MDZS: HECHO EN MÉXICO!!!

Pavoverso 1. Cap 54. El robo

Jiang Fengmian y Yu Ziyuan dejaban que sus hijos estuvieran fuera tan noche como ellos quisiera. Después de todo... el campo no era así de peligroso como la ciudad.

Por ello, la camioneta de la familia llegaba en la madrugada a la casa.

Eran cerca de las tres de la mañana y Jiang Cheng no tenía miedo de los fantasmas de carretera, los fantasmas del campo ni de las brujas que pudiesen vivir por aquellos rumbos. Solo les temía a los animales que pudieran atacarlo... pero eso era lo de menos.

La camioneta se detuvo en la entrada principal y se abrió una de sus puertas, entones Jiang Wanyin salió de ella y caminó hasta el lado, abriendo la puerta para su acompañante mientras le ofrecía una mano para bajar de la camioneta... porque era más pequeño que él y porque Jin Xuanyu no veía nada en la oscuridad del campo.

- ¿Seguro que no van a regañarte? – preguntó Xuanyu, tomando su mochila – Si estoy siendo una molestia... -

- A-Yu... no eres molestia – le dijo Cheng, quitándole la mochila y llevándola él mismo – Ven conmigo, pasar la cuarentena aquí será mejor si estás tú – Xuanyu caminó detrás de Jiang Cheng con una sonrisa.

Caminaron a la casa y subieron hasta la habitación de Jiang Cheng, donde se pusieron ropa cómoda y se acostaron en la cama... Jin Xuanyu nunca había estado tan nervioso en toda su vida.

Se despertó cuando escuchó una voz regañándoles.

- ¡¿PERO QUECHINGADOS ESTÁN HACIENDO?! – Yu Ziyuan estaba frente a ellos dos, quienes estaban acurrucados en la cama - ¿Tienes idea de lo preocupados que deben estar los padres de este niño? – La mujer, la mamá de Wanyin, lo regañaba a él... a Cheng - ¿Les has llamado? Por favor dime que tienes permiso... - la mirada de la mujer, si bien, era como regañándole... también parecía preocupada.

- Yo... yo les dejé una nota... - Xuanyu tomó su celular y se dio cuenta de que tenía cerca de veinte llamadas perdidas – Yo les dije que me iría unos días... - Yu Ziyuan suspiró cansada mientras tomaba el celular de Xuanyu y devolvía las llamadas.

- Buenos días, soy Yu – dijo ella – Tengo a su hijo conmigo... no, no lo robé, tan solo está de visita en mi casa... ¡¿cómo se le ocurre?!... ¡Claro que no! ¡Mi hijo no se ha robado a nadie!... Gracias por contestar tú, tu esposo es un dramático... claro, yo te lo cuido, adiós –

Colgó la llamada y miró ácidamente a su hijo.

- Que sea la última vez que te robas a un niño de su casa – le dijo, para después dar la vuelta y salir de la habitación, sin cerrar la puerta. Solo entonces Xuanyu pudo respirar.

- Ven aquí, estás temblando – Jiang Cheng lo atrajo devuelta a la cama, para que descansara sobre su pecho mientras los tapaba con una manta – Las mañanas en el campo son algo frías –