MDZS: HECHO EN MÉXICO!!!

Pavoverso 3. Cap 4. La bendición de Wei Wuxian

Piensen lo que gusten del nacimiento de Lan Yuan, puede ser parto natural o cesárea o lo que gusten! No pienso narrarlo porque no lo tengo definido jajajaja

............

La camioneta se pasaba los altos y los rojos, lo que no era para nada riesgo porque eran cerca de las tres de la madrugada y nadie estaba despierto a esa hora. Lan Wangji había sacado su permiso de conducir una vez que su tío le dijo que debía de tenerlo para cualquier emergencia... y es que cualquier padre necesitaba saber manejar.

- ¡LAN WANGJI! – gritó Wei Wuxian, sosteniendo con fuerza su vientre mientras se aferraba a la pierna de su esposo, que manejaba sin parar - ¡TÚ! ¡TÚ Y TU PINCHE VER....! – el celular del Lan comenzó a sonar, a lo que él respondió por el auto.

- Señora Yu... - dijo Wangji, con la respiración algo cortada por el apretón en su pierna – Wei Ying... hospital... ahora –

- Claro, cariño ¿llevan las maletas? – preguntó la abuela, su tono recién despierto – Fengmian y yo vamos a ir ya al hospital para verlos allá ¿te parece? –

- Gracias, vamos para allá –

- ¡ESTO NO VALE TUS PINCHES CINCO MINUTOS DE PLACER! –

- ¡Fueron treinta! -

***************************

Wei Wuxian lloraba molesto en aquella habitación. Su esposo no había podido pasar ya que "tenía que arreglar cosas del seguro primero", pero ¿él qué? ¿Acaso se quedaría solo mientras su bebé nacía? Sin embargo, la abuela Yu Ziyuan, quien no se dejó intimidar por la supuesta autoridad del hospital, entró a la habitación de golpe y mirando de forma asesina al doctor que acompañaba a su hijo.

- Atrévase a decirme algo y lo mando a chingarasumadre – el doctor solo asintió y dejó que ella entrara a la habitación –A-Xian... A-Xian, tranquilo –

- No puedo... - decía entre el llanto, el dolor nublando sus sentidos – No puedo hacerlo... Mamá... mamá... duele –

- Sí puedes, ¿cómo chingados no? – caminó hasta llegar a él y tomar su mano mientras acariciaba su rostro – Mamá está aquí, mamá te acompañará – Wuxian se aferró con fuerza a los brazos de su madre.

- Puedes hacerlo, yo te acompaño –

***************************

En la habitación silenciosa estaba Wei Wuxian, un pequeño bebé en brazos mientras Lan Wangji sonreía con orgullo y lloraba en silencio.

- Lan Zhan... si valieron tus cinco minutos de placer –

- Fueron treinta, Wei Ying –