Harriet.Enfrente mío estaba Sirius con varias heridas en su rostro, a pesar de que parecía querer resistirse soltó un grito agonizó a la vez que una fría risa resonaba. La que parecía ser mi mano se alzó con una varita en mi mano, la varita se movió suavemente y Sirius comenzó a gritar.
Me levanté agitada de la cama.
Había pasado muchos días en los que solo soñaba con unas esferas raras y ahora esto.
- Debí aprender oclumancia cuando pude - Murmuré mientras suspiraba.
Me pare y me vestí rápidamente mientras salía de la habitación.
Rápidamente subí las escaleras hasta llegar al cuarto de Adán, en cierta parte fue un reflejo ir a buscar a Adán pero él no estaba, aún así mi solución siempre estaba allí.
- Herms - Llame a la puerta rápidamente.
Pasaron segundos en los que me tente con tirar la puerta que finalmente se abrió.
- ¿Que quieres? - La chica tenía la camisa puesta y me miraba con ojos somnolientos y molestos a la vez.
- Tuve un sueño, Sirius está en peligro - Dije a lo que ella se apoyó en el marco de la pared y suspiro.
- Llamalo desde la chimenea - Dijo simplemente.
- Pero Umbridge bloqueo todas las chimeneas, ya sabes para qué no usemos el Red Flu - Le recorde ya que parecía estar un poco dormida aún.
Ella chisto molesta y cerró la puerta.
Me quedé allí atónita.
¿Herms me cerró la puerta, a mi?
Cerré los ojos y me resigné cuando la puerta volvió a abrirse. Mi amiga estaba ya vestida de manera más formal y salió de la habitación.
- Vamos - Dijo con molestia pero aún así guio el camino hacia su solución.
La seguí con cierta preocupación por su forma de actuar.
Caminamos durante 10 minutos en los que no parecía haber nadie en todo el castillo, eso hasta que llegamos a la oficina de Umbridge. Entonces Herms se dio vuelta con una sonrisa y señaló hacia atrás con nsu pulgar.
- Si quieres una chimenea para poder confirmar la situación de Sirius o incluso para ir al ministerio entonces esa es la única solución que tienes - Dijo con una sonrisa sádica - ¿Y bien? -
La mire con una sonrisa y toque su hombro mientras pasaba por su lado.
- Realmente eres lista Herms - Dije mientras tomaba mi varita.
"No me voy a arrepentir de esto" Pensé mientras apuntaba hacia la puerta de la oficina.
- ¡Bombarda máxima! - Grite mientras una fuerte explosión derribaba una tercera parte de la oficina de Umbridge.
- ¡Primero deja que me marché! - Dijo Hermione tocando su frente con el dedo índice molesta.
- Herms... - Dije sonriendo mientras me preparaba para ir a la chimenea - No seas aburrida - Me reí mientras escuchaba como los pasillos se volvían más y más bulliciosos.
Ella me miro con ojos agudos y me siguo.
***
Hermione.
Casa día que pasa estoy más y más dispuesta a matar a esta niña, ahora que lo pienso no me ha dado más que problemas...
Suspiré mientras miraba como de cada una de las salidas aprecian figuras sombrías de humanos.
- ¿Harriet? - Le llamé con calma mientras veía como la chica tomaba una esfera de nieve con su nombre escrito en el.
La chica se acercó a mí y me miro con cierta advertencia en sus ojos.
- ¿Que hacemos ahora? - Pregunto ella a lo que me sentí claramente irritada.
- ¿Enserio no pensaste en nada, no? - Pregunté molesta mientras tocaba mi muñeca y sentía algo suave similar a un muñequera y sonreí tranquila - Está bien Harriet - Dije mientras alzaba mi varita y apuntaba a una de las profecías de los incontables filas y la destruía causando que rápidamente las filas comenzarán a desmoronarse mientras corríamos en por la peligrosa situación.
Me reí un poco por la situación mientras nos metimos en una habitación que era bastante grande.
La habitación tenía un arco en medio que me hizo recordar a Stone Age.
- ¿Que es eso? - Pregunto la niña a mi lado mirándome como si le diera mala espina.
- No lo sé - Dije mientras iba a la siguiente puerta. Giré el picaporte y de repente sentí como algo presionaba mi estómago y me hacía retroceder unos 5 metros.
Caí de espalda pero me levanté rápidamente para ver una figura oscura con una máscara que le cubría el rostro y una larga túnica oscura.
Mis ojos se agudizaron en forma de amenace hacia el mortifago. El pobre no pareció entender la señal que di ya que se acercó.
Mi pulsera, el primera regalo que me había dado Adán, destello y el mago oscuro se volvió ceniza.
Observe la pila de cenizas con asco y desdén a la vez, pero no pude estar más tiempo así.
Rápidamente una docena de sombras comenzaron a rodearnos mientras se desplazaban por las paredes.
Fácilmente eran 20 mortifagos. Uno de ellos movió su varita por encima de su máscara haciéndola desaparecer y dejando ver su rostro.
Lucius Malfoy.
Mire a mi amiga y dude por un momento dude de si podrías salir bien de esta situación.
- Denos la profecía - Dijo Malfoy calmado aunque sus gestos parecían amenazantes.
Harriet dio un paso a lado mío y tomo la profecía con fuerza en su mano.
- ¿No viste lo que le pasó a tu compañero? - Pregunto ella con una sonrisa mientras apuntaba con su varita hacia la profecía.
Lucius pareció dudar y dio un paso atrás.
- Si la destruyes ya no habrá razón para que tu y tu amiga salgan vivas de aquí - Advirtió a lo que Harriet se rió amargamente.
- ¿Has pensado en dejarnos salir vivas de aquí? - Pregunto capciosa.
Lucius palideció y la esfera explotó.
- Niña estúpida - Dijo el haciendo una seña con la mano derecha hacia sus compañeros.
Los mortifagos se prepararon como animales para atacar pero de repente sentí como el ser en mi brazo de levantaba y tomaba su forma humana. Todos la vieron un poco confundidos, sobre todo por el hecho de que apareció arrodillada.
¿Por qué estaba arrodillada? No lo entendí ni siquiera cuando una columna de llamas cian aparecía.
De esas llamas pude ver como un mechón de pelo plateado se asomaba mientras un fuerte viento lo acompañaba.
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Harry Potter resurrección
FantasyUn joven muere y renace en el mundo de Harry Potter con el deseo de tener una vida entretenida, algo simple con sus amistades. Evidentemente los derechos de la saga de Harry Potter no me pertenecen