2.

944 89 0
                                    

CALLIOPE.

Genial, como si mi día no estuviera yendo ya lo suficientemente mal, pensó la castaña. Se giró para quedar frente a frente con él.

Calliope: Brekker, ¿a qué debo este placer?

Kaz: No te hagas la tonta Waldorf, contesta mi pregunta.

Calliope: ¿Y a ti qué te importa si me vi o no con Pekka? Métete en tus asuntos, Brekker.

Lo escuchó bufar mientras ella comenzaba a caminar por los pasillos de la tienda. Unos segundos después, escuchó el sonido del choque de su bastón contra el suelo, seguido de sus pasos.

Kaz: Tú eres mi asunto, este lugar me pertenece, tú me perteneces -en cuanto escuchó eso se detuvo y giró para mirarlo-. Me meto porque resulta que no es la primera vez que te vez con el enemigo. Así que contéstame de una maldita vez, ¿qué asuntos tienes con Pekka Rollins?

Estaba lo que seguía de furiosa. "Tú me perteneces", ¿quién se creí el idiota de Brekker para hablarme así?

Calliope: Este lugar podrá ser tan tuyo como quieras, por eso te pago una renta mensual -lo miró, retadora-, pero yo no soy un objeto del que puedas tomar posesión, Brekker. Por si nadie te lo había dicho, soy una persona al igual que tú, no le pertenezco a nadie y mucho menos a ti.

Kaz se arrepintió internamente de sus palabras pero no dijo nada. Una de las muchas cosas que Brekker y Waldorf tenían en común era el orgullo, ambos eran demasiado orgullosos para aceptar que se habían equivocado o para pedir disculpas.

Kaz: A partir de ahora no sólo tendrás protección, serás vigilada por al menos uno de mis hombres las 24 horas del día -dijo, firme.

Calliope: Debes estar bromeando -lo miro, pero sabía que Manos Sucias nunca bromeaba-. No puedes controlar cada uno de mis movimientos.

Kaz: Puedo y lo haré -se dio la vuelta y cojeó hacia la salida del lugar-. Así que si me entero que volviste a verte con Rollins, habrá consecuencias -y, dicho eso, salió del establecimiento.

Calliope: ¡Púdrete, Brekker! -le gritó antes de que saliera de la tienda, llamando la atención de Arek y Vesna.

Vesna: ¿Qué pasa? ¿Por qué todo ese escándalo?

Calliope: Kaz Brekker, eso es lo que pasa. Es un idiota, si cree que va a poder tenerme vigilada las 24 horas del día, está muy equivocado -bufó.

Arek: ¿Vigilarte? ¿Está loco o qué?

Calliope: Sabe que me he visto con Pekka un par de veces y, como no le quise decir nada, me amenazó diciendo que tendría a sus hombres vigilándome todo el día.

Arek: Ese idiota de Manos Sucias me va a escuchar.

Calliope: Déjalo Arek, lo que menos quiero ahora es tener más problemas con Brekker.

Vesna: ¿Y qué quería Rollins ahora?

Calliope: Lo mismo de todas las veces, quiere que Almacenes Waldorf se mueva a sus territorios para adquirir más clientes -se encogió de hombros-. Me ofrece lo mismo de siempre, todos los beneficios que tengo con Brekker pero sin costo alguno.

Arek: No me vas a negar que es una propuesta muy tentadora.

Vesna: Arek -le lanzó una mala mirada.

Calliope: Es tentadora, siempre lo ha sido, pero Rollins no lo hace por ayudar, quiere fastidiar a Kaz y robarle los beneficios que la tienda le traería. No va a comprar mi lealtad con esas ofertas estúpidas -los miró a ambos-. Sólo debemos ser pacientes, espero que pronto contemos con los kruge suficientes para largarnos de este basurero y tener la vida que merecemos.

Arek: ¿Soy el único que cree que Brekker nos sube las rentas para que no podamos largarnos nunca de aquí?

Vesna: Sólo lo dices porque no termina de agradarte -río-. Además, ninguno de nosotros le ha dado indicios a Kaz de que queramos irnos de Ketterdam.

Arek: No hay que ser muy listo para descifrar eso, cualquiera que viva en este basurero tomaría la primera oportunidad que se le ofrezca para salir de aquí -se encogió de hombros.

Calliope: Sólo dejemos el tema y sigamos trabajando -dijo, al ver algunos clientes llegar-, cerraremos pronto y luego tendrán la noche libre.

▬▬▬▬ஜ۩۞۩ஜ▬▬▬▬

Calliope estaba sentada en la barra del Club Cuervo, bebiendo algunos tragos, cuando sintió una presencia a su lado.

Calliope: ¿A qué debo el honor, Jesper? -dijo, terminando su trago y sin mirar al chico.

Jesper: Uy, estás de mal humor -dijo, divertido-, y creo saber quien es el responsable de eso.

Calliope: No es novedad, ¿cierto? -bromeó- Voy a suponer que Inej y tú ya saben porque peleamos esta vez.

Jesper: Mencionó un par de cosas entre dientes y a Pekka Rollins.

Inej: Sí que estaba molesto esta vez -dijo, llegando con los chicos.

Jesper: Y con razón, si su adorada Phoenix se ve con el enemigo a sus espaldas.

Calliope: Ambos son unos idiotas, Rollins por insistir tanto y Kaz por creer que lo traicionaría así -bufé.

Kaz: Que gusto escuchar que piensas eso de mí -dijo, detrás de ella.

Calliope dejó su vaso sobre la barra y se giró para mirarlo. Kaz Brekker estaba de pie ahí, frente a ella, mirándola con una ceja levantada. Escuchó a Jesper reír por lo bajo y a Inej dándole un codazo para que guardara silencio.

Calliope: Jamás lo he ocultado -sonrío con ironía y terminó su trago-. Si me disculpan, hasta aquí llego esta noche.

Se levantó del lugar que ocupaba, dispuesta a salir del Club, pero Brekker le impidió el paso con su bastón, recibiendo una mala mirada por parte de la castaña.

Calliope: ¿Se te ofrece algo, Brekker?

Kaz: Tenemos un trabajo, del que tú serás parte.

Calliope: ¿Y ahora quieres mi ayuda? -lo miró, con el ceño fruncido.

Kaz: Cierra la boca y síganme, los tres -dijo para, acto seguido, caminar hacia una de las mesas más apartadas del Club.

Una vez que los cuatro estuvieron sentados, Jesper fue el primero en hablar.

Jesper: ¿Cuánto es?

Inej: Un millón de kruge.

Ni Calliope ni Jesper podían creer lo que habían escuchado. Un millón de kruge, eso era un cuarto de millón para cada uno. Un cuarto de millón era más que suficiente para pagar su boleto de salida de ese horrible lugar.

Calliope: ¿Cuál es el trabajo? -ya imaginaba que no sería nada fácil si la recompensa era tan alta.

Kaz: No sé todos los detalles aún, sólo que hay que recuperar algo -los miro a los tres-, algo que se encuentra del otro lado de la Sombra.




Phoenix (Kaz Brekker & Calliope Waldorf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora