El Sombrero Seleccionador

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Seguimos a la profesora McGonagall a través del piso de piedra señalizado con banderas. Se podía oír el ruido de cientos de voces desde un portal de la derecha pero la profesora nos llevó a los de primera año a una pequeña cámara vacía, fuera del hall. Nos juntaron allí, más cerca unos de otros.

Me sentía un poco incómodo por la cercanía con los demás pero me daba bastante igual, o sea, son niños y niñas de 11 años.

Luego de eso explicó cuales eran las 4 casas.

Gryffindor, la casa del valor.

Hufflepuff, la casa de la lealtad.

Ravenclaw, la casa de la inteligencia.

Slytherin, la casa de la ambición.

Solo con esa descripción la mayoría de chicos se dieron cuenta de la reputación que Slytherin tenía.

Los ojos de la profesora de detuvieron en la capa mal puesta de Neville y la nariz mancha de Ron.

- Voy a regresar cuando estemos listos para ustedes - Dijo McGonagall saliendo de la habitación.

Cuando cerró la puerta los nervios se veían en la mayoría de alumnos, la gran mayoría de mantuvo en silencio pero la chica a mi lado murmuraba todos los hechizos que se había aprendido.

Luego de que varios fantasmas asustaran a los chicos una voz aguda hablo.

- Ahora, formen una fila y síganme - Dijo la profesora a los de primera año.

La seguimos hacia el Gran Comedor.

Era un lugar que solo podía definirse con fantástico, flotando a unos 10 metros había cientas de velas, 4 mesas de la izquierda a la derecha, verde, azul, rojo y amarillo, cada mesa estaba bastante llena, el techo (encantado) dejaba ver el cielo lleno de cientas de estrellas

Vi al sombrero, sentado en un taburete enfrente de la mesa de los profesores, de repente comenzó a temblar y recitó un discurso.

Solo suspire.

¿A cual iré? Realmente no me considero ambicioso ni valiente, ni leal, considerando todo lo más lógico es que vaya a Ravenclaw.

El sombrero comenzó a decir nombres y pasaron uno por uno, o eso esperaba.

- Adán Kedward - Dijo McGonagall.

¿Eh? Adán obviamente no es mi apellido.

Suspire.

Caminé hacia el taburete con pasos lentos pero con fuerza.

Los pasos resonaban en el comedor que estaba más silencioso que una tumba.

Llegue al taburete y realmente estaba tranquilo, lo peor que me podía pasar era que no me pusieran en ninguna casa, si eso pasase solo tendría que estudiar medicina y de ahí mi vida sería fácil, y si eso también fallase solo tengo que...no, no podía fallar en medicina o en esto.

Me sente quitándome el sombrero y me pusieron el otro sombrero en la cabeza.

Una voz hablo.

- Mmmm...que mente tan perturbada - Dijo la voz - Has visto docenas de muertes - Dijo con tono compacibo.

Estaba en total oscuridad.

- Mmmm... - Dijo pensativo.

- Iré a Gryffindor - Dije aunque realmente preferiría ir a Ravenclaw.

- Con esa actitud y tú sangre fría serías un serpiente perfecta - Dijo a lo que suspire.

- ¿De que sirve ser perfecto? - Le pregunté mientras el vacío en el que estaba se volvía un sala de espera aunque no podía ver a nadie más me sentía cómodo en este ambiente - Solo quiero ver una buena obra de cerca - Dije mientras entendía porque había dicho que era un Slytherin perfecto.

Harry Potter resurrección Donde viven las historias. Descúbrelo ahora