Harry Potter resurrección

Dragón

El área me recordaba a una zona montañosa solo que alrededor hacia unas gradas altas que rodeaban la zona con un diámetro de unos 50 metros.

Mire a las gradas y mi corazón se sintió alegre al ver a Hermione alentandome.

Le sonreí hermosamente mientras oía las alas de un dragón con fuerza.

Mire con molestia al dragón de escamas bordo.

Tome mi varita con cierto aburrimiento pero mi corazón decía algo.

"Tómatelo enserio" Repetía pensando en Harriet.

Respire una bocada de aire viendo el huevo de oro a unos metros del dragón.

- Realmente es una molestia - Dije mientras pensaba en Harriet molesta.

Ella puede ser… difícil de tratar.

Mi mano se alzó lentamente. 

El dragón pareció tener un presentimiento de que estaba por pasar ya que se alejó rápidamente de mi.

- Incendio - Murmuré.

El fuego de color azul eléctrico salió disparado llenando cada rincón de la zona.

En física cuando un objeto llega a los -273,15 grados centígrados los átomos llegan al punto en donde ya no pueden enfriarse más, este punto es llamado Cero Absoluto.

En oposición, la materia tienen un límite en los 1.420 quintillones de grados centígrados, está temperatura es llamada Planck.

Con solo llegar a una centima de dicha temperatura podía quemar la mayoría de cosas en el planeta.

Esa centima era el poder de mi incendio.

Estaba seguro de que aún siendo tan caliente el fuego no mataría al dragón.

El remolino azul ascendió dejando perplejos a los espectadores.

Justo en ese momento los espectadores pensaron en un solo nombre.

"Merlín" Pensaron al unísono al ver tal genio.

Cuando el fuego comenzó a apagarse dejando ver al dragón con muchas heridas y al chico de pelo plateado caminando con desinterés.

La gente lo miraba con admiración pero por encima de todo… miedo.

En sus mentes era fácil pensar que el chico podría haber perdido el control del encantamiento y matarlos a todos.

A pesar de saber los pensamientos de todos los demás mire hacia las gradas viendo a la sorprendida niña de pelo castaño.

Esa era la única reacción que importaba, la de ella, la de mi Hermione.

Me giré hacia el dragón y alze la mano con un extraño círculo en la palma de mi mano.

El dragón de gran tamaño se encogió hasta el tamaño de un perro recién nacido y se curó de cualquier herida.

- ¿Sabes que estaba buscando una mascota? Mi lechuza es muy linda como para dejarla salir - Dije tomando al pequeño dragón que se aferró a mi pierna.

Con hostilidad lanzó una llamarada que se congelo desapareciendo en pequeños copos de nieve.

Le miré y el pequeño animal entendió que si volvía a hacer la mataría.

Rápidamente subió y quedó aferrada a mi antebrazo donde no podía ser vista.

Sonreí un poco y comencé a caminar hacia adelante viendo al dragón con un poco de alivio.