Mitad (Todoroki×lectora) +18

Parte 8

Eijiro Kirishima.

Sabía que me sonaba de algo, pero nunca esperé que fuese él. Supongo que le habrá parecido raro mi situación, y que por eso ha tardado en recordar quién soy.

-Con esto debería bastar, ten cuidado y no lo muevas mucho hasta que este curado.

-Gracias Recovery Girl.

Tocaba ir ha hablar con Kirishima, pero primero tenía que encontrarlo.

¿Por los pasillos?

No.

¿Fuera?

No.

¿En clase?

No, pero me venía bien para recoger mis cosas.

Cuando entré ya había alguien, Todoroki.

-Buenas tardes.

Me hizo un pequeño gesto con su cabeza.

Empecé a recoger sin darle mucha importancia a que Todoroki estuviese ahí.

-Ukashi-san.

Me giré algo sorprendida, había tanto silencio que me había asustado.

-¿Si?

-Te sangra el hombro.

Me miré el vendaje que Recovery Girl había hecho, y por bruta, ya lo había rajado, ahora mi herida sangraba.
Busqué en la mochila que llevaba un pañuelo de tela o algo para poder limpiar la sangre, pero no encontraba nada.

-Toma, puedes quedártelo.

Todoroki me dio su pañuelo, no tenía nada característico, lo tome he hice algo de presión para que dejase de sangrar.

-Fue una locura hacer eso.

-¿Hacer que?

-Enfrentarte al líder.

-Puede... pero había que intentarlo, lo peor que podía pasar es que muriese, y tampoco es que sea muy importante.

La cara de Todoroki cambio radicalmente a una de asombro.

-¿Lo dices con tanta naturalidad?

-¿Acaso no es verdad?

No respondió, seguramente no sabía que decir.

-Gracias por el pañuelo, me encantaría seguir hablando, pero tengo cosas que hacer.

Me fui para seguir buscando a Kirishima.

Pasé por otros pasillos pero tampoco estaba. Entonces recordé que no había visto sus cosas en la clase y decidí ir a la salida.

Lo encontré.

-Cuanto tiempo Kirishima.

-Me alegra verte ___.

Bajó su mirada, se le veía triste.

-¿Que pasa?

-Pensé que habías muerto.

-Creo que todos lo piensan, pero... no morí, estoy viva.

-No puedo tocarte ¿verdad?

-Me encantaría, pero no- dije algo frustrada.

Quería abrazarlo, decirle que estaba bien y que nada me había pasado, aunque no fuese del todo verdad, serviría para que quitase esa cara triste.

-¿Y ellos dos..?

Negué con la cabeza.

-No lo sabía...