Junto a Él

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Mis ojos se abrieron poco a poco, el cielo se volvió más y más claro a mis ojos.

Me levanté suavemente y tuve una rara sensación. Mis dedos no sentían el suelo ni mi rostro el viento que agitaba las ramas de los árboles.

Me sentí desconcertado por lo que pasaba.

Mis ojos se dilataron y sonreí con esas letras en mis ojos.

- Gracias mi pequeña diosa - Dije burlón mientras asimilaba rápidamente la decena de técnicas que la diosa me había mostrado involuntariamente.

No había previsto esto pero aún así me sentí un poco alegre mientras intentaba convertir parcialmente mi brazo.

Este se volvió un tipo de objeto resplandeciente que no me dejaba ver claramente.

Una sonrisa radiante se formó en mi rostro con ciertas emociones que había olvidado como sentir.

Mis ojos brillaron rojos y mi corazón latía desenfrenado.

- Supongo que tendrás que esperar un poco Mione - Murmuré un poco apenado mientras el viento era atraído hacia mi como las estrellas a un agujero negro - Me da curiosidad… saber cuál es mi límite - Dije impresionado mientras mi magia era expulsada unidireccionalmente.

***

Hermione.                  

Me sentía muy inquieta sin la presencia de Adán, aunque solíamos pasar tiempo separados por diferentes circunstancias aún así sigue siendo el pilar fundamental de mi vida, tenerlo lejos una hora ya era mucho para mí pero ya habían pasado casi dos semanas.

Sonreí un poco enternecida por mis pensamientos de el pero aún así seguía con el problema en manos.

- ¿Donde mierda se metió ahora? - Pregunte con molestia mientras me acostaba en su cama, sus mantas rojas era muy cómodas y eso era otra de las razones para dormir con el.

Pero sin el… la habitación parecía sombría.

Me mordí la uña mientras vagaba por la habitación revisando entre las cosas de mi novio, en sus libros varias notas intangibles incluso para mí, en su ropa ni había nada inusual pero cuando revise debajo de la cama vi un gato blanco que dormía plácidamente.

Recordé a la niña de pelo plateado así que desperté al gato.

- Mida… - Murmuré acariciando al gato que se despertó y salió debajo de la casa para subirse a esta misma.

Un fuerte brillo me cegó y cuando volví a ver al gato ahora era una linda chica vestida con un vestido negro.

- ¿Que quieres? - Pregunto la niña altanera con una mirada de superioridad.

- ¿Sabes dónde está Adán? - Pregunte con molestia.

- ¿El?¿No sabes dónde está? - Pregunto con una mirada complacida en la que parecía estar segura de su superioridad ante mi.

- No - Dije con una furia silenciosa que se dejaba ver en mis ojos.

La chica sonrió mientras sus manos se colocaban en su cintura.

- ¿Y quieres que te diga dónde está? - Pregunto a una respuesta obvia.

- Claro - Asentí un poco molesta con ella.

- Bien, te lo diré por ser su mujer pero aún así no creo que lo puedes encontrar - Se burló un poco graciosa mientras sus manos se alzaban suavemente.

El aire se curvo y un óvalo blanco, como un espejo, se levantó.

Allí podía verse un mapa de… creo que de Manchester, un punto rojo estaba marcado allí por lo que tome mi varita.

- Esa fue la última vez que estuvo en este mundo, luego comenzó a alternar entre dos realidades - Dijo con un poco de desdén.

- ¿Como? - Pregunté bajando mi varita y mirándola con desconcierto.

- Claro, el ya era poco humano cuando me atrapó, ahora es menos humano aún - Dijo pensando un poco - Si lo tuviera que comparar con otro ser sería un silfo - Explicó con una sonrisa enternecida.

Me sorprendió un poco verla sonreír así por lo que la mire sorprendida.

- ¿Que es eso? - Pregunté confundida.

- Es un espíritu del viento, similar a los elfos - Me miro con desdén como si fuera una estúpida.

- ¿Como los elfos domésticos? - Pregunté sintiendo que esa comparación era absurda.

- ¡No niña tonta! - Dijo con cierta irá - Un elfo típico de la literatura europea - Parecía irritada por el insulto a el que ella había proclamado su maestro.

Y eso era otra cosa, ¿A que se refería con maestro desde su nacimiento? Que yo sepa Adán la atrapó hace menos de un año pero luego infagaria sobre eso.

Finalmente me deje caer en el sofá de la habitación y me cruce de piernas.

- Ese idiota, ¿Que estará haciendo ahora? - Pregunté molesta mientras la niña miraba con un toque de superioridad - ¿Que pasa? - Pregunté mirándola con desdén.

- Tu… - Murmuró la niña bajándose de la cama y caminando hacia mi. Sus manos tocaron mi rostro duaveemtne y sus ojos me miraban.

"Son tan hermosos como los de Adán" Pensé pérdida.

Su rostro formó una rara sonrisa y senti la frialdad de sus manos.

- ¿Te sientes distante a el? - Pregunto con una sonrisa que parecía comprender mis emociones.

- Bastante, no sé si yo sea lo mejor para el - Murmuré débilmente a lo que ella rió.

- Son iguales en eso - Murmuró ella - El también duda ser lo mejor para ti, pero aún así se queda contigo porque es lo que más quiere - Aseguró sonriendo.

- ¿El duda ser lo mejor para mí? - Me pregunté divertida - ¿Quién podría ser mejor para mí? - La sola idea era irracional, Adán era básicamente mi alma gemela no podría hacer nadie mejor para mí.

- No lo sé, apenas te conozco - Dijo la niña encogiéndose de hombros - Claro que Adán lo sabría pero conociéndolo esa persona podría estar muerta hace mucho - Continuo la niña - Pero como sea, no quería hablar de eso - Dijo dejando lo antes dicho en el aire.

- ¿Entonces de qué querías hablar? - Le pregunté tranquila.

- De ti y sobre tu posición - Dijo lentamente mientras acariciaba suavemente mi cabello - Eres la futura esposa de mi señor… - Cierto tono en ella me generaba desconfianza.

- ¿Tu señor? El me dijo que no te agrada y ahora actúas así… - Hablé desconfiada.

- Bueno, me agrade o no es mi señor desde su nacimiento - Dijo sonriendo - Además que últimamente no me trata tan mal como para dejarme encerrada en una caja de madera durante años - Su sonrisa parecía reflejar cierto aprecio por Adán por lo que confíe.

- Continuando con lo anterior… si, soy la prometida de Adán - Confirme lo ya planeado - ¿Y que tiene eso? - Pregunté tratando de mantenerme calmada.

- ¿Estas al nivel para no causarle inconvenientes? - Pregunto la niña con un rostro serio - El incluso estar en presencia de el causa severos daños a tu cuerpo, imagínate ahora que su poder ha aumentado - Dijo seriamente.

- ¿Que… que debo hacer para poder estar con el? - Pregunté.

"No quiero igualarlo, eso sería pretencioso, solo quiero poder estar con el toda mi vida" Pensé con ciertas emociones en mi.

La chica tomo mis manos y de tiro junto conmigo a la cama de Adán.

- Bien, solo tienes que tomar un poco de su sangre - Sonrió tiernamente.

La mire extrañada.

- Eso no será difícil - Dije recordando alguno de los juegos que a Adán le gustaba tanto.

Harry Potter resurrección Donde viven las historias. Descúbrelo ahora