Capítulo 3 - Inicio del fin (3)

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La gente reaccionó de manera diferente después de la desaparición del dokkaebi. Algunos intentaron salir del tren, mientras que otros usaron sus celulares para llamar al 911.

Yoo Sangah se quedó mirando al suelo lleno de sangre. Temblaba en todo el cuerpo y unas lágrimas se desprendieron de sus ojos.

—¡Cálmate, Yoo Sangah-ah! —le dije, agarrando su cabeza y haciendo que mire directamente a mis ojos—. Yoo Sangah-ah Debemos superar todo esto juntos, tú también has deducido este escenario, ¿No es así?

—Si...

—Piénsalo. Estamos en Ways of Survival.

Yoo Sangah se lamió los labios en silencio.

Ways of Survival...

—Es simple. No dudes en hacer lo que te digo. ¿Comprendido?

—E-Entendido. ¿Qué tengo que hacer?

—Quédate quieta.

Finalmente, controlé lentamente mi respiración. Yo también necesitaba tiempo para aceptar este panorama.

[Three Ways to Survive in a Ruined World]

Las descripciones que existían solo en la novela ahora se estaban desarrollando ante mis ojos.

「El dokkaebi estiró su cuerno. 」

「Los cuerpos esparcidos como basura dentro del tren. 」

「El oficinista ensangrentado temblando. 」

「Una anciana gimiendo en su asiento. 」

Observé cada escena con atención. Era como esa película que había visto hace años... ¿Cómo se llamaba? Mmm... ¿Matrix?, era como Neo en Matrix, quien sospechaba la realidad. 'Observar', 'Cuestionar', 'Convencimiento', tenía que admitir este escenario. No sabía la razón, pero no había dudas al respecto.

La novela que tanto amo, que me ayudó a soportar esta soledad, 'Ways of Survival' se había convertido en una realidad.

Déjame pensar... ¿Cómo debería sobrevivir en este nuevo mundo?

—¡Vamos todos! Cálmense. Empiecen a respirar con calma.

Alguien dio un paso adelante exactamente cinco minutos después de que el dokkaebi desapareciera.

Era un hombre robusto con el pelo corto, una cabeza más alta que la altura promedio.

—¿Estás tranquilo todavía? Por favor, detenga sus acciones y preste atención a mí por un momento.

La gente sollozaba o los que hacían llamadas se detuvieron. Una vez que todos se fijaron en él, el gran hombre volvió a abrir la boca.

—Como saben, en el caso de un desastre nacional, pequeños disturbios pueden causar grandes bajas humanas. Por eso, ahora controlaré la situación.

—¿Qué... quien carajo eres?

—¿Una situación de desastre nacional? ¿Qué mierda estás balbuceando?

Algunas personas se recuperaron tardíamente y resistieron fuertemente el temor grupal. Luego, el joven sacó una tarjeta oficial del gobierno de su billetera.

—Actualmente, soy un teniente del ejército que sirve en la unidad 8170.

Los rostros de algunas personas se sintieron aliviados.

—Un soldado, es un soldado.

Sin embargo, era demasiado pronto para sentirse aliviado.

—Acabo de recibir un mensaje de mi unidad.

Omniscient Reader's Viewpoint "La caída del odio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora