Adán.Sirius me dio tres sobres, las primeras dos tenían mi nombre y el Hermione lo que me hizo pensar que la última era para Harriet., revise el primero con calma y no pude evitar dejar pasar mis emociones al leer.
Por su parte guardé las dos cartas y decidí esperar a que las chicas estuvieran despiertas para dárselas.
Finalmente decidí ir al callejón Diagon para comprar mis cosas.
Mis ojos fueron hacia mis manos cuya mayoría de dedos estaban rodeados por hermosos anillos de diferentes metales y adornos.
El anillo rojo por fin había tomado color luego de casi 4 años aunque los otros apenas lo tenían.
Sonreí y me quite el anillo rojo con cierta sensación en mi pecho.
De repente la voz de la pequeña de pelo plateado me llamo la atención.
- ¿Eso es tuyo? - Pregunto tomando mi mano con una mirada enternecedora.
- S-Si - Dije sintiéndome dudoso por su actitud.
La niña me miro con fijez y luego suspiro.
Se mantuvo en silencio haciéndome sentir inquieto y por eso hablé rápidamente.
- Justo ahora te iba a comprar ropa, ropa para que uses y no vayas así por toda la casa - Dije mirándola de arriba a bajo con cierta inquietud en mi.
Mis manos acariciaron su rostro con una sonrisa mientras me marchaba.
La niña se mantuvo indiferente pero cambio a su forma como un dragón más pequeño de lo normal a la vez que salía volando a mi muñeca y aferrándose a esta.
- Me está asustando tu actitud - Dije con cierta preocupación por su… ¿sumisión?¿gentileza?
Como sea.
Mi cuerpo fue automáticamente vestido con una camisa blanca, zapatos y pantalones negros y una capa de tela negra.
Con un suspiro moví mi varita y mi estómago se revolvió haciéndome sentir… o no, no me sentía mal cuando aparecí en el callejón.
Toque suavemente mi muñeca donde estaba el pequeño animal y sonreí.
***
Estaba tranquilamente hablando con uno de los tantos duendes del banco.
Finalmente decidí hacer un solo pedido.
- Quiero hacer una prueba de sangre - Dije sonriendo aunque el duende me dio una mala cara.
Obviamente estaba cansado de magos pobres que se hacen la prueba soñando con tener una fortuna heredada, pero la realidad suele ser muy cruel con los soñadores.
- 2 galeones - Dijo estirando su mano.
Deje caer las dos monedas de oro en la mano del duende que esbozó una leve sonrisa.
El duende tomo una daga y la estiro hacia mi.
- Hágase un corte en el dedo pulgar, deje caer la sangre en este papel - Dijo poniendo un papel en la mesa.
Sonreí totalmente seguro de mis posibilidades y dejé caer mi sangre en el papel.
El papel se cubrió de negro, poco a poco el papel volvió a ser blanco pero con unas letras de color negro.
El duende miro el papel y asintió con calma.
- Adán Kedward, hijo de Aitor Kedward y Emma Von Engel - Dijo con calma - Su herencia… - Murmuró bajando su vista hacia la parte más baja del papel, su rostro cambio y hablo seriamente - Por favor sígame - Indico mientras el pequeño ser se bajaba del taburete y me guiaba en el camino.
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Harry Potter resurrección
FantasiUn joven muere y renace en el mundo de Harry Potter con el deseo de tener una vida entretenida, algo simple con sus amistades. Evidentemente los derechos de la saga de Harry Potter no me pertenecen