Capítulo 38 *Promesa

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El señor Park fue quien le abrió la puerta.

- Buenos días...señor Park- dijo Jungkook con timidez.

El señor Park de un tirón lo arrastró hacia su pecho y lo abrazó como se hace con un niño pequeño.

Jungkook no se lo esperaba y en el estado sensible en que estaba,  simplemente rompió a llorar sobre el hombro del padre de Jimin.

El señor Park esperó pacientemente a que se calmara y luego lo hizo pasar dejándolo sentado en la salita.

Luego se perdió en la cocina y volvió con un té de manzanilla humeante.

- Toma hijo...te hará bien- le dijo cariñosamente.

Jungkook obedeció y se lo tomó todo,  después dejó el tazón sobre la mesita.

- Señor Park...yo...

- Jimin me lo contó todo,  no necesitas explicarme nada...eres muy joven aún muchacho y mi hijo también...simplemente a veces la vida no es fácil ni color de rosas.

- Yo amo a su hijo,  lo amo mucho- dijo Jungkook.

- Lo sé,  pollito también te ama, y a pesar de que el amor es parte importante de una relación,  no siempre es suficiente,  ambos deben crecer y madurar,  si el amor perdura, realmente serán dos chicos tocando el cielo,  ¿ me entiendes?- le preguntó hablándole con dulzura a Jungkook.

- Si, señor,  lo entiendo,  pero no sabría como vivir ahora sin su hijo- le dijo abriendo su corazón por primera vez con alguien,  se sentía bien poder hacerlo.

- Eso ya no depende de mí hijo, necesitan hablar y ser sinceros ambos- le dijo el señor Park sonriendo y palmeando su mano.

Jungkook asintió.

- ¿ Y Jimin?, ¿ él está?- preguntó Jungkook.

- Aún duerme...ha tenido problemas para hacerlo y por tu cara veo que tu también- le dijo el señor Park contemplándolo.

- ¿ Puedo...puedo ir a verlo?- preguntó Jungkook pidiendo su autorización.

- Ve...yo iré un rato a caminar...tómense su tiempo.- le dijo el señor Park.

- Gracias...ojalá hubiese tenido un padre así- le dijo Jungkook bajito.

- Nadie nos enseña a ser padres hijo, pero tú todavía lo tienes,  no desperdicies tú vida odiándolo,  las personas cometemos errores,  es parte de ser humanos,  algunos aprenden de ellos y otros simplemente nunca lo hacen,  piensa un poco en eso hijo- le habló como un padre lo haría, con tanta calidez,  que Jungkook se sintió emocionado.

- Le prometo que por lo menos lo pensaré- le dijo Jungkook sonriendo triste.

El señor Park asintió y luego se levantó para ir por su abrigo y salir a dar un paseo.

Jungkook estaba temblando cuando abrió la puerta de la habitación de Jimin,  el olorcito a frutilla,  tan característico de su enano,  estaba ahí dentro,  lo miró dormir,  aún tenía rastros de lágrimas en sus pestañas y eso le rompió el corazón,  porque sabía que eran a causa de él.

Se sacó los zapatos y se metió a su lado,  Jimin inconscientemente se acurrucó junto a él dejando salir un pequeño suspiro.

Jungkook lo dejó tranquilo mientras admiraba su carita,  todo en el le causaba paz, acarició su cabello y sin darse cuenta se quedó dormido a su lado.

Al rato Jimin despertó y vio a Jungkook durmiendo pacíficamente a su lado,  fue imposible no notar sus ojeras y cansancio en su semblante,  acarició su rostro con la yema de sus dedos,  delineando sus facciones relajadas,  silenciosamente salió de su lado y fue asearse un poco y luego se acurrucó nuevamente al lado de Jungkook, lo dejaría descansar,  se veía realmente agotado.

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