecho, la sola mención del nombre de Dumbledore puso verde la cara de Draco.

Así que tomé mi decisión. Le prometí a Draco que no diría nada a nadie y que todo lo que hubiera en la Sala de Requisas se quedaría en la Sala de Requisas, incluida nuestra alianza. No conversamos en el resto del castillo. No intentamos acercarnos el uno al otro, ni siquiera mirarnos. Acordamos que sería demasiado peligroso llamar la atención sobre nuestra nueva alianza.

Harry, Ron y Hermione no sospechaban nada. Ellos tenían sus propias cosas para notar cualquier cambio en mí. Hermione era ahora miembro del "Club de las babosas", para disgusto de Ron, y a menudo la llamaban para que fuera a las pequeñas "fiestas" de Slughorn. Harry, aunque también era miembro, pasaba mucho tiempo en el despacho de Dumbledore recibiendo algún tipo de clases particulares. Y Ron pasaba gran parte de su tiempo libre practicando Quidditch, temeroso de hacer el ridículo en el próximo partido.

El partido que se avecinaba: Gryffindor contra Slytherin estaba poniendo a Ron muy nervioso. Decidí unirme a mis amigos de Gryffindor en el desayuno de la mañana para desearles suerte.

-Anímate, Ron. Estarás bien, ¡sé que lo harás! - le aseguré a un Ron pálido y de aspecto enfermizo mientras me sentaba a su lado. Gruñó mientras daba un débil mordisco a su tostada.