𝟒𝟒 - ¿𝐍𝐨 𝐯𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐚𝐦𝐚?

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El cuerpo de Rosie se aquietó debajo de Bellatrix

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El cuerpo de Rosie se aquietó debajo de Bellatrix. Draco pensó por un momento aterrador que estaba muerta.

Pero entonces su cabeza se inclinó hacia un lado, mientras su tía se bajaba de ella, y sus ojos exhaustos y vidriosos se encontraron con los de él. Una lágrima solitaria se deslizó por su rostro y él sopló con fuerza en su mano apretada, intentando desesperadamente evitar que cayera alguna por la suya.

-Nunca olvidará quién es ahora. - dijo su tía, mostrando con orgullo el brazo derecho de Rosie en el aire para que todos lo vieran.

Sangre sucia estaba grabado profundamente en su pálida piel, la sangre goteaba densamente de las letras que le habían sido marcadas, haciendo que la palabra pareciera aún más grotesca.

Draco no pudo evitar pensar en todas las veces que le había escupido cruelmente esa palabra en la cara. Su estómago se anudó violentamente y pensó que iba a vomitar.

-Ya he terminado con ella. - dijo Bellatrix mientras lanzaba el brazo de Rosie hacia abajo. -Greyback - la tiró al suelo con las otras. Podemos dejarlas allí por la noche hasta que decidamos qué hacer con ellas.

Draco vio con desesperación cómo Greyback recogía con brusquedad el cuerpo inerte de Rosie del suelo y se la llevaba fuera de la habitación.

Pensó frenéticamente en lo que iba a hacer. Rosie estaba ahora encerrada en los sótanos debajo de su casa, y bien podría ser mantenida allí como un juguete para su odiosa tía. Tenía que sacarla de allí. Rápido.

Dio las buenas noches a su madre y salió al pasillo, en dirección a su dormitorio.

Piensa, piensa, piensa. Pensó desesperadamente, tratando de idear un plan. Necesitaba hacerse con otra varita: le habrían quitado la de Rosie.

Justo cuando pensaba esto, dobló una esquina y vio a Colagusano corriendo hacia él. Ahora era su oportunidad, sólo tenía que pensar rápidamente cómo iba a hacerlo.

-¿Adónde crees que vas, cretino asqueroso? - escupió Draco, haciendo gala de su mejor sonrisa.

Colagusano se encogió visiblemente frente a él y levantó la vista con nerviosismo, tartamudeando: -M-maestro Malfoy, sólo estaba tend-

-No tengo tiempo para tus patéticas excusas. Este pasillo está estrictamente prohibido para los sirvientes.

-Lo siento mucho, por favor, perdóname. - Colagusano hizo una reverencia tan baja que prácticamente estaba besando los zapatos de Draco. Casi dio un paso atrás, disgustado, pero vio, para su suerte, que la varita de Colagusano salía en el aire del bolsillo trasero.

Tan rápido como un relámpago, Draco arrebató la varita al mismo tiempo que daba una fuerte patada a Colagusano en las espinillas, haciéndole agitarse salvajemente.

-¡Aléjate de mí, sabandija! - se mofó Draco, guardando rápidamente la varita bajo su chaqueta.

Colagusano, al perder el equilibrio, cayó hacia atrás y aterrizó en un montón en el suelo. Draco pasó por encima de él, rezando para que Colagusano no se hubiera dado cuenta de que le había arrebatado la varita en la refriega.

Con el corazón latiendo rápidamente, Draco corrió a su habitación, se sentó en el borde de la cama y esperó.

Cuando estuvo seguro de que todos estarían dormidos en sus camas, Draco se levantó y salió lentamente de su habitación, caminando tan silenciosamente como pudo.

Bajó lentamente hacia los sótanos, escuchando todo lo que podía en busca de algún sonido. Llegó a una pesada puerta al final de una empinada escalera y la abrió con un toque de su varita.

Tan silenciosamente y tan suavemente como pudo, para no alarmar a los ocupantes, abrió la puerta con un chirrido y entró en una habitación húmeda y mohosa.

Tan silenciosamente y tan suavemente como pudo, para no alarmar a los ocupantes, abrió la puerta con un chirrido y entró en una habitación húmeda y mohosa.

La vio casi inmediatamente. Estaba desplomada en el suelo, al fondo, junto a la pared. Se dirigió directamente hacia ella, con el corazón latiendo con fuerza, ya que la necesidad de cogerla era repentinamente abrumadora.

Cayó de rodillas al llegar a ella y recogió su cuerpo inerte entre sus brazos.

-Rosie, Dios mío, Rosie. - murmuró mientras le besaba el pelo con fiereza, saboreando su olor y su tacto, y tirando de ella hacia su regazo.

-¿Draco? - ella respiró débilmente, con los párpados abiertos. Él le cogió la cara y la miró profundamente en sus ojos azules y vidriosos, con una oleada de amor y afecto que le llenaba el corazón.

-Está bien, Rosie, estoy aquí, está bien. - repitió con fervor, abrazándola con fuerza en su regazo.

-Quítale las manos de encima.

Draco levantó la vista ante el gruñido amenazante. Harry Potter estaba de pie junto a ellos, con los puños cerrados a su lado.

-Estoy aquí para ayudarte. - Draco miró con odio a su antiguo archienemigo escolar. Sus ojos se fijaron en un odio mutuo.

-Eres uno de ellos. - escupió Harry, respirando con dificultad.

Una figura se acercó por detrás de Harry y le puso una mano en el hombro. Era Granger.

-Harry, por favor. Escucha lo que tiene que decir. - dijo tranquilizadora, al mismo tiempo que miraba a Draco con recelo.

-¿Cómo podemos confiar en él? - gruñó Harry. -Es un mortífago. Conspiró para matar a Dumbledore.

Hermione dio un suspiro de cansancio, volviendo a mirar a Draco mientras sostenía el cuerpo torturado de Rosie hacia él.

-¿No lo ves, Harry? La ama.

Por primera vez, Draco se sintió agradecido con Hermione Granger. Ella lo entendía.

-Puedo sacarte de aquí. - Draco dijo: -Te tengo una varita.

Harry se quedó mirándolo con la boca abierta. Draco pudo notar que estaba luchando una batalla interna para creerle o no. Draco se movió ligeramente, moviendo la mano bajo la chaqueta para sacar la varita. Rosie se revolvió y él la miró: sus ojos se habían vuelto a cerrar.

-Toma. - dijo con rigidez, extendiendo la varita en dirección a Harry.

Harry dudó, mirando la varita con cautela. Luego extendió la mano con cautela y la cogió. Draco dejó escapar un silencioso suspiro de alivio.

-Tenemos que llevarla a un lugar seguro. - dijo Draco, mirando atentamente a Rosie. Todavía no podía creer que estuviera allí, en sus brazos. Todo lo que quería ahora era llevarla a un lugar donde supiera que estaría bien.

-Ahí está la cabaña de mis hermanos. - Ron Weasley había aparecido al lado de Granger. -Allí la cuidarán.

Draco miró a cada uno de ellos, confundido. -¿No irán también?

-Tenemos que recuperar la espada. Se la llevaron cuando nos arrebataron. - dijo Harry, sin molestarse en ocultar la amargura en su voz.

-Bueno, dime cómo llegar, yo la llevaré. - Draco habló desesperadamente. No quería que se quedara aquí más tiempo del que debía.

Los tres se miraron incómodamente. Draco se dio cuenta de que se preguntaban cuán confiable era él en realidad.

-Lo único que quiero es que esté a salvo. - dijo ferozmente.

Harry suspiró. -De acuerdo entonces.

Y Ron, siguiendo la indicación de Harry, dio a Draco los detalles necesarios para Aparecer a Rosie en el santuario de Shell Cottage.

***

MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora