𝟓𝟖 - 𝐄𝐥 𝐚𝐧𝐢𝐥𝐥𝐨

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R o s i e

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R o s i e

Me quedé mirando a Harry, luchando por entender lo que estaba diciendo.

-¿Qué quieres decir con que se ha ido?

Harry suspiró, sentándose en el extremo de mi cama de hospital.

-La Mansión ya estaba desierta cuando llegué.

-Pero ¿Por qué? Draco no se iría, no sin despedirse.

-Rosie, era un mortífago. - temen ser arrestados después de su relación con Voldemort. Los que no han sido capturados hace tiempo que huyeron del país. Incluyendo a Drac... ¿Rosie? ¿Qué estás haciendo?

Me levanté de la cama. Ya no quería estar aquí. Necesitaba encontrar a Draco. Esto se estaba volviendo ridículo. Draco no me dejaría, no ahora que Voldemort ya no está para impedir que estemos juntos. Harry no sabía de qué estaba hablando.

-Rosie, para. Tienes que descansar. - imploró Harry mientras empezaba a recoger mis cosas.

-Necesito a Draco. 

-¡TE HA DEJADO, MALDITA SEA! - la cara de Harry estaba roja de ira.

Ignorándolo, empecé a rebuscar en mis bolsillos pero no encontré lo que buscaba, así que empecé a buscar en la mesita de noche.

-¿Dónde esta mi anillo?

-¿Qué anillo?

-El anillo. El anillo de Draco. Me lo dio para recordarme que siempre lo tengo. Harry, ¿dónde está? - mi corazón se aceleró, por alguna razón sabía que todo estaría bien si sólo podía encontrar el anillo. Me puse de rodillas, buscando frenéticamente debajo de la cama.

-Rosie. - su voz era tranquila. -Probablemente lo perdiste durante la batalla.

-Necesito irme. - dije, tomando una decisión. 

-Rosie, ¿qué pasa con tus padres? Tenemos que encontrarlos y...

-¡No, Harry! Están mejor así, sin saber. Los encontraré y les devolveré sus recuerdos cuando esté lista. Cuando haya encontrado a Draco.

Harry se puso de pie, frente a mí. Me miró con gran preocupación, poniendo sus manos sobre mis hombros.

-Rosie, por favor escúchame. Draco se ha ido. No va a volver. Jamás.

Le devolví la mirada furiosa. -Él me quiere. No renunciaría a mí. Le conozco, Harry. Le conozco.

Me aparté de él, cogiendo mis cosas y salí de la habitación sin mirar atrás.

***

Sabía cómo llegar allí. Había estado allí antes. Cerré los ojos y pensé en aquellas puertas de hierro forjado que se alzaban frente a la amenazante y oscura mansión.

Mis pies aterrizaron en el sendero y logré estabilizarme. El viento y la lluvia me rodeaban y me agitaban el pelo sobre la cara.

Avancé con cautela y me di cuenta de que las puertas estaban abiertas. Con el pulso acelerado, comencé a subir el camino de entrada, recordando la última vez que hice esto.

La mansión parecía oscura y vacía. No había luces en las ventanas. Me estremecí al verla, la idea de volver a pisar ese lugar me aterrorizaba

Pero necesitaba hacerlo. Necesitaba ver si Draco se había ido de verdad.

La puerta no estaba cerrada. Se abrió cuando la toqué. Entré en el gran vestíbulo, observando el polvoriento entorno.

-¿Hola? - Mi voz era pequeña y nerviosa. Me aclaré la garganta y volví a gritar, esta vez más fuerte.

-¿HOLA?

La Sala se hizo eco de una respuesta vacía. Me adentré lentamente, observando el entorno. Me acerqué a una puerta y asomé la cabeza al interior.

Era el salón. El lugar donde Bellatrix había tallado profundamente en mi piel delante de Draco. El corazón me martilleaba con fuerza en el pecho y notaba cómo la piel se me erizaba de sudor. Volví a salir rápidamente al Salón, cerrando la puerta con firmeza tras de mí.

Decidí revisar el piso de arriba, si podía encontrar la habitación de Draco, entonces tal vez podría obtener respuestas.

Llegué al rellano y tragué saliva. Había muchas puertas. Las abrí cuidadosamente una a una, conteniendo la respiración cada vez que me asomaba a las habitaciones desconocidas. Todas estaban vacías, salvo algunos muebles básicos. Ninguna parecía estar habitada.

Y entonces llegué a la puerta del extremo izquierdo. En cuanto la abrí, supe que era su habitación.

Estaba cubierta de verde. Era igual que la habitación en la que pasamos, en aquel último día juntos, antes de la batalla. No parecía posible que hubiera sido hace sólo tres días. Parecía más bien una vida entera.

Me acerqué al armario. Estaba vacío. Todos los cajones también estaban vacíos. Miré a mi alrededor, exasperada. No quería creer que se hubiera ido. No quería creer que me hubiera abandonado así.

Y entonces vi algo que brillaba con el rabillo del ojo. Estaba en el alféizar de la ventana. Algo plateado.

Me acerqué a ella y se me cortó la respiración en el fondo de la garganta.

Era el anillo de Draco. El anillo que me había regalado. Me tienes a mí, Rosie. Siempre.

Me hundí lentamente en el suelo, apretando el dolor de mi estómago. Sentía como si alguien me hubiera hecho un agujero en medio de él y luchaba por encontrar la respiración.

Él se fue. Él realmente se fue.

***

MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora