Capítulo 41 * Flores

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Jungkook llamó a Jimin sin estar en control de sus emociones aún, como siempre.

-¿ Jungkook?- contestó Jimin preocupado por la llamada.

- ¿ Porqué no me dijiste qué ibas a trabajar con Jin?, de todas las personas precisamente él- dijo sin siquiera saludarlo.

Jimin suspiró desilusionado.

- ¿ Para eso llamaste?,¿ para cuestionar mis decisiones?, pues sí, Jin me tendió una mano, y aunque tú no puedas creerlo lo hace de manera desinteresada- le dijo Jimin seco y molesto.

Jungkook bajó las revoluciones a cero, nuevamente la estaba cagando.

- Jimin...entiende, los celos me están matando...no quiero perderte...tengo miedo- susurró bajito y arrepentido.

Jimin se sintió conmovido, pero no sería ese un motivo para disculparlo.

- Debes confiar, no puedo hacer nada si no lo haces, en el futuro, piensa antes de actuar, lo siento, tengo que colgar- le dijo Jimin a punto de llorar, hacía tanto que deseaba escucharlo y ahora que lo había hecho no fue precisamente agradable.

- ¡Jimin!, espera, se que soy un desastre...me alegro mucho por tí bebé, te ves hermoso en las fotografías, compré unas cuantas para poder verte, te extraño y mi amor sigue intacto, te amo- dijo Jungkook y corto la llamada, es innecesario decir que ambos terminaron llorando.

Ho-Seok lo encontró así y lo abrazó para darle contención y apoyo.

-¿ Sabes?, hay una persona muy importante en mi vida, lo amo con todo mi ser...pero siempre la cago con él- le dijo Jimin suspirando y tratando de recuperar el control.

Ho-Seok lo miró extrañado, nunca había visto a Jungkook con nadie en todo el tiempo que llevaban juntos.

- ¿ Lo conozco?- preguntó Hobi.

- No, era mi antiguo asistente, ¿ te sorprendí?, estoy enamorado de un hombre Hobi- le confesó Jungkook, necesitaba desahogarse.

- Debe ser alguien increíble si logró llegar a tu corazón, y no me importa su sexo, la vida es tan corta que tener la suerte de amar y ser amado es lo único importante- dijo Hobi sonriendo comprensivo.

- Sí, Jimin, mi enano, es muy especial, siempre sonriendo, siempre viendo lo bueno de todo, siempre feliz, es un alma ingenua y sencilla, ni siquiera mis defectos lo hicieron odiarme, al contrario sólo me dio amor.

- ¡ Guau!, sí que debe ser especial. - exclamó Hobi sonriéndole.

Jungkook le contó su historia con Jimin, hacerlo lo hizo sonreír, Hobi lo escuchó sin interrumpir y también sonreía al imaginarlo, daban ganas de conocer a Jimin.

- No te apresures Jungkook, estás esforzándote, eso tiene un gran valor, vas por buen camino, y Jimin tiene razón, si se aman tanto al final estarán juntos nuevamente.

Jungkook asintió, se sentía tan bien compartir con alguien sus cosas, abrirse y dejarse consolar.

Después de la llamada, al día siguiente Jimin recibió en su departamento un ramo de flores silvestres con una sencilla nota: " Lo siento...nunca olvides que te amo".

Jimin no necesitaba una firma, sabía que Jungkook se las había enviado y toda su desilusión se transformaron en orgullo, Jungkook si se estaba esforzando, con una sonrisa se fue a trabajar y la mantuvo durante todo el día

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Jimin no necesitaba una firma, sabía que Jungkook se las había enviado y toda su desilusión se transformaron en orgullo, Jungkook si se estaba esforzando, con una sonrisa se fue a trabajar y la mantuvo durante todo el día.

Por la noche le escribió un mensaje a Jungkook: " Tú tampoco olvides...éste enano te ama con todo su corazón ".

El debut de Jimin fue todo un éxito, ahora muchas marcas lo querían como imagen de sus productos, las ofertas de trabajo le llovían, su cara e imagen ahora era reconocida, pero lo que más le agradaba a Jin, era que seguía siendo el mismo chico de siempre, inocente y soñador, con una sonrisa para quien se acercará y nunca se quejaba del exceso de trabajo.

Jimin compró una casita cómoda donde se fue a vivir con su padre y el señor Jeon, la casita tenía jardín así su padre podría disfrutar de los días soleados junto al padre de Jungkook, el pequeño y departamento lo arrendaron a un precio bastante bajo a un matrimonio con un hijo pequeño, Jimin y su padre tenían apego por el lugar que los había cobijado por muchos años, así que no quisieron venderlo.

Jimin ahora tenía dinero suficiente para vivir cómodamente, pero sabía que debía aprovechar para sacar algo productivo de toda esta buena racha.

- Jin, puedo hablar un momento contigo- dijo Jimin sonriéndole después de entrar a su estudio.

- Nunca estoy ocupado para tí- le dijo Jin cerrándole uno de sus ojos.

Jimin le sonrió y tomó asiento frente a él.

- Jin tengo deseos de estudiar una carrera- le comentó Jimin.

- Me parece una buena idea, ¿has pensado en alguna?- le preguntó Jin.

- Sí, me gustaría ser fotógrafo, cómo tú- le dijo Jimin sonriéndole.

- ¿ Y cuál es el problema Jimin?- le preguntó al ver a Jimin con dudas.

- Es que no sé como hacerlo para seguir trabajando y estudiar- le confesó Jimin.

- Eso no es problema, hay carreras online, sólo tendrás que dar los exámenes presenciales, y bueno yo te ayudo con lo que no entiendas, hazlo Jimin, me alegra que pienses en tú futuro- le dijo Jin.

Jimin suspiró aliviado.

- Gracias Jin, eres mi ángel de la guarda- le dijo Jimin agradecido.

Fue así que buscó una universidad que impartiera la carrera online y se inscribió, siguió con su carrera de modelo y además estudiaba, se sentía feliz y pleno... sólo le faltaba una cosa para ser completamente feliz...tener a Jungkook a su lado, últimamente lo extrañaba demasiado, habían pasado seis meses desde que se encontraban separados y no había vuelto a saber de él, bueno cada vez que pasaba un mes, le llegaba un ramillete de flores silvestres con una sencilla nota sin firmar: " Un mes más...y aún te sigo amando ".

Ese era su aliciente para seguir adelante, sin importar el cansancio ni las noches en vela por quedarse estudiando.

Pronto Jungkook daría un concierto y Jimin no pudo aguantar las ganas de volver a verlo, así que compró una entrada, sería una sorpresa que le daría a Jungkook y un regalo que se haría a sí mismo, para sobrevivir los seis meses que aún quedaban.

Ahora su cabello estaba de color rubio, bueno debido a su trabajo de modelo lo cambiaba a menudo, pero cuando podía lo dejaba de su color, se vistió y se arregló para verse bonito, su perfume de frutilla terminó su arreglo, y despidiéndose de su padre y del de Jungkook, tomó las llaves de su automóvil y se fue con el corazón hormigueándole por ver a Jungkook, sólo sería esa noche, pero eso no lograba arrebatarle la sonrisa de su rostro.

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