Park Jimin tiene una manera peculiar de ver la vida, siempre con una sonrisa sin importar las circunstancias, no tiene nada más que a su padre y ambos se aman con todo su corazón.
Park Jimin es homosexual y no tiene problemas con ello, su único p...
Jimin llegó a su casa, no hallaba la hora de comentarle a su padre las novedades.
-¡Papito llegué!- gritó apenas entró por la puerta bastante deteriorada del departamento.
Su padre apareció por la cocina secándose las manos en el viejo delantal, sonriéndole, sólo verlo sonreír hacía la existencia de Jimin feliz.
-¡ Pollito!, ven y cuéntame como te fue- se sentó en el viejo sillón y palmeo a su lado.
Jimin se sentó inmediatamente y lo abrazó llenando su cara de besos.
- Papito...frente a tí tienes a un hombre con empleo- le dijo Jimin sonriéndole orgulloso.
-¡ Pollito que buena noticia!, ¿ sólo tú harás aseo, o tienes compañero?- preguntó su padre curioso y preocupado de que su hijo terminara agotado al finalizar el día.
- Papito no trabajaré haciendo aseo...voy a ser asistente personal de un idol- le dijo Jimin sonriéndole.
-¿ Cómo, no que ibas por un puesto en el área de aseo?- preguntó su padre asombrado.
Jimin se puso a reír.
- No papito, ahora tienes frente a tí a un asistente personal- le dijo Jimin y le narró lo sucedido con pelos y señales.
-¡Guau pollito!, estoy muy contento por tí...pero- no terminó de hablar y se quedó en silencio.
-¿ Qué pasa papito?- preguntó preocupado Jimin.
- Por lo que me contaste ese tal Jungkook es un idiota y no quiero ver a mi pollito siendo humillado por ese hombre- dijo el señor Park apenado.
- No te preocupes papito, se defenderme, además estoy acostumbrado a que las personas me miren como un bicho raro y se burlen, pero tu pollito es fuerte, nadie hará que deje de ser feliz- le dijo Jimin abrazándolo.
- Eres tan bueno pollito, las personas no saben lo que se pierden al no conocerte- le dijo su padre.
Jimin se puso a reír.
- Es porqué me amas papito, no puedes negar que soy un desastre y siempre meto la pata- le dijo Jimin.
- Es parte de tu encanto pollito- dijo su padre riéndose con él.
-¿ Y son guapos por lo menos?- preguntó su padre sabiendo como le gustaban los chicos lindos a su hijo.
- ¡Sí!- dijo Jimin riéndose- Nam-joon, el mánager es guapo, grande y muy amable, se me cae la baba de sólo mirarlo...Jungkook es otra cosa, bello como un príncipe, pero todo lo hermoso se pasa cuando abre la boca...por una parte es bueno papito, así no corro el riesgo de enamorarme de mi jefe- dijo Jimin riéndose.
- Tienes razón pollito, es mejor que sea un imbécil- dijo su padre largándose a reír.
Esa noche el señor Park hizo un esfuerzo y le preparó una exquisita carne a la cacerola con papas cocidas, todo un lujo para mitad de mes, pero no importaba, su pollito se lo merecía, aunque tocara apretarse el cinturón hasta que llegara fin de mes.
Por la mañana tras desayunar lo mismo de siempre, agradecerle igual que todos los días y besarlo mucho antes de salir, Park Jimin partió a su primer día de trabajo.
Esa noche había buscado en su celular a Jeon Jungkook y quedó impresionado, el chico cantaba increíble y al hacerlo era como si te estuviera susurrando en la oreja, Jimin nunca antes lo había escuchado o oído hablar de él, era muy famoso, número uno en la lista de artistas coreanos y con gran proyección internacional, se le vinculaba a muchas mujeres, pero el nunca había asumido ninguna relación, en fin un mujeriego de pies a cabeza.
Cuando llegó a la empresa la asistente lo miró de arriba a abajo nuevamente y meneo la cabeza con disgusto.
- ¿ No tienes otra ropa?, te ves horrendo- le dijo la mujer.
¿Qué diablos les pasaba con su ropa?
Ese día se puso nuevamente sus zapatillas de lona amarillas, un jeans negro y desgastado, una polera con una flor gigante estampada en la parte delantera de color rosado y un chaleco algo viejo pero limpio de color celeste.
- No sabía que para trabajar tenía que vestirme como modelo señora, total yo soy un simple trabajador no la estrella en cuestión- le respondió Jimin sin dejar de sonreír.
- Bien dicho muchacho- hablo Nam-joon a sus espaldas y Jungkook empezó a babear y sonreír como bobo.
- Buenos días señor- dijo ahora la secretaria sonriendo coqueta.
- Buenos días Nury, vamos Jimin te pondré al día en tus labores- dijo Nam-joon empezando a caminar y Jimin lo seguía como si de un pastel sabroso se tratase.
- No le hagas caso a Nury, a mi me parece linda tu forma de vestir- le dijo amablemente Nam-joon.
¿Cómo no amarlo?, pensó Jimin sonriéndole con más ganas.
- No se preocupe señor, estoy acostumbrado a ser un bicho raro- le respondió Jimin.
- Nam-joon, dime Nam-joon- le dijo sonriendo, Jimin era una ternurita.
- De acuerdo, si a usted no le molesta- respondió Jimin y siguió sonriendo sin dejar de mirarlo con adoración.
Ya en la oficina Nam-joon le explicó que en resumen su trabajo consistía en mantener todo listo y dispuesto para Jungkook, su ropa, sus entrevistas, su celular, sus maquilladores, etc..
- Es sencillo Jimin, cualquier duda se la preguntas a Jungkook, no te dejes intimidar, a veces es un poquito idiota- le dijo Nam-joon riéndose.
-¿ Sólo un poquito?- preguntó Jimin divertido.
-¿ Un poquito mucho?- dijo Nam-joon y ambos se largaron a reír.
De esta forma los encontró Jungkook cuando ingresó a la oficina y eso lo puso inmediatamente de mal humor.
-¿ Ya lo pusiste al día?- preguntó de un humor de perros Jungkook.
- Sí, pueden irse...Jungkook recuerda que es su primer día- le advirtió Nam-joon.
Jungkook sonrió con maldad.
- Porsupuesto Nam-joon- dijo Jungkook y salió con Jimin tras él.
-¿ Te gusta Nam-joon?- preguntó Jungkook ya en el ascensor. Jimin lo miró sorprendido por la pregunta.
- No es de su incumbencia, pero sí, Nam-joon es un hombre apuesto, muy apuesto.
-¿ Más qué yo?- preguntó Jungkook.
Jimin lo miró de arriba a abajo.
- Definitivamente, usted está en el nivel uno y el en el nivel tres- respondió Jimin sonriéndole.
- ¿ Cómo es eso?- preguntó Jungkook curioso.
- Uno es apuesto, dos es muy apuesto y tres es hipermega apuesto, ¿ le quedó claro ahora?- dijo Jimin cerrándole un ojo.
Jungkook bufó furioso y salió dando grandes zancadas del ascensor.
¡ Enano culón!, ponerlo a él en el lugar uno, si antes lo odiaba ahora simplemente detestaba a su nuevo asistente.
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