Hermione estaba tan cariñosa como era usual, incluso un poco más como si estuviera marcando su pertenencia con su hermoso olor a vainilla.Por su parte Harriet era igual que siempre, pero había comenzado a hacer preguntas que por alguna razón no me dejaba de encantar.
Por ejemplo: ¿Aún me amas?
Esa pregunta podría generar cansancio con cualquier persona pero... ella es tan tierna cuando pregunta eso que simplemente me encanta verlo.
- Harriet - Dije con ella envuelta entre mis brazos - Nunca dejaría de amarte, no podría ni quieriando - Dije a si oído - Tu voz, tu cuerpo, tu timidez a pesar de todo, el simple hecho de ser tú, todo eso me encanta - Dije besándola.
Ella me siguió el beso mientras comenzaba a mover mis manos por sobre su cuerpo.
Realmente me sentía ansioso por no haberla tocado o sentido en muchas semanas.
Y ella no quería admitirlo en voz alta pero lo necesitaba desde que se despidieron en la estación.
***
- Llegaremos tarde a la primera clase del año - Se quejó vistiéndose lo más rápidamente posible pero eso solo causaba que le costará más.
- Claro, ¿no lo tenías en cuenta? - Le pregunté ya que era obvio.
- No, pensé que sería rápido - Dijo avergonzada.
- Parece que no me conoces - Dije suspirando mientras me ponía la corbata.
Ella termino de vestirse y rápidamente fuimos a la clase de Defensa contra las Artes oscuras.
Llegamos con las ropas y el cabello desordenado aunque en caso de Harriet era poco evidente.
Hermione miraba un poco celosa a Harriet pero se quedó callada.
Sus celos eran tan grandes que hasta me daba un poco de miedo.
El hombre de pata ortopédica y ojo de color azul eléctrico estaba en el podio del profesor.
Sin siquiera decir su nombre hablo.
- Para defenderse de las artes oscuras tienen que conocerlas, y yo soy el encargado de que las conozcan a fondo - Dijo Alastor (falso) mientras caminaba por la zona en la que usualmente el profesor se para.
Realmente me hubiera gustado centrarme en su discurso pero su ominosa aura me distraía y mis instintos me decís algo simple <Mátalo ahora>.
- ¿Alguien conoce una maldición imperdonable? - Pregunto a lo que nadie hablo.
- Eh... la madicion Imperio - Dijo Ron.
El profesor asintió y tomo un frasco de cristal.
Abrió el frasco y sacó una araña rara que me dio ganas de incendiarla al instante.
- ¡Imperio! - Grito con su varita apuntando a la criatura.
La pequeña criatura que no debía medir más de 3 cm de diámetro de movió de manera antinatural saltando hacia un alumno de los que estaba sentado al frente.
El alumno reaccionó como si fuera a morir.
El profesor se reía alegremente de la reacción del alumno.
- La maldición Imperio permite manipular a un ser vivo contra su voluntad - Explicó mientras movía a la araña que saltaba entre alumnos.
La araña salto en mi brazo y mi cuerpo se tensó.
El fuego brotó del interior de mi alma incendiando totalmente a la criatura.
- Oh, lo siento - Dije limpiando la ceniza de mi capa - Parece que he reaccionado de más - Dije mientras tomaba mi varita y rearmaba a la araña desde las cenizas.
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Harry Potter resurrección
FantasyUn joven muere y renace en el mundo de Harry Potter con el deseo de tener una vida entretenida, algo simple con sus amistades. Evidentemente los derechos de la saga de Harry Potter no me pertenecen