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Harriet.

A pesar del próximo partido aún así me sentía un poco aburrida sin Adán, estaba un poco molesta con el pero aún así el deseo que tenía de verlo nuevamente me hacía perdonarlo.

Suspire mientras tomaba mi escoba y salía de los vestuarios.

- Bien, vamos a ganar - Dije sonriendo a las personas que me seguían.

Salí al campo y rápidamente tome altura. Mi equipo y el de Ravenclaw hizo lo propio, a pesar del clima perfecto para el juego me sentía un poco preocupada por la persona que nos observaba desde el antiguo lugar de Dumbledore.

Suspire molesta y cerré los ojos para oír como la gente gritaba y un cañonazo que era acompañado de los fuertes movimientos del aire.

Abrí lentamente mis ojos y vi como mis compañeros se estaban moviendo en consecuencia a las varias esferas que eran la quaffle y las bludgers.

Suspire mientras buscaba la snitch con la vista.

Sonreí cuando el destello dorado me advirtió de su presencia y me lancé hacia ella.

El sonido del viento que se rompía enfrente mío me hacía sentir viva cuando acorte la distancia a unos 2 metros.

Estire lentamente la mano para no perder el equilibrio cuando sentí como si mi cuerpo fuera golpeado violentamente, dislumbre suavemente la sirueta de una persona pero no le reconocí.

Sentí como flote en el aire hasta que comencé a caer lentamente y así la velocidad aumento gradualmente.

Cierta parte de mi se sintió relajada mientras sentía como mi peso se volvía más suave hasta ser como el de una pluma.

Pero mientras seguía bajando pude ver cómo poco a poco los jugadores presente se juntaban y parecían estar discutiendo algo.

Suspire molesta por los inconvenientes que tenía, por ser capitana el comportamiento de mis compañeros se refleja en mi.

Aunque tampoco me pasaría mucho solo porque discutieran.

Sonreí con ese pensamientos mientras con un accio atraía mi escoba.

Pero escuché un fuerte golpe que me hizo girar la cabeza con fuerza.

- ¡¿Que diablos hacen idiotas?! - Dije con una notable furia.

¿Por qué mi furia? Era obvio viendo al chico que estaba tirado en el suelo con la nariz chorreando sangre a montones.

Mis ojos se dilataron y por primera vez en mucho tiempo pude ver los colores, era algo de Adán, como un regalo que me dejaba ver las emociones de la gente.

Claro, era algo inusual ya que no quería depender de el.

Pero instintivamente esos ojos me guiaron hacia el pilar de madera donde estaba Umbridge.

Un fuerte color alegre azul, que suponía era alegría, me llamó la atención y recién en ese momento note todo el panorama.

Pero ya era tarde como para hacer algo, está se la podía dejar a Umbridge pero en el momento que Adán vuelva… solo pensar lo que le hará hace que no me sients tan molesta.

Pero tal como supuse Umbridge no tardó en bajar del palco del director hasta a donde estaban mis compañeros y los jugadores de Ravenclaw.

Suspire y cerré los ojos.

****

Hermione.          

Realmente me estaba desesperando, sin Adán me sentía una monja, necesitaba desesperadamente estar con el… en la cama… sentir su calor dentro mío…

Además estaba ella, el pequeño animal que se había adueñado de la posición de Adán parecía ser mucho más sádica que el.

Todo el tiempo que estaba cerca de ella parecía absorber mi energía mágica hasta el punto en el que me sentía agotada.

Según ella.

- Cada persona humana tiene un almacén de maná, eso que lo humanos llaman magia, si se vacía totalmente este no vuelve a llenarse - Dijo alertandome - Pero si ese estanque es parcialmente vaciado se volverá a llenar un poco más que antes - Continuo - Aunque lo seres mágicos como yo no necesitamos en absoluto de ese estanque ya que usamos el maná del ambiente mismo - Dijo con su tipica arrogancia.

Y con esa excusa ya podía torturarme constantemente, pero aún así mi curiosidad no freno. Sabía que la molestaría pero quería saber algo más de el.

"¿Y Adán?" Le había preguntado.

- ¿Ese? Como está hecho de maná puro no hace más que emanar maná constante sin acabarse nunca - Dijo con cierta molestia.

Aún no entendía la razón pero había aprendida algo de ella, el solo nombrar a Adán la molestaba a niveles inentendibles.

Pero ni siquiera era ella quien me causaba mayores inconvenientes sino Harriet.

La chica se había vuelto mucho más densa desde que Umbridge la había sancionado por la falta de disciplina de su equipo.

¿Y quien tenía que soportarla? Por su puesto que el gato no, yo, yo tenía que aguantar las quejas de Harriet. Es mi amiga por lo que estoy dispuesta a soportarla pero aún así me parece redundante.

Suspire enfrente de la chica que me miro con determinación.

- ¿Sabes? Tenemos que matar a Umbridge - Soluciono con una sonrisa encantadora.

La mire sorprendida pero aún así continúe leyendo con calma.

- ¿Si? - Pregunté tranquila - ¿Y cuando quieres hacerlo? - Pregunté.

- ¿Enserio me ayudarías? - Pregunto sorprendida.

- Eres mi amiga, te ayudaría en la mayoría de ocaciones - Dije con cierta distancia.

Ella sonrió amigable y se levantó de su asiento.

- Entonces… - Trato de decir a lo que vi sus intenciones.

- Si está mal planeado no te ayudaré, - Le interrumpí - Mi disponibilidad para ti es incondicional pero mi accionar no es al azar - Deje claras mis intensiones sin lugar a confusión.

- Mmmm… - La chica pareció replantearse la idea y luego perdió su sonrisa.

- ¿Que pasa? - Pregunté cerrando mi libro con cierto nivel de impaciencia.

Ella guardó silencio y pareció pensar profundamente durante unos 10 minutos en los que mi paciencia fue agotada poco a poco.

- Bien, cederé está vez - Murmuró con un destello peligroso - Por ahora.

Sonreí un poco al reconocer esa actitud tan usual para mí.

Me levanté de mi asiento y me acerqué a la chica.

- Hace 5 años que te conozco y está es la primera vez que te veo pensar algo con cuidado - Murmuré mientras mi mano tocaba su rostro y me acercaba a ella - Creo que debería darte una recompensa - Susurré a lo que ella sonrió suavemente.

- Bien, no me molestaría - Respondió.

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