Capítulo 18- Línea de hipocresía (4)

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A la mañana siguiente, estaba casi sin suministros. Jung Heewon miró las bolsas de la tienda de conveniencia como si no pudiera creerlo.

—Dios mío, ¿está agotado?

—Sí.

—Ja, muy gracioso. Todo el mundo estaba mirando y ahora ...

—No, no es solo el grupo marginado.

Los invitados que llegaron en medio de la noche no eran solo miembros del grupo marginado.

—Kim Dokja-ssi, estás tomando la peor decisión.

Entre ellos estaba Cheon Inho.

—Te arrepentirás.

Más de la mitad de la comida que comí fue tomada por el grupo mayoritario. Por supuesto, pagaron la cantidad exacta.

Jung Heewon estaba furioso después de escuchar la historia.

—Espera un minuto. Entonces, ¿el grupo mayoritario monopolizará la comida nuevamente?

—Algo como eso.

—No, ¿Qué es esto? ¿No iban a debilitar el poder del grupo principal promoviendo transacciones entre la gente?

Fue una revelación inesperada. Respondí con un poco de admiración.

—Eso es correcto. Ésa era la intención. Quería que la gente se mudara voluntariamente.

—Entonces, ¿por qué vendiste comida al grupo mayoritario? ¡La situación no cambiará!

—Va a cambiar, confía en mí, además como lo dije ayer, las monedas son esenciales en todo. Acabo de conseguir 1450 monedas.

[Monedas poseídas: 17,500 C]

—¿Eh?

Tenía que hacer mi plan con esto, no me sentía bien ante la mirada penetrante de Heewon, pero debía soportarlo.

—No... ¿En qué está pensando Dokja-ssi? Sangah-ssi, ¿podemos realmente confiar en este hombre?

Yoo Sangah se acercó a mí y sonrió, después me golpeó en el hombro con fuerza, aunque tuviera resistencia nivel 15, ese golpe me dejó la piel roja.

—Yo siempre creeré en Dokja-yah.

Temblé un poco y moví mi vista hacia otro lado.

—Dokja-ssi, ¿dejaste suficiente comida para ti?

—No, lo vendí.

La boca de Jung Heewon se abrió como si estuviera estupefacta. En ese momento, alguien tocó mi mejilla. Giré la cabeza y encontré una galleta.

—¿Eh? ¿Quieres que me lo coma?

Asiente con la cabeza. La cabeza se movió tiernamente. Sonreí, tomé la galleta y se la puse a Lee Gilyoung en la boca.

—Estoy bien. Te lo comiste. Ah, debería decirles algo ... todos, ¿todavía tienen la comida que comieron ayer?

—Si, lo tengo.

—Me queda un poco.

—¿Por qué? ¿Quieres volver a comprarlo? Lo venderé.

Jung Heewon agitó la galleta de manera juguetona.

—No, deberías comerlo ahora.

—¿Eh?

—Escúchenme todos, deben comer los productos que dejaron ahora, presiento que saldrá otro escenario.

Omniscient Reader's Viewpoint "La caída del odio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora