Parte 37

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Pondría algunas de mis enredaderas en la parte de la entrada para que la mayoría de los guardias fuesen hacia allí, yo debía ir en la dirección contraria lo que me daría más posibilidades de llegar a mi destino sin que me pillasen.

Las cámaras ya era más complicado, debía hacer memoria para recordar donde estaban los puntos ciegos y como me tenía que mover hasta llegar a las celdas, cosa que tampoco sería fácil ya que allí había incluso más cámaras. En este momento sentía que la habilidad de Hagakura me podía ser de mucha ayuda.

Hice un mapa mental de las cámaras, donde estaban, hacia donde apuntaban y donde no llegaban a grabar para poder empezar con mi plan. Si las cosas no habían cambiado desde que me fui la primera parte no debía ser muy difícil.

Empecé ha hacer ruido con mis enredaderas en la entrada para llamar la atención y aunque pareciese tonta pegada a la pared, empecé a moverme silenciosamente y escondiendo mi presencia por si alguno de los guardias no se había ido.

Después de años investigando como salir de este lugar, de algo me había servido, aunque ahora tenía el propósito contrario, volver a entrar.

Llegué al pasillo donde estaban encerrados mis compañeros más fieles y los que mejor conocían el bajo mundo.

No podía simplemente ir a las celdas de los prisioneros y preguntar como si nada, había una cámara que apuntaba a ese pasillo, y cámaras dentro de las celdas.

Debía mover las cámaras para que no apuntasen a donde yo tenía que ir, para ellos usé las ondas expansivas en la dirección que necesitaba para que mi único impedimento dejase de serlo.

Debía darme prisa ya que estas cámaras se vigilaban las 24 horas, y se darían cuenta inmediatamente de lo que había pasado. No tenía mucho tiempo.

Me preparé y empecé con mi plan, apunté a todas las cámaras que me molestaban y empecé a correr hasta llegar a la celda que quería.

-¡Hiromi! despierta, tu persona favorita ha venido a verte.

El hombre abrió uno de sus ojos poco a poco, y en cuanto su mirada me enfocó se levantó de golpe y fue lo más rápido que pudo hacia los barrotes.

-¿Qué coño haces tú aquí?

-Tengo que preguntarte algo, responde rápido no tengo mucho tiempo.

-Parece importante- todavía seguía algo alterado.

-¿Sabes donde se esconden ahora los villanos? más específicamente mi padre.

-Esta más cerca de lo que crees, memoriza bien las instrucciones de como llegar...

Asentí lista para memorizar cada detalle que me diese.

-Gracias Hiromi, dale recuerdos a todos de mi parte, estoy muy bien con mis compañeros- sonreí para tranquilizarlo.

-Buena suerte ___.

Volví a esconder mi presencia antes de que nadie pudiese aparecer y me mezcle entre las sombras.

Era verdad que el sitio a donde me tenía que dirigir no estaba lejos, si me daba prisa llegaría en diez minutos, solo necesitaba diez minutos más para llegar con mi hermana y salvarla... solo un poco más...

Con todo el jaleo que se había montado en la prisión no fue tan difícil salir, todos estaban preocupados por lo que había pasado con las cámaras y nadie prestaba atención a los pasillos exteriores.

Corrí hacia el bosque rápidamente, tenía que ir en línea recta hasta llegar a una pared de piedra, luego solo tendría que buscar la salida del bosque, cerca de ella se encontraría un almacén abandonado. Según lo que había escuchado era un taller clandestino, seguramente de drogas si Hiromi sabía algo de aquel lugar.

-Solo un poco más...

Abrí la puerta pero no había nada mas que mesas viejas y oxidadas y sillas tiradas por el suelo, se notaba que llevaba mucho tiempo sin que nadie hiciese nada allí dentro. Aunque no viese nada a simple vista debía confiar en la información que me había dado Hiromi.

Me concentré en intentar localizar algo de energía, aunque fuese residual, sería de gran ayuda. Cerré los ojos y me quedé quieta tratando de enfocar mi mente en cada parte de aquel desastroso almacén.

Poco después sentí algo detrás de la pared del fondo, me acerqué con cautela por si era alguna trampa y toqué la pared.

Sentí que ese no era un material con el que se haría un almacén, no era cemento ni nada por el estilo y probé a tocar la pared continua para asegurarme de si estaban hechas del mismo material.

Negativo.

Lo más probable era que fuese una pared falsa, no parecía haber trampas por lo que no me compliqué. La pared no parecía nada resistente y le di un puñetazo para romperla, cosa que funcionó.

Le di un par de golpes más para poder pasar por el agujero sin problemas, en cuanto la pared dejó de bloquearme la vista la vi.

Mi hermana estaba igual de atada que cuando me capturó a mi.

-¡No deberías estar aquí!

No la hice caso y simplemente me acerqué más a ella.

-Las cuerdas no están tan fuertes, te desataré enseguida.

-¡Vete! no deberías estar aquí- sentí como su voz empezaba a quebrarse y la miré a la cara.

De sus ojos salían lagrimas y su cara reflejaba arrepentimiento.

-¿Te ha hecho algo?

Negó con la cabeza rápidamente.

-Ya sabes que no es a mi a quien quiere... vete por favor.

Por mucho que me lo dijese no me iría, ella estaba en peligro, seguramente por mi culpa, la salvaría antes de que nuestro padre pudiese hacerla nada.

Estaba a punto de quitar una de las cuerdas que sujetaban sus muñecas cuando un grito de dolor me asustó.

-¡¿Qué ha pasado?!

Los ojos de Ume apuntaba al suelo. Pude ver como su tobillo empezaba a sangrar.

-Debiste hacerle caso a tu preciosa hermana... ___, aléjate de ella si no quieres que se quede sin pie, o sin algo mejor aún, sin vida...

Lo que dijo me asustó, pero no debía dejar que lo viese, hice caso a lo que me decía, al fin y al cabo sabía que era muy capaz de matar a su propia hija y más si lo provocaba. Lo último que quería era que Ume resultase más herida de lo que ya lo había hecho.

-¿Qué es lo que quieres?- pregunté un poco más lejos de mi hermana sin mostrarle miedo.

Mitad (Todoroki×lectora) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora