Mitad (Todoroki×lectora) +18

Parte 29

A la mañana siguiente me desperté con unos brazos rodeándome y con un heterocromático de frente, sonreí levemente y miré mi reloj para comprobar la hora.

-Shoto- lo llamé en un susurro , pero no me hizo caso.
-Shoto- esta vez probé a tocar su mejilla, pero solo escuché un pequeño quejido por su parte.
-Shoto- esta vez me acerqué a sus labios.

Antes de yo poder besarlo fue él el que acortó distancias y me beso.

-Pensé que seguías dormido...- hice como si estuviera enfadada.

-Es gracioso ver como intentas despertarme.

-Pues más gracioso será ver como te escondes.

-¿Esconderme?

Solo asentí.

-Aizawa esta viniendo.

Eso fue más que suficiente como para que se levantase de la cama de un salto y se escondiese en el baño, volví a reírme por lo bajo hasta que escuche como tocaban mi puerta.

-Pasa Aizawa, ¿hay algún problema?

-Hay alguien en la entrada que dice que quiere hablar contigo.

-¿Quién es?

-No me lo quiere decir, ten cuidado.

-Enseguida salgo.

Aizawa cerró la puerta y yo fui dirección al baño para avisar a Shoto y cambiarme.

-¿Podrías mirar los mensajes de la bandeja de entrada?-pregunté mientras me ponía algo que no fuese el pijama desde el baño.

-Hay un mensaje de un numero desconocido.

-¿Y qué dice?

-"Hoy es el día", ¿qué quiere decir con esto?

Fue entonces cuando le expliqué sobre los mensajes que había estado recibiendo. 

-Te acompaño.

-No es necesario.

-Al menos déjame mirar desde lejos.

-Como quieras- sería inútil discutir eso, además tampoco perdería nada si el estuviese ahí, y si fuese el ataque de unos villanos estaría incluso más segura.

Bajé junto a Todoroki, él se quedó en los sofás mientras que yo fui a abrir la puerta.

Cuando abrí la puerta vi a una niña de unos trece años la cual se me hacía algo conocida.

-Todavía no te había dado las gracias por ayudarme a  escapar.

Junté la información que tenía, lo que acababa de decir y lo que me puso en los mensajes.

-¡¿Ume?!

Sin pensarlo dos veces me lancé a abrazarla y ella solo correspondió. En ese momento me acordé de algo.

-No deberías haber venido.

-¿Por qué?

-Ese hombre sabe que sigues viva, aquí podría localizarte, me alegra verte, pero por favor vete.

Lo que menos quería era que se volviese a repetir la misma situación de cuando éramos pequeñas, no quería que ella sufriese como yo lo había hecho.

-Vete.

-Pero...

-Por favor- la miré de manera suplicante.

-Adiós- esas fueron las últimas palabras que dijo antes de salir corriendo.

Me quedé mirando a la puerta hasta que sentí una mano encima de mi cabeza.