MDZS: HECHO EN MÉXICO!!!

Pavoverso 3. Cap 9. La hija de Nie Mingjue

Aunque la pequeña Jingyi no era del todo... dramática, sí era una niña increíblemente consentida, y más por su papá Mingjue.

La bebé estaba llorando, no era un grito alto como el de otros bebés, pero si un llanto constante que le estaba partiendo el alma a su papá Xichen.

- Está bien, A-Yi – la puso en su pecho, sobando su espalda con amor y tratando de calmarla – Ten, mi amor, deja de llorar – tomó la mordedera en forma de dinosaurio y se la dio, pero al bebé Jingyi de inmediato la alejó de sus manos. Lan Xichen suspiró y siguió meciéndola.

Estuvo así unos minutos hasta que escuchó la puerta de la casa y vio a Nie Mingjue entrar. Su esposo solía trabajar jornadas completas de doce horas, pero cuando Nie Jingyi nació prematura, había cambiado sus turnos por ocho horas, para tener tiempo de regresar a casa y cuidar a la niña.

Nie Mingjue le sonrió a su esposo, quien le devolvió la sonrisa con cansancio. Y entonces le habló a la niña.

- A-Yi, mi corazón – la niña abrió sus ojos y vio a su papá Mingjue – Venga mi niña – ella extendió los brazos, aun sollozando - ¿Qué me le hacen a mi corazón? – Lan Xichen sonrió y negó con la cabeza.

- Nie Mingjue – el nombrado volteó a ver a su esposo, que ahora comenzaba a limpiar un poco la casa – Si alguien me dijera que el hombre rudo, con cara de enojado que conocí hace años estaría hablándole así de cursi a su hija... probablemente me reiría en su cara – Nie Mingjue soltó una risa y abrazó a la bebé, una mano sosteniéndola y la otra acariciando su cabeza.

La niña parecía sollozar más despacio, pero la melancolía seguía en su pequeño ser. Nie Mingjue se acercó a la vitrina y tomó de ella una botella de tequila. Lan Xichen observó cómo vaciaba un poco del líquido en sus dedos y llevaba su mano a la boca de la niña. Fue ahí que se apresuró.

- ¡PERO NIE MINGJUE! – arrebató a la niña de los brazos de su esposo, que ahora lo veía dolido - ¿Qué te ocurre?

- A-Huan, si le pones un poco de tequila en sus encías dejarán de molestarle – Nie Mingjue vio entonces que Lan Xichen no le regresaría a la niña, así que se limpió el tequila de los dedos y guardó la botella – Vamos entonces a comprarle una crema, está necia porque le van a salir los dientes – Lan Xichen le dio de nuevo a su hija, a lo que Nie Mingjue la abrazó con cierta posesividad – No me vuelvas a arrebatar así a mi hija, Lan Xichen.

Lan Huan solo tuvo tiempo de hacer una mueca ofendida. A veces se preguntaba si su esposo lo amaba más a él o a su hija. Y pensó que no necesitaba necesariamente una respuesta.

Así como él haría todo por Nie Jingyi, su esposo atravesaría incluso el mismo infierno por la felicidad de la bebé de los dos.

Ya entrada la noche, después de una cita con el pediatra, Nie Jingyi yacía dormida en el pecho de papá Mingjue, quien tarareaba alguna balada de rock mientras ayudaba a cortar las verduras de la cena.