Capítulo 30 * Me gustas

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Jungkook se encontró todo a oscuras cuando llegó al departamento, la luz se había ido en algún momento.

Jimin debía estar vuelto loco, dos de sus temores juntos, era demasiado.

-¡ Enano!- gritó Jungkook desde la salita encendiendo la linterna del celular.

Jimin escuchó que lo llamaban pero era incapaz de responder, su garganta estaba cerrada y solo podía estremecerse asustado bajo las sábanas de su cama, como extrañaba a su papito en estos momentos.

-¡Jimin!- volvió a escuchar la voz de Jungkook pero pensó que su cabeza le estaba jugando una mala pasada, Jungkook estaba en la fiesta y lo más probable que ya tendría una cita concertada con Rose.

La puerta de su habitación se abrió y sintió el cuerpo de Jungkook abrazándolo y su voz calmándolo.

Jimin se aferró a él fuertemente y su angustia salió empezando a llorar angustiado.

- Tranquilo, estoy aquí contigo- le susurraba Jungkook acariciando su espalda.

Jimin empezó a calmarse de a poquito, pero nunca dejó de aferrarse a Jungkook.

- Respira y cuenta despacio, todo está bien- le dijo Jungkook y empezó a tararear una canción, Jimin se olvidó de la tormenta allá afuera y se concentró sólo en la voz de Jungkook, estaba agotado, sus temores eran tal vez una tontería para los demás, pero para el no lo eran, simplemente no podía manejarlo.

Al rato de mecerlo mientras tarareaba la canción, Jungkook sintió la acompasada y regular respiración de Jimin, se había quedado dormido en sus brazos, aún aferrándose fuertemente a su cintura.

La luz volvió y los relámpagos y truenos dejaron de inundar el cielo, ahora se escuchaba sólo el incesante golpeteo de la lluvia, Jungkook miró Jimin con sus ojitos cerrados y con lágrimas aún enredadas entre sus pestañas.

- ¡ Tierno!- murmuró para si mismo.

Se apoyó en el respaldo de la cama con Jimin pegado a su pecho, en una posición semisentada y así mismo se quedó dormido, por fin en paz y felicidad después del concierto, porque estaba donde quería estar.

Jimin despertó como a las seis de la mañana con unos brazos rodeándolo y una cabeza apoyada en la suya, por el olor supo que era Jungkook quien estaba con él.

Se movió despacito para no despertarlo y lo acomodó en las almohadas y se levantó pues necesitaba ir al baño, la lluvia aún seguía cayendo, pero mucho más suave.

Cuando volvió Jungkook lo estaba esperando despierto.

- Te desperté- le dijo Jimin sonriéndole y un poquito avergonzado.

- Ven acá enano- lo llamó Jungkook palmeando la cama al lado suyo.

Jimin se trepó y se recostó en el respaldo al lado de Jungkook.

- Siento que hayas tenido que verme así- dijo Jimin mordiendo su dedo nervioso.

- Ya lo había hecho enano, ¿ o se te olvidó?- preguntó Jungkook sonriendo.

- Sí, pero ahora fue peor, gracias- dijo Jimin- ¿ porqué volviste tan temprano?, ¿ no fuiste a la fiesta?

- Me aburría- dijo renuente a confesarle que la razón era él.

- Pero si estabas entusiasmado por asistir, además estaría Rose...

- No pude enano- respondió Jungkook.

- ¿ Porqué?- preguntó Jimin sintiéndose un poquito feliz.

- Porque lo único que hacía era pensar en tí...aquí...solo- le respondió Jungkook.

- Jungkook no bromees- dijo Jimin nervioso.

- Te voy a hacer una pregunta y quiero que me respondas con la verdad, ¿ de acuerdo?- le habló Jungkook.

Jimin asintió.

Jungkook se acomodó para quedar sentado frente a Jimin.

- ¿ Te gusto?- preguntó serio Jungkook.

- Claro...sí, me gustas, ¿ porqué?- preguntó Jimin.

- Enano, yo hablo de gustar, ¿ entiendes?, no como amigo- dijo Jungkook y lo miró fijamente.

Jimin se puso colorado.

- No creo que te guste mi respuesta...dejémoslo así mejor- respondió Jimin bajando la mirada.

- Quiero una respuesta, necesito saber- dijo Jungkook presionando.

Jimin pegó un suspiro bajito.

- No quiero perder tu amistad ni mi trabajo Jungkook- dijo Jimin resistiendo.

- ¡ Mierda enano respóndeme!- gritó Jungkook, el enano era experto en sacarle el poto a la jeringa.

- Sí...me gustas mucho más que como amigo...pero entiendo que tú no...

Antes de que terminara de hablar Jungkook lo tomó del cuello y le estampó su boca, dejando a Jimin sorprendido.

- Tú me tienes vuelto loco enano...lo único que hice toda la noche fue pensar en tí, no puedo salir con Rose porque simplemente el único que me hace sentir feliz y completo eres tú, no sé que hiciste enano, pero quiero intentarlo contigo- dijo Jungkook de un viaje soltando todo lo que tenía dentro y apoyando su frente en la de Jimin.

- Jungkook, no juegues, mi corazoncito no es de piedra- le dijo Jimin asustado.

- No estoy jugando, me costó mucho tener el valor de aceptarlo, y el doble hablar contigo, me gustas enano, tengo alucinaciones con tu olor a frutilla y tu boca, ¡ diablos desde que te besé no he parado de desear hacerlo de nuevo!- le confesó Jungkook.

Jimin sonrió tímido y se mordió su boca.

- Yo...yo también...si estoy soñando despiértame de una vez- le dijo Jimin sonriéndole y tapando sus ojitos avergonzado.

- Ven aquí enano- le dijo Jungkook y lo abrazó- no es un sueño, eres lo mejor que alguna vez a pasado por mi vida, no te voy a dejar sin por lo menos intentarlo.

Jimin se separó un poquito para poder ver a Jungkook a los ojos...y lo que vio allí alejó sus dudas.

- Enano, creo que por primera vez estoy amando y por primera vez siento que alguien me ama a pesar de mis defectos- dijo Jungkook sonriendo y acariciando sus mejillas.

- Es lo más lindo que has podido decirme- le dijo Jimin y acercó su boquita para que Jungkook lo besara.

Jungkook lo hizo, ahora sin mentiras de por medio, con el corazón latiéndole desbocado al sentir la suavidad de esos labios sobre los suyos, estrujando la boquita de Jimin, con su boca, abriéndose paso a su interior hasta rozar su lengua con la contraria que le respondió gustosa el avance.

Era la euforia latente del primer beso compartido, sabiendo ambos sus sentimientos, no tenía nada de sexual, era un beso de dos personas que se querían y deseaban a través de él hacérselo saber al otro.

Era húmedo, cálido, y dulce, aprendiendo a reconocerse y amarse.

La tormenta al final sería para ambos un nuevo comienzo.

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