Deseo

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Hermione.

Me desperté somnolienta.

Me duche y luego me vestí.

Cuando salí del baño vi a Harriet durmiendo con la cama muy desordenada.

Suspire un poco celosa mientras tomaba uno de mis libros y salia de la habitación.

Baje las escaleras hasta llegar a la sala común.

Caminé alrededor de los sofás y casi me siento sin mirar.

Pero dónde me senté no era tan suave como los almohadones... al contrario, era bastante duro.

Mire hacia atrás.

Allí un niño de pelo blanco estaba acostado con las manos cubriendo su rostro estaba acostado en el sofá que sería para unas 4 personas.

- ¿Sabes? - Pregunto el con una voz tranquila - Estoy muy cansado como para hacerlo ahora - Dijo sonriendo pícaramente mientras se sentaba y yo me quedaba sentada en su regazo.

- Ehh yo... - Dije avergonzada aunque el solo sonrió aún más y me tiro causado que quedará a su lado entre sus brazos.

- Era broma Mione - Dije abrazándome con lo ojos cerrados.

- ¿Cuanto dormiste? - Pregunte sería.

- Unas 2 horas - Dijo el.

Lo mire con un poco de molestia.

Es verdad que yo le había dado permiso para hacer lo que quisiera con Harriet pero ahora me sentía muy celosa.

Abrí el libro desde la página marcada y seguí leyendo sentada a su lado.

El silencio entre nosotros no era algo muy usual pero por alguna razón no podía iniciar una conversación.

De pronto sentí como algo se apoyaba en mi regazo.

Baje un poco la vista del libro y allí el pelo blanco de Adán se deslizaba dejando ver totalmente su rostro.

Con los ojos cerrados respiraba tranquilo dejando ver que estaba dormido haciéndolo ver tierno.

Generalmente el era un poco imponente y bastante hermoso pero ahora era tierno como un gatito.

Con delicadeza deje el libro en la mesa y toque el rostro de mi novio.

- Ayyy me muero - Dije involuntariamente mientras me sentía calida por dentro.

A pesar de haberlo conocido por tantos años y haber pasado tanto tiempo con el aún había cosas que no sabía de el.

Sonreí y bese su frente.

- Adán... - Murmuré - Deseaba ir contigo al baile - Susurré mientras acariciaba suavemente su rostro.

El se movió un poco y abrió levemente sus ojos.

- Mione... a veces eres muy tonta - Murmuró el con rostro serio - Siempre que tú quieras haré LO QUE SEA - Dijo en un susurro mientras volvía a dormir.

Sonreí ante sus palabras y tome mi libro.

- Puede que tengas razón - Murmuré leyendo.

****

Adán.

Luego de que la clase de Artes Oscuras terminará salí de allí con Harriet.

La niña se quejaba muy molesta por la clase que calificaba como "una clase inútil".

- Si no fuera tan importante a la hora de conseguir trabajo no la cursaría - Dijo alegre de pensar en el librarse del tenebroso profesor.

- Nadie lo haría - Asegure sonriendo.

Harry Potter resurrección Donde viven las historias. Descúbrelo ahora