MDZS: HECHO EN MÉXICO!!!

Pavoverso 4. Cap 6. Un gusto

DATO: no en todos los estados las marchas llegan a ser tan movilizadas, sin embargo, en muchos lados sí llega a pasar.

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El camión estaba lleno. Muchas señoritas, damas, mujeres y algunas más ancianas estaban en aquel camión, pancartas y colores morados y verdes en sus cuellos y rostros, en sus blusas también.

- ¡No! – gritó una de las más jóvenes – Si tiramos esta madre les damos tiempo para que nos vuelvan a agarrar, mejor vamos a pensar en otra cosa –

- Hermana... mejor hay que esperar... - la voz de alguien que evidentemente no era una mujer se escuchó.

- ¿Quién metió a este chiquillo? – preguntó alguien.

- Es mi hermano, me estaba ayudando a cargar algo de leche y pintura – habló la chica de nuevo, la que estaba sobresaliendo de todos. Las mujeres comenzaron a elogiar al chico, que se veía muy nervioso entre todas ellas.

La chica se quitó entonces el pañuelo verde que cubría la mitad inferior de su rostro, así como los lentes oscuros y Jin Su vio que perfectamente hermosa era ella. Rasgos no delicados como las chicas que había visto antes, sino toscos, bellos, pero "deformados" en una mueca enojada y sedienta de seguir tirando el patriarcado.

- Podemos hacernos de este camión – les dijo a las mujeres que estaban allí – Lo tomamos y luego hacemos desmadre en los otros camiones. ¿Qué tal? –

- Estamos encerradas, el candado está por fuera – señaló una - ¿Cómo salimos? –

Jin Su, en un intento por llamar la atención de esa hermosa chica, alzó su mano, mostrando una herramienta multiusos y un gas lacrimógeno de bolsillo.

- T-tengo esto – le dijo a esa chica, quien le sonrió con complicidad – Tal vez sea de ayuda – a todas les había quitado sus bates, varillas y tubos, menos a ella... que en realidad solo llevaba un cartel.

- Eso es más que suficiente – dijo la chica, tomando las cosas.

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Ellas dos eran las últimas en el camión, de hecho, lo iban manejando. Jin Su estaba demasiado lejos de casa, pero no le importaba, con tal de ver a esa chica sonreír con malicia mientras chocaban algunos vehículos de las autoridades.

- Aquí me bajo, preciosa – le dijo - ¿Puedes llegar a casa sola? – por aquel sobrenombre, Jin Su solo pudo mover su cabeza de arriba a abajo – Bien, gracias por la ayuda, espero verte después – se dio la vuelta para bajarse del camión destrozado, pero se regresó en el último segundo para plantar un beso demandante en los labios de Jin Su – Wen Qing, así estoy en Facebook – le guiñó un ojo y salió de la camioneta, para después abrir la caja y sacar a su hermano de ahí.

- Hermana, ¿quién era ella? – Wen Qing negó con la cabeza, jaló a su hermano para que se fueran.