Harry Potter resurrección

Clase de Vuelo

Harriet.

La chica de pelo azabache miraba al chico de pelo plateado sentado en sofa leyendo.

El único que no la trataba diferente por ser "la elegida" en realidad el ni siquiera la miraba.

Por alguna razón le parecía muy atractivo, su pelo plateado, sus ojos rojos...su actitud calmada y por sobre todo, aunque el haya dicho que fue casualidad creo firmemente que el me defendió de Snape.

Solté un suspiro.

***

Adán.   

Juro por Dios que no quería saber nada de mis compañeros de cuarto pero...son muy ruidosos.

Me recordaban a mis hermanos menores, siempre hablando y a veces gritando.

Los mire con ojos asesinos y comenzaron a murmurar.

Me acosté y me dormí.

Podría parecer que solo dormía pero...nunca había podido dormir tanto, de niño siempre tuve una casa ruidosa, hermanos gritando, padres que parecían sordos y siempre gritaban aunque estés a su lado, un compañero de cuarto que siempre traía a su novia aunque ella me mandaba miradas que incomodaban, luego como interno no podía cerrar los ojos más de 3 horas, lo mismo de residente y cuando por fin llegue a ser titular el apetito de mi novia despertó de la nada, es resumen corto de mi vida sería, durmió poco.

***

Al día siguiente Hermione tenía una pila de libros sobre cómo volar, y alguno de cómo caer bien.

Me quedé viendola tal vez con demasiado descaro.

- ¿Que quieres? - Pregunto tensa.

- ¿Te da miedo volar? - Le pregunté a lo que ella asintió con tanta rigidez que pensé tenía problemas en las cervicales.

- Herms... - Dije sonriendo.

Ella me miro sonrojada por el apodo pero me dejó seguir.

- Aunque tu te cayeras...siempre estaría a tu lado para ayudarte, solo dejamelo a mi - Dije sonriendo con sinceridad.

- B-Bien - Dijo con la cara más roja que su uniforme.

Mientras yo le murmuraraba eso a lo lejos podía escucharse a 3 chicos hablando de un recordadora.

***

Hermione.

"¿Por qué dice cosas como esa de la nada?" Pensó la chica de pelo castaño mirando el perfecto rostro de su amigo. Su amigo, por fin tenía alguien a quien podía llamar amigo.

Su rostro tan cerca...

- Muy cerca... - Murmuré con la cara ardiendo.

- Oh...lo siento - Dijo aunque apenas se había alejado.

***

Adán.

Luego de su pequeña charla tuvieron que ir a la clase de vuelo.

En unos 10 minutos llegamos a los terrenos.

Caminé con las manos en los bolsillos cuando las cuerdas de mis zapatos se ataron entre si.

Con cansancio suspire y di otro paso haciendo que los cordones se desataran.

Mire hacia atrás con ojos que hasta el mismo diablo se habría muerto o enamorado, realmente solo quería mirar con calma pero mi corazón estaba molesto.

La chica de pelo rubio miro descaradamente hacia otro lado.

Suspire y volví a atar mis cordones.

Si me sigue molestando tendría que matarla pero mi juramento me prohíbe matar.