MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟒𝟕 - 𝐄𝐥 𝐭𝐨𝐫𝐭𝐮𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐲 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞

Me quedé mirando, con la boca abierta, a la figura que estaba ante mí. Me sentía terriblemente confundida. Aunque en mi mente sabía que era Ron el que estaba allí, mi cuerpo reaccionaba de la misma manera que siempre que ponía los ojos en Draco. Mi pulso se aceleró, mi respiración se aceleró y pequeñas mariposas volaron en mi estómago.

Se movió incómodo.

-Maldita sea, Rosie, no me mires así.

Respiré, la voz de Ron saliendo de su boca detuvo el torrente de sangre que iba a mi cabeza.

-¿Qué demonios, Ron? - chillé.

-¡No pretendía transformarme en Malfoy! ¡Creía que el pelo rubio había pertenecido a ese Snatcher!

-¡No puedes hacerle esto! Es demasiado arriesgado! - imploré, el pánico me ahogaba. Me aterrorizaba que Draco pudiera encontrarse en mucho peligro si llegaba a oídos de Voldemort que estaba involucrado en la irrupción de la bóveda de Bellatrix.

Miré desesperadamente a Harry, que se había levantado de su silla, arrojando ruidosamente las últimas cosas en su bolso, actuando como si nada fuera de lo normal.

-Bueno, ya es demasiado tarde. Tendrá que servir. - dijo sin levantar la vista de su equipaje.

-Bueno, es el sobrino de Bellatrix. - dijo Hermione en voz baja. -Así que no se verá tan extraño que la acompañe.

Miré sin palabras de Hermione a Ron. Bellatrix y Draco. Mi torturadora y mi amante. Esto era demasiado surrealista para las palabras.

-Si esto va a ser demasiado difícil para ti, Rosie. - dijo Harry, con un tono severo en su voz.  -Entonces tal vez sea mejor que no vengas. Todavía podemos trabajar el plan sin ti.

Me sorprendió su repentina frialdad. Antes no había hecho más que preocuparse, cuando pensaba que yo no soportaría estar cerca de "Bellatrix".

-No... no... está bien. - murmuré, avergonzada. Mis mejillas se sonrojaron y me giré hacia la puerta principal, decidiendo esperarles fuera.

En cuanto pisé el césped, la puerta volvió a abrirse tras de mí. Me di la vuelta y salió Ron, mi corazón se contrajo automáticamente al ver a Draco. Lo único que me salvó fue que Ron no se había puesto un traje para su transformación. En su lugar, llevaba una larga y ondulada túnica negra, un aspecto digno de un mortífago, pero que Draco no solía llevar. Eso lo hizo un poco más fácil.

-Rosie, realmente lo siento. - Ron resopló. Bajé la vista al suelo, intentando no mirarle.

-No puedo imaginar lo extraño que debe ser esto para ti. - continuó, y luego se detuvo cuando Hermione salió por la puerta principal. -Aunque- excepto que tal vez pueda...

Bellatrix se dirigió hacia nosotros, con su salvaje pelo negro azotando su cruel y pálido rostro.

-Recuerda por qué estamos haciendo esto, Rosie. - dijo, con la amable voz de Hermione llegando a mí.