Parte 4

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El día había llegado y solo faltaba que viniesen a recogerme.

Media hora.

Una hora.

Dos.

...

Ya eran las cinco de la tarde y nadie había venido todavía.

-___-chan, han venido a recogerte.

Hoy le tocaba el turno a una de las trabajadoras que mejor me caían y que mejor me trataba, tenía una niña pequeña, a veces me ensañaba fotos o videos de lo que hacía. Ella no estaba casada y tampoco salía con nadie asique se le dificultaban las horas de trabajo, pero nunca dejó de ser amable por ello, pocas veces se enfada, era muy comprensiva.

-Voy.

Ya llevaba todo el día despidiéndome de gente, pero todavía había algunos que me estaban esperando en la puerta, he de admitir que me hizo ilusión que toda aquella gente estuviese en ese momento en aquel lugar, daba igual lo que habían hecho, ahora mismo eran lo más parecido a una familia que tenía.

En el coche, aparte del conductor, venían también dos héroes, que creo que son profesionales.
Uno me miraba con cara de desprecio, supongo que sabe de mi pasado y no me cree, el otro tenía una sonrisa agradable, pero no creo que sea muy verdadera y eso me incomoda.

-¿Preparada?

Me giré al de la sonrisa agradable.

-Creo.

El de la cara de desprecio soltó una risilla que me molestó bastante.

-¿Por qué te ríes?, ¿Qué tiene tanta gracia?

Ahora sí me miró, me analizó, esta vez con cuidado de como me miraba, se pensó lo que iba a decir, algo me dice que tiene miedo de como pueda reaccionar.

-Todos tienen que hacer un examen muy duró, algunos practican durante toda la vida para poder superarlo, sufren por ello, y tú que ni siquiera tenías esperanzas de salir consigues lo que tanto querían algunos y no han conseguido.

-¿Sabes? puede que ya no tuviese esperanza, puede que no me haya esforzado durante años o la vida entera, puede que no haya sufrido para conseguirlo y puede que sea un regalo el conseguir casi gratis y sin esfuerzos lo que tanta gente desea, pero, no debe menospreciar mis esfuerzos o mi sufrimiento, puede que no lo haya planeado para este momento, pero estoy contenta con ello.

No dejé de mirarle a los ojos, estaba tranquila, no intentaba dar miedo, solo demostrar confianza y determinación.

-Puede que no me haya esforzado durante años, y es por eso que ahora será más duro que para ninguna otra persona.

Seguía tan calmada como antes lo que hizo que el hombre se indignase. Volví a mirar al frente y pude ver como el conductor me daba una pequeña sonrisa por el retrovisor, desde ese mismo sitio pude ver la cara de sorpresa del otro héroe que esta a mi lado, el de sonrisa agradable.

-Llegamos- anuncio el conductor.

Todos bajamos del coche, ya había una persona esperando fuera de la casa donde me quedaría.

-Oye... me gusta esa confianza.

Solo sonreí para darle las gracias al conductor por esas palabras.

Anduve junto a los dos héroes y nos juntamos con el tercero, con el que me cuidaría. Este no era nadie más que Eraser Head, supongo que para mantener mi quirk controlado.

-Te la dejamos aquí, tenga cuidado.

Aizawa me hizo una señal para que entrara a la casa y le hice caso, una vez entré cerró la puerta delante de las narices de los otros dos héroes, le miré con la boca abierta.

-Hay un cuarto arriba y ya han llegado las cosas que mandaste, organízalo como quieras.

No me dio tiempo a responder porque ya se estaba yendo a su cuarto, por la cara que tenía seguramente a seguir durmiendo.

Cuando subí lo primero que hice fue buscar mi habitación, no fue muy difícil, solo había cuatro puertas y la de mi cuarto era la única abierta.
Era más grande que la que tenía en aquel sitio, miré por la ventana, desde ahí tenía muy buenas vistas del tranquilo barrio y del cielo iluminado de la noche.

Con mi quirk puedo hacer varias cosas y una de ellas son las enredaderas, son bastante resistentes ya que son lo único que me dejaban utilizar, y fue lo primero que añadí en la habitación, ahora me ayudarían a colocar las cosas y cuando ya estuviese todo en su sitio las usaría como si fuesen parte de mí.

Ya estaba terminando de colocar las cosas pero un grito desde la parte de abajo me llamó la atención.

-¡Ukashi-san!

Bajé a un ritmo acelerado para ver que es lo que quería Aizawa.

-A cenar.

Posé mi mirada en la mesa con comida, era la primera vez en muchos años que no cenaba sobras, me senté rápidamente y miré a Aizawa para pedir permiso.

-No tienes que pedir permiso para comer.

Esta comida sabía aún mejor de lo que me imaginaba, estaba acostumbrada a las comidas de ese sitio y de repente comer algo hecho en casa era nuevo.   

-Ukashi-san, ¿has terminado de colocar las cosas?

-Casi, todavía faltan algunas, y... podría llamarme por mi nombre, no me gusta mi apellido.

-Entiendo.
Las clases empezarán mañana, ya tienes el uniforme de tela especial y algo de ropa en el armario. No me gusta tener que pedirte esto, pero ten cuidado, te ayudaré con tu quirk hasta donde yo se, el resto dependerá de ti.

-Gracias.

-¿Por qué?

-Por creerme y darme la oportunidad de demostrar quien soy.

No esperé una respuesta, solo seguí comiendo como si nunca lo hubiese hecho.

-Aizawa-san, ¿esta bien que salga al jardín?

-Mientras no te escapes puedes ir donde quieras.

Asentí para después terminar la comida y dirigirme al jardín.

Las vistas no eran tan bonitas como desde la azotea pero me valían, solo quería aire y poder despejarme o pensar en paz, no necesitaba nada más.

Después de un rato subí a mi habitación y terminé de colocar las cosas para después dormir un rato, había sido un día largo lleno de nuevas experiencias.


Al día siguiente me preparé para conocer a mis nuevos compañeros, la ropa era más cómoda de lo que pensaba, pero al ir toda tapada tenía algo de calor. Todo por la calle me llamaba la atención, no había salido en mucho tiempo asique parecía una niña.

Cuando entramos al edificio de la U.A Aizawa me acompañó con el director para que me dijese algunas cosas, luego fuimos a la clase.

-Tenemos una nueva alumna, preséntate.

-Soy ___ Ukashi, y por lo que parece todos sabéis que vengo de la prisión de Tártaro, un gusto.

Mitad (Todoroki×lectora) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora