Harry Potter resurrección

Con Confianza

Aunque la situación era bastante tensa Adán seguía igual de tranquilo que siempre.

¿Que estaba pasando? Para Adán no era nada, simplemente Voldemort había tomado el control del ministerio.

Pensé en ocultar a mis padres pero Adán dijo que no sería necesario, que ya estaban protegidos.

Suspire ya que podía imaginarme una o dos o tres maneras de que estén a salvo y ninguna me gustaba mucho.

- ¿Seguro que no los encerraste en un sótano oscuro y húmedo? - Le pregunté a lo que el continuo leyendo en silencio - Adán - Me acerqué y tome su rostro para que me mirase.

- ¿Si lo hubiera hecho estarías enojada? - Pregunto con calma a lo que me reí.

- Adivina - Incite ya que era obvio.

El sonrió y me beso suavemente.

- No, aunque se me ocurrió eso no sería tan humanitario. Simplemente hice una cúpula cerca de tu... de su casa para que no les pase nada - Dijo a lo que sonreí feliz.

¿Por qué estaba feliz? El acaba de decir "su casa" es decir que ya no era mi casa. Claro.

Ahora vivo con el, esta es mi casa.

Lo bese y me subí a horcajadas quitándole y tirando el libro que el leía.

- Primero ya tenemos casa... segundo tenemos que terminar el colegio... tercero casarnos y lo último sería... - Murmuré dándole un beso con cada paso - Tener hijos - Dije esperando una reacción exagerada de el.

Pero solo sonrió suavemente.

Mi pecho se agitó por su calma.

- Mientras tanto podemos practicar - Dijo besando mi cuello y subiendo mi camisa que era mi única prenda.

***

Estábamos en lo nuestro cuando escuché la ventana golpearse.

Literalmente pasaron una o dos horas hasta que nos dignamos en abrir la ventana.

- Mira - Me dije tomando una carta sellada.

- ¿Que es? - Tome la carta y leí para luego sonreír feliz.

"Asunto urgente: la extradición de Harriet Potter será llevada el..."

- ¿Irás? - Le pregunté con curiosidad aunque con solo verle a los ojos podía asegurar que si.

- Obviamente, es mi querida y pequeña Harriet. ¿Quién sabe lo que podría pasarle si no la protejo? - Dijo a lo que sentir una tremenda envidia.

El sonrió y se acercó besándome.

- Aún nos quedan varios días para ir a buscarla - Dijo mientras me cargaba con su mano izquierda bajo mis muslos y su otra mano en mi espalda.

Así me llevo de nuevo a la cama.

***

Harriet.

Estaba en la casa totalmente vacía.

Estaba bastante aburrida mientras esperaba sentada en la mesada mientras leía uno de los libros que Adán me había dejado.

Este se llamaba «La vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne»

Aunque no gustaba leer e incluso pensé que se había confundido y me había dado un regalo de Hermione... era de Adán... mi Adán.

Solo pensar eso hacia que me guste la literatura, o al menos este libro.

Suspire cuando lo termine por duodécima vez.

De repente oí como alguien golpeaba la puerta.

Tome mi varita y camine hacia la puerta con calma.