—¡Vamos Abu!
—¡Que dejes de llamarme abu!
El grito de la maestra hizo eco en los alrededores del agujero de gusano, ella creando algunas runas, buscaba la ubicación del idiota de su alumno, muchas dimensiones tenían su rastro, más que eso...
Muchos universos tenían signos de su entrada, el sudor salía de su frente mientras cambiaba las runas como si fuera un programador.
Muchos de esos universos eran como si estuvieran un cerrojo en la entrada, no podía ser visto por ella, algo improbable sabiendo que podía ver absolutamente todo.
Sin embargo...
Algo no la permitía ver más allá de su autoría.
—¡Maldición, estúpido estudiante donde te has metido! —seguía gritando, pero esta vez más de preocupación que de enojo.
Muchas siluetas pasaban a través de ellos, la nave en que los transportaba perdía su energía consecutivamente.
Era algo que se podía explicar con simple lógica, estaban pasando a través de dimensiones y en cada uno, perdían una cantidad inimaginable de Prana.
—¡En una de esas entradas está ese imbécil, pero no logro descifrarlo!
La nave seguía trayendo más retrocesos a su mecanismo de vuelo, el motor principal estaba descomponiéndose por la cantidad exorbitante de energía radioactiva en el espacio.
—¡Shin! Avisa a nuestros huéspedes que muy pronto estaremos con ese idiota.
—¡Si, abu!
—¡Que dejes de llamarme abu!
Shin corrió hacia la sala de lectura, en ella estaba varias mujeres de mayor edad, y dos dioses.
—¿Encontraron a mi hijo? —habló despreocupado mientras las tinieblas estaban agitadas.
—No, abuelo. La Abu dice que estará muy pronto en ello.
—Que bien, ese idiota hijo nuestro debe estar tratando de buscarnos.
Tanto los dos dioses hablaron mientras la verdadera madre de Kim Dokja estaba riéndose de la situación, nunca pensó que los dioses favoritos de su hijo se conviertan en sus padres también.
—Father of the Rich Night, Queen of the Darkest Spring. ¿Pueden ayudarme a reprender a nuestro hijo?
—Por supuesto, y ya te habíamos dicho, no nos llames por nuestros nombres de constelaciones, sino por nuestros verdaderos nombres, Hades y Persephone.
—Necesito acostumbrarme todavía a eso.
Persephone se aguantó la risa poniendo sus dos dedos en sus labios. Shin sin perder tiempo, se acercó a todos ellos y los juntó para un abrazo grupal.
Ella era sin duda la más feliz de tener una familia completa.
****
—¡¿Por qué no te mueres ya?!
Estuve golpeándola y cortándola, usando la espada estelar de Afrodita, pero nada surgía efecto.
Lo más horrible de todo, es que ni usando el estigma de Medusa podía hacerles frente.
[Has activado el estigma prestado 'Petrifying eyes'.]
Logré esquivar un golpe directo a mi rostro, con los segundos de ventaja, destrocé su brazo convertido en piedra, y con un rodillazo hice que volara hasta las rocas que está cerca del mar.
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Omniscient Reader's Viewpoint "La caída del odio"
FanfictionEl destino... es un chiste que acabó con todo. Solo yo conozco el fin de este mundo... o eso pensaba. Un día, Kim Dokja se encontró atrapado en el mundo de su web novel favorita. ¿Qué hizo para sobrevivir? Es un mundo golpeado por la catástrofe y el...