Finalmente

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Cuando aparecí sentí como Mida que había estado envuelta alrededor de mi muñeca se movió.

- ¿Pasa algo? - Pregunté a lo que sentí como me habla mentalmente.

El fuego aún no se apagó, eso fue problemático ya que aparecí en medio de decenas de personas.

- ¡Hola gente! - Grité renunciando a pasar desapercibido.

Todos se pusieron alerta y desenfundaron sus varitas.

- ¡Oigan no hace falta las hostilidades! - Dije mientras el fuego azul se extendía y en vez de quemarlos vivos solo se quemaron sus varitas - Ahora... - Murmuré mientras Mida entendía la señal y tomaba su forma de dragón - Veamos al ministro - Decidí estando encima del gran dragón blanco.

Desde lejos donde el fuego no había llegado aún varios encantos y maleficios fueron lanzados a mi dragoncita.

Pero Mida... tiene mal temperamento.

Una llamarada de fuego blanco salió disparada de manera constante y arrasó con todo a su paso. A diferencia de mi Mida no fue benevolente y mató a cada quien que alzo su varita contra ella.

"Que asco me dan" Mira susurro con frialdad y asco.

Sonreí divertido dejando ver mi lado que más le gustaba a Mione.

- Lo siento mucho pero hoy es día de limpieza - Dije mientras veía solo cenizas alrededor de mi.

Mida bajo la cabeza y sentí toda su molestia.

- Buena chica - Dije bajándome de su lomo y sonriendo.

Camine por el lugar mientras la ceniza se alejaba de mi como por arte de magia.

- Caminemos un poco - Dije ya que un dragón no cabía en el ascensor.

Ella tomó su forma de niña y camino a mi lado con una ternura que no encajaba en lo absoluto con todos los muertos que había dejado en segundos.

Ella tomó mi mano suavemente y sentí un escalofrío en todo el cuerpo.

- ¿Que sucede Mida?¿Tienes miedo de perderte? - Le pregunté divertido pero ella me dio una mirada sería y no respondió.

Camino junto conmigo, en el silencioso ministerio solo se oí el cascabel alrededor del cuello de Mida. Caminamos hasta un ascensor con el que bajamos hacia décimo piso donde era el tribunal de la Wizengamot.

Llegamos a un largo pasillo totalmente construido con mármol negro o algún tipo de material similar a la obsidiana pulida.

- Cuánto lujo - Dije a lo que Mida me dio una mirada juiciosa.

- Esto no es nada, deberías tener esto y mucho más por ser quien eres - Dijo la niña a lo que sonreí cálidamente.

Avanzamos un poco más y llegamos a un tribunal.

Allí varias personas hablaban sobre algo que creo era la posesión ilegal de una varita.

- ¿A quien le robo está varita? - Preguntó Umbridge desde un gran estrado por encima de los demás.

- Yo no robe esa varita… la obtuve a los 11 años en Ollivanders antes de ir a Hogwarts - Dijo la mujer en el lugar del acusado débilmente.

- Eso es imposible, una varita no escogería a una hija muggle - Dijo Umbridge causando mí risa que resonó en todo el tribunal.

- Justamente lo dice una mestiza - Dije con una sonrisa llena de asco.

- ¿¡Kedward!? - Dijo la mujer asustada al verme - ¡Guardias! - Grito haciendo que al instante salieran 20 aurores.

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