Phoenix (Kaz Brekker & Calliope Waldorf)

36.

CALLIOPE.

Calliope siguió a Kaz, tratando de alcanzarlo entre la multitud que había en las calles, hasta que lo consiguió, Lo tomó por los hombros y lo llevó hasta un pequeño callejón apartado de la gente. Lo ayudó a sentarse y le dejó los guantes a un lado.

Kaz se giró parar mirarla, pero apartó la vista de inmediato, aún tratando de controlar su respiración. Callie se apartó un poco más para darle su espacio.

Kaz: No tenías que seguirme.

Calliope: No podía dejarte así -lo miró-. Sé que no me quieres aquí, pero no voy a irme. Voy a darte tu espacio, cuando estés listo podemos volver con los demás.

Y se alejó sin esperar respuesta. Se detuvo a ver algunos de los puestos que había en la ciudad mientras esperaba a Kaz y se reprochaba por ser así.

Se había propuesto deshacerse de cualquier sentimiento que tuviera por el ojiazul, pero no dudó en lanzarse a su auxilio cuando Kaz la necesitó. Se odiaba por no ser capaz de ser indiferente con él y dejarlo a su suerte, y se odiaba más porque sabía que eso jamás iba a cambiar. 

Le gustara admitirlo o no, Kaz la había cambiado. Kaz siempre iba a ser parte de ella, aunque eso fuera a matarla lentamente. Por muy decidida que pudiera estar la Inferni de olvidar cualquier sentimiento hacia él, Kaz no estaba sólo de paso por su corazón, se había instalado por completo ahí y en sus planes no estaba mudarse.

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Más tarde, todos estaban reunidos en una pequeña habitación que consiguieron para su estadía ahí.

Kaz: Ohval no es sólo una intermediaria, ella es el Discípulo.

Wylan: ¿Qué te lo dice?

Kaz: Su taza de té. Cuando la apoyó, no hizo ningún ruido.

Nina: Y su latido no fluctuó ni una vez. Iba por segundo, como un reloj.

Tolya: Entonces, puede controlar su ritmo cardíaco y sus emociones.

Wylan: Habilidades útiles para un ladrón.

Vesna: Yo no descartaría la posibilidad de que se trate de una Grisha.

Jesper: Y entonces, ¿dónde se supone que está la espada?

Calliope: Ohval la tiene, está claro por la señal que dio para que derramaran el té sobre Kaz.

Kaz: Y, ya que no planea venderla, tendremos que tomarla. Inej siguió a la empleada del salón que enviaron a notificar a Ohval.

Inej: Vive a las afueras -dijo, mientras jugaba con uno de sus cuchillos-, cuando fue al salón de té hizo un pedido al boticario que recogerá esta noche.

Khaos: Es nuestra única oportunidad.

Kaz: Mientras esté fuera, Nina y Zathrian la seguirán para que no vuelva -ambos asintieron-. Los demás iremos por la espada.

Zoya: No esperarás que irrumpa en la casa de esa mujer -bufó.

Jesper: ¿A qué crees que venimos entonces?

Zoya: Soy soldado, no ladrona -dijo, mirando a Jes-. ¿Por qué más los necesitaría?

Tolya: Hay mucha menos diferencia de la que tú crees.

Calliope: Entonces, ¿para qué los envío Nikolai? Si no esperaba que nos ayudaran, nos hubiera enviado una carta -la Inferni recibió una mala mirada de la Vendaval.