CALLIOPE.
En cuanto la castaña llegó al Club Cuervo, fue directo al despacho de Brekker. Después de abusar de ella, los hombres de Pekka la dejaron tirada en aquel almacén. Adolorida y humillada, Calliope se vistió y caminó hacia el Club, no sin antes pasar a la tienda para cambiarse y lavarse hasta que dejara de sentirse sucia, todo con sumo cuidado para no despertar y alarmar a sus amigos. Nadie sabría jamás de eso, todo quedaría entre Pekka y ella.
Tocó a la puerta pero, al no recibir respuesta, decidió entrar sin más. La escena era confusa, un par de hombres salían del despacho por el lado opuesto al que ella había entrado, todo era un desastre, papeles y gran parte de las cosas de Kaz estaban en el suelo. Su bastón había sido lanzado sobre el escritorio y Kaz estaba de rodillas en el suelo del despacho, tenía el cabello revuelto y se veía que acababan de golpearlo. Calliope de inmediato se acercó a él.
Calliope: Por todos los Santos, ¿qué pasó?
Sabía que Kaz repudiaba cualquier tipo de contacto físico y ella siempre había respetado eso, pero esta vez era diferente. Se arrodilló frente a él y lo tomó de las manos, él la miró de inmediato y ambas miradas se conectaron por un par de segundos, a pesar de que era lo que quería, en ningún momento retiro sus manos o se alejó de la castaña, sólo se quedó quieto y la miró. Cuando Callie pudo reaccionar, lo ayudó a ponerse en pie y lo guío hasta una de las sillas, tomó el bastón del escritorio y se lo tendió. Él lo tomó y se limitó a asentir, era su forma de dar las gracias.
Calliope: ¿Quién te hizo esto? -dijo, al mismo tiempo que levantaba el desastre del suelo.
Kaz: Pekka Rollins -notó a la castaña tensarse ante la mención del nombre-. Me amenazó para dejar el trabajo.
Calliope: Lo cual está claro no harás, ¿o sí? -lo miró y el ojiazul negó-. Debemos darnos prisa y planear con cuidado si queremos ir un paso delante de Rollins.
Kaz: Mientras no sepamos como cruzar la Sombra sin que nadie nos noté, sólo perdemos el tiempo.
La Inferni terminó de recoger un poco el lugar y miró a Kaz.
Calliope: Retiraste a tus hombres de la tienda y también a los que me vigilan todo el día -Kaz la miró.
Kaz: Los necesitaba a todos aquí, ¿hubo algún problema?
Calliope: No, nada más que un chico que husmeaba desde fuera, se asustó cuando me vio -mintió, pero Kaz le creyó.
Se hizo un silencio incómodo entre ambos, la señal para que Calliope saliera de ahí. Se encaminó hasta la puerta pero Kaz la detuvo.
Kaz: Callie... -dijo, y se calló unos segundos.
Callie, ese era el apodo que él le había dado. "Calliope es muy largo y tu apellido, Waldorf, suena muy agresivo...", le había dicho la primera vez que se sentaron juntos a beber en el Club. "Callie, es corto y suena a que queda contigo, te llamaré así a partir de ahora". Y eso sólo duró un año, luego, lo que sea que había entre ellos se había esfumado por completo.
Calliope: ¿Sí? -dijo y lo miró.
Kaz: Gracias -fue lo único que dijo y apartó su mirada de la chica.
Calliope se limitó a asentir y salió de ahí. Fue hacia la barra, donde el bartender acababa de servirle un trago a Jesper, el cual tomó sin preguntar y bebió de un sólo trago.
Jesper: Oye -reclamó-. ¿Y a ti qué te pasa ahora?
Calliope: Odio este maldito basurero.
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Unos minutos después Kaz había bajado donde ellos y le había explicado a Jesper lo mismo que había hablado con Calliope. Luego, envío al moreno a cuidar la puerta y le pidió a la castaña que lo acompañara a su despacho. Callie obedeció sin protestar y ambos subieron
Unos segundos después, uno de los hombres de Kaz entró a la oficina acompañado de una mujer que claramente se podía notar no era de aquí. Kaz la hizo sentarse frente a él.
Mujer: No entiendo, yo no engañé a nadie.
Calliope miraba la escena confundida, mientras Kaz sacaba un fajo de billetes de la caja fuerte bajo su pintura.
Kaz: Has venido cada noche por una semana y no juegas a otra cosa que no sean los naipes, porque llevas registro de lo que se juega.
Mujer: Eso no es engañar.
Kaz: No, pero tendré que agregar otro mazo a tu mesa para no perder el balance -dijo y azotó el fajo de billetes sobre la mesa-. Un incentivo para seguir jugando, cuéntalo para mí.
Calliope no entendía nada de lo que estaba pasando, sólo sabía cuan asustada se veía la pobre mujer. Pensó en intervenir, pero lo que menos quería ahora era más problemas y no tenía energía para discutir con Brekker.
Confundida, la mujer comenzó a contar los billetes. Mojaba un poco su pulgar con su lengua y levantaba la mitad de cada billete para contarlos. Ahí fue donde Calliope entendió lo que Kaz traía entre manos. Apenas llevaba un par de billetes cuando Kaz la detuvo con la cabeza de su bastón.
Kaz: ¿De dónde eres?
Mujer: Ravka Occidental, Os Kervo -y siguió contando.
Calliope: Mientes -intervino por fin y la miraron, caminó hasta quedar a un lado del escritorio-. Los de occidente cuentan el dinero de una mano a otra -dijo, provocando que la mujer se detuviera.
Kaz: Pero los de oriente que trabajan en las minas cuentan como tú.
Mujer: Soy de Ravka Occidental -insistió.
Ahora no tuvo que interrumpir, Kaz la miró para que dijera lo que sabía que ambos estaban pensando.
Calliope: Los de Ravka Occidental no dicen "Occidental". Para ellos sólo están Ravka y el Viejo País.
Kaz: Mientes sobre de donde eres porque...
Calliope: Huiste -completó y miro a la mujer.
La pobre ya sabía que la habían descubierto. Su labio inferior temblaba y sus ojos estaban apunto de soltarse a llorar.
Mujer: Mi hija es Grisha, ninguna de las dos quería que luchara en la guerra -y entonces Calliope se sintió mal por haberla presionado tanto-. No nos hagas volver.
Kaz: No, no -se apresuró a negar-. No lo haré, pero tienes que decirme como cruzaron la Sombra ilesas e inadvertidas. Ahora.
Mujer: No sé su nombre, lo conocen como El Conductor -Calliope frunció el ceño-. Nos cruzó en un transporte especial y nos hizo usar capuchas para que no viéramos como lo hacia. No sé que más decirte.
Kaz: Dame algo, una dirección, un contacto, un nombre -dijo, impaciente.
Mujer: Nos dejó con un artista de teatro que nos acogió por unas noches. Poppy.
En otras circunstancias, Calliope se habría echado a reír, sabía que Poppy y Kaz no tenían una buena relación e iba a ser difícil hacerla hablar.
Kaz: ¿Dónde trabaja Poppy ahora? -miró a su hombre.
***: En el Palacio Esmeralda.
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Phoenix (Kaz Brekker & Calliope Waldorf)
Fiksi PenggemarKaz Brekker, o Manos Sucias, jefe de los Cuervos y dueño del Club Cuervo, el bastardo del Barril. Calliope Waldorf, una Inferni fugitiva del Segundo Ejército y miembro de los despojos, la conocen como Phoenix. Dos almas tan parecidas y a la vez tan...