- Conejito, estás bien – Lan Wangji se aferraba con fuerza al abrazo de Wei Wuxian – Te encontramos, estás con nosotros – Lan Qiren se sintió un poco lastimado al inicio. Wangji siempre lo había buscado a él cuando era pequeño.
En las tormentas, en las pesadillas... siempre había buscado los brazos de su tío. Y verlo en los brazos de Wei Wuxian... lo lastimaba, no lo negaría, pero una esperanza y una tranquilidad se acentuó en él.
- Wei Ying... ellos iban a llevarse a los niños – explicó, su voz más tranquila – Yo los vi y pensé que podría contra ellos... pero llevaban armas y amenazaban a los niños... ellos me metieron a la camioneta después –
Notaron que sus ropas estaban hechas jirones, además de que su rostro estaba golpeado en el ojo y en la boca. Lan Qiren notó que Wei Wuxian apretaba sus manos en puños. Se dio cuenta de que él hacía lo mismo. Finalmente, los ojos de su sobrino lo encontraron a él. Se volvieron a poner llorosos hasta que encontraron ese sagrado camino que recorrían hacia el abrazo protector de su tío.
- Ya, ya... Wei Ying te encontró – sobó su espalda, acunándolo en su pecho – Estás bien, tu familia está contigo –
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Wei Ying observó por última vez el rostro dormido de Lan Zhan. La inflamación de los golpes había bajado bastante, pero el color morado comenzaba a hacerse notar. Los hombres habían sido llevados lejos y, afortunadamente, el nombre de Lan Wangji nunca apareció, ni sus fotografías. Las familias de los niños le habían agradecido con sus miradas cristalinas y Lan Wangji solo asintió, aun tembloroso.
- Él es mi hijo, Wei Ying – mencionó Lan Qiren, acercándose a él – Él y Xichen son mi vida entera... -
- Lan Zhan es mi luz – dijo él, ambos veían al Lan menor durmiendo.
- Lamento mucho tener que pasar por esto para ver cuanto lo amas y lo aprecias – dijo el tío, mirando firmemente a los ojos de Wuxian – Y me avergüenza saber que te juzgue mal, solo por vivir de una manera distinta a la que nosotros vivimos – Wuxian solo le ofreció una sonrisa amable – Ahora que vi como lo seguías... pude ver que él te cuidará, así como tú lo cuidarás a él –
Entonces, en contra de todo pronóstico, Lan Qiren extendió su mano a Wei Wuxian, quien la tomó algo sorprendido.
- Les doy mi bendición y te doy la bienvenida a mi casa –
- Señor Lan, yo... -
- Puedes quedarte a dormir, si eso deseas, ustedes ya están grandes para ser responsables –
Lan Qiren no lo admitiría, pero se sintió un poco celoso se Wei Ying ese día.
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MDZS: HECHO EN MÉXICO!!!
FanfictieEsta historia está disponible de FORMA GRATUITA EN WATTPAD, AO3 Y FB. Si la encuentras en otro lugar es PLAGIO. Shots que no tienen un orden específico con situaciones que le han pasado o que ha visto ésta persona en su ciudad y país. Wangji, ¿qué s...