Capítulo 34 * Mi todo

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Jimin despertó la mañana del domingo con sus piernas y brazos enredados en el cuerpo de Jungkook,  lo miró dormido y una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro,  se sentía completo,  por fin había tenido su primera vez...y había sido increíble gracias a Jungkook.

Cerró sus ojos recordando la hermosa experiencia vivida,  Jungkook fue un amante delicado y tierno,  cuidó de él,  sabía que a pesar de haber tenido algunos novios en su adolescencia,  no tenía mayor experiencia.

Jungkook beso cada centímetro de su cuerpo,  desde su cabeza hasta sus pies,  su lengua dio vida a cada parte sensible de su cuerpo,  sus pequeños pezones marrones respondieron a su toque volviéndose duros y sensibles haciendo que sus gemidos escaparan sin control de su garganta,  se habría sentido avergonzado de no ser porque Jungkook estaba igual que él,  así que dejando de lado timidez y prejuicios se abandonó al placer que ambos podían darse.

Sus miembros estaban muy necesitados,  Jimin buscó aliviarlo y aliviarse empezando a rozarlos ambos en un movimiento que poco a poco fue haciéndose demasiado bueno, enrolló sus piernas sobre las caderas de Jungkook para hacer el roce más profundo, Jungkook aferraba sus caderas firmemente con sus manos mientras embestía su  miembro  erecto y humedecido con las emisiones de ambos,  jadeos y gemidos entrecortados inundaban la habitación.

Y fue así, de manera sencilla,  y sin cuestionarse que Jungkook finalmente después de prepararlo con cariño y paciencia lo hizo finalmente suyo,  convirtiéndose en la experiencia más maravillosa para demostrarse cuanto se amaban.

El orgasmo recorrió cada parte de sus cuerpos,  sacudiéndolos física y mentalmente,  una primera experiencia única.

Jungkook fue el amante perfecto,  Jimin agotado se acurrucó junto a él,  pero Jungkook antes de que se quedaran dormidos le susurró mil veces cuanto lo amaba.

¿ Se podía pedir más?, pensó Jimin sonriendo feliz.

Todos estos recuerdos serían atesorados por siempre dentro de su corazoncito,  aunque en un futuro incluso no siguieran juntos,  porque Jungkook para él era su primer amor,  su primer beso apasionado,  su primera  vez,  su primer todo.

Jungkook despertó y vio a Jimin sonriendo y supo que estaba donde quería estar,  la sonrisa del enano era su mayor tesoro,  su sonrisa le hacía cosquillas en el alma.

- Buenos días enano- dijo Jungkook sacando de su ensoñación a Jimin.

- Buenos días...amor- dijo Jimin y le vino un ataque de vergüenza después de decirlo así que tapó su carita con ambas manos.

- ¿ Qué dijiste?- preguntó Jungkook divertido tratando de abrazarlo.

- Nada- dijo Jimin riéndose bajito.

- Yo escuché algo- dijo Jungkook sacándole las manos de la cara  y afirmandolas sobre su cabeza- repítelo.

- ¿ Buenos días?- dijo Jimin mordiendo sus labios para no reírse.

- Lo otro enano...¿o quieres que te bese sin haberte lavado tu boquita?- preguntó Jungkook levantando una ceja y sin soltar sus manos para que Jimin no escapara.

- Amor- gritó Jimin y sonrió coloradito.

- ¡ Ahhh!, enano...me tienes completamente mal- luego lo miró profundamente a sus ojitos color miel- te amo tanto que  creo volverme loco, ahora soy adicto a tí,  ¿ debería poner una denuncia por eso?- le preguntó Jungkook arrugando su nariz.

Jimin se puso a reír y Jungkook aprovechó el momento y le dio un beso profundo,  húmedo y caliente.

-¡ Hiciste trampa!- dijo Jimin agitado y respirando rápido.

Jungkook largó una carcajada.

- Sabes igual de rico,  acostúmbrate enano, te besaré con o sin dientes lavados.

Jimin se puso a reír y acercó su boquita a Jungkook, que pensando que iba a besarlo soltó sus manos,  pero Jimin lo empujó rápidamente y salió corriendo al baño para lavarse sus dientecitos.

Jungkook sólo podía reírse de lo quisquilloso que era el enano.

La mañana paso demasiado rápido y Jimin empezó a preparar su bolso para regresar a su hogar,  Jungkook parecía alma en pena tras Jimin viéndolo empacar sus cosas.

- ¿ A que hora llega el vuelo de tu padre?- preguntó desganado Jungkook.

- A las ocho,  pero primero llévame a casa para ventilar y hacer algo de aseo,  ¿ puedes?- le preguntó Jimin sentándose a su lado en la cama.

- Sí,  claro...Jimin ya te estoy extrañando- le susurró Jungkook bajito.

- Yo...yo también,  pero también deseo ver a mi papito,  ¿ lo entiendes,  verdad?- le preguntó Jimin entrelazando sus manos.

- Lo entiendo...pero no voy a decirte que no me da pena también- le dijo Jungkook besando su mano.

- Te amo Jungkook,  te amo mucho- le dijo Jimin besando su mejilla.

Jungkook le sonrió.

- Yo también te amo mucho enano,  así que iremos por tu padre contentos y felices- le dijo Jungkook animándose- pero...necesito una ración extra de besos por los que no podré darte esta noche.

- Siempre sacando ventaja- dijo Jimin meneando su cabeza sonriéndole y tomando la iniciativa empezó a besarlo y besarlo y besarlo.

Tantos besos los tenían acalorados y con ganas de más,  pero no era el momento,  así que se calmaron y bajaron poco a poco la intensidad,  respirando entrecortadamente entre sus labios.

Jimin finalmente agarró su bolso y salieron del departamento,  Jimin lo miró una última vez y sintió sus ojos humedecerse,  tenía tantos recuerdos allí,  Jungkook lo abrazó y sin dilatar más ese momento,  cerró la puerta.

Fueron a la casa de Jimin,  limpiaron juntos el lugar y lo ventilaron,  después se premiaron con otra ronda de besos y helado de frutilla,  para luego irse al aeropuerto a esperar al señor Park.

- ¡ Ahí viene papito, Jungkook!, gritó Jimin saltando y agitando sus manos para que su padre lo viera.

El señor Park corrió al encuentro de su hijo y tirando el bolso al suelo lo abrazó fuertemente y besó sus cachetitos una y otra vez,  mientras Jimin reía feliz.

- Te extrañaba tanto pollito- dijo el señor Park tomando su rostro para observarlo- te ves precioso con tu pelito rosado.

-¿ Te gusta papito?, fue un regalo de Jungkook- dijo Jimin mirando amorosamente al interpelado.

-¡ Hijo,  pero que grosero he sido!, ni siquiera te he saludado- dijo el señor Park y soltando a Jimin abrazó efusivamente a Jungkook que al principio estaba tieso, pero luego se relajó y le devolvió la muestra de afecto.

Jimin miraba a ambos sonriendo,  sus dos más grandes amores estaban ahí junto a él,  ¿se podía ser tan feliz?.

Jungkook lo miró y le sonrió como si el universo entero brillará dentro de sus ojos, porque Jimin se había convertido en un mes en todo su universo y más.

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