Parte 43

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Abracé un buen rato a Shoto mientras que ambos llorábamos, sabía que él no lo admitiría ya que trataba de no mostrarlo, pero yo no era capaz de aguantarlo. Sin previo aviso Shoto separó su cara de mi torso y puso sus manos en mis axilas para ayudarme a levantarme. Me sentó en la camilla y limpió mi rostro cubierto por lagrimas.

-Todo va a estar bien.

-Shoto... me prometí que la salvaría, prometí a esa mujer que ayudaría- por mucho que me esforzase no era capaz de deshacer el nudo de mi garganta- y yo la he matado, es mi culpa que esté muerta...

-___-chan, no es tu culpa que tu padre sea un malnacido, solo pretendías ayudar, tu no la has matado, no has hecho nada malo, no todos hubiesen actuado de la misma forma.

No era capaz de mirarlo a la cara, estaba demasiado débil y me sentía muy mal cómo para hacerlo.

-Si solo hubiese actuado más rápido...

Volvió a abrazarme y no me soltó hasta que uno de los guardias lo echó de la habitación. Esa noche no pude dormir, la culpa era demasiada como para hacerlo y los pensamientos no me dejaban si quiera cerrar los ojos ya que amenazaban con matarme lentamente.

El reloj sonaba en toda la habitación durante toda la noche, su sonido era monótono pero a la vez sentía que me daba paz, era lo único que no cambiaba en toda la habitación. Estuve mirando al techo hasta que los policías llegaron para hacerme preguntas como Aizawa dijo.

-Ukashi-san, hemos revisado tu caso con las pruebas clínicas y ya hemos llegado a una conclusión, pero necesitamos que nos describas qué fue lo que pasó en aquel lugar.

Los dos policías tomaron asiento y empezaron a tomar notas de todo lo que yo iba contando, no se me hizo difícil ya que lo había hecho antes, pero cuando llegué a la parte donde los héroes llegaron y tuve que describir lo que le pasó a mi hermana mi voz empezó a salir con dificultad, aunque esta vez no lloré, tampoco me hacía sentir nada bien.

-En pocas palabras, te intentaste hacer la heroína y por eso ha muerto tu hermana- uno de los policías me miraba realmente mal.

Su compañero le dio un codazo y se disculpó conmigo por lo que el otro acababa de decir.

-¿Algo más que creas que es importante?, ¿algún detalle que te hayas dejado?, ¿ha dónde ha podido ir ahora?

Negué con la cabeza.

-Nada más, ya lo he contado todo.

-En ese caso ya hemos terminado, dile a la secretaria que ya nos vamos, yo voy guardando todo.

El compañero desagradable le hizo caso al otro y se fue, volví a mirar al techo intentando relajarme por lo que acababa de decir mientras que el policía guardaba sus cosas.

-Yo no creo que hayas hecho nada malo, muchos héroes no se habrían ni atrevido sabiendo lo que les venía. Ha sido un acto muy valiente aunque haya salido mal, no te atormentes mucho por ello, estoy seguro de que tu hermana no lo querría.

Mi vista pasó del techo al hombre que todavía estaba sentado a mi lado, mis ojos se llenaron de lágrimas que no querían salir y lo único que pude responder antes de que se fuera fue un gracias. Luego me volví a quedar sola con mis pensamientos hasta que vinieron ha hacerme pruebas.

-Todo parece en orden, te mandaremos a casa, pero sigue las indicaciones, debes seguir la dieta que te hemos puesto, nada de relaciones sexuales y haz algo de ejercicio físico pero siempre moderado.

Asentí ligeramente, sabía que me lo decía por mi bien, pero realmente no me apetecía hacer nada de lo que me había dicho.

-Te he traído algo de ropa cómoda- Aizawa entró en la habitación justo después, parecía que estaba esperando a que el medico terminase.

-Aizawa-san, ¿usted sabe cuando será el funeral de mi hermana?

-Mañana, solo quedaba que testificases.

-Quiero ir, no quiero que la última vez que la vea sea llena de sangre, llorando y con heridas por todo su cuerpo.

Aizawa me miró con pena, pero pude ver como asentía ligeramente ante mi propuesta.

-Por ahora vístete, tus compañeros te esperan en la residencia.

Con todo lo que había pasado se me había olvidado que tenía compañeros, no era que no me apeteciese verlos, pero no me sentía con el ánimo cómo para que me preguntasen sobre lo que había pasado.

Me vestí y subí al coche que nos esperaba en la puerta del hospital.

-Es bueno volver a verte, aunque hubiese sido mejor en otras circunstancias.

Miré al conductor y lo reconocí casi al instante.

-Hacía mucho que no nos veíamos.

-Desde que te lleve a casa de tu profesor, sabía que te convertirías en una gran heroína, no te hundas, todavía eres muy capaz.

El hombre fue muy amable preocupándose por mi, aunque mis contestaciones eran muy simples se notaba que entendía perfectamente el porqué.

Cuando llegamos bajé lentamente del coche.

-Puede sonar repetitivo, pero... me gusta tu confianza- volvió a decir las mismas palabras que la primera vez que me dejó en mi nuevo hogar.

Le ofrecí una pequeña sonrisa como muestra de agradecimiento y me encaminé a la entrada de la residencia.

Cuando abrí la puerta pude ver a todos mis compañeros mirándome. Aparté la mirada y la dirigí al suelo.

-Te acompaño a tu habitación- Shoto se había acercado.

-¿Todo bien extra?

Giré ligeramente mi mirada hacia Bakugo y pronuncié un sí por lo bajo, cómo respuesta él solo asintió, de alguna manera él me había salvado cuando pasó algo similar, no podía no contestar.

-___-chan- Mina se abalanzó sobre mí tirándome al suelo para que después se uniesen unas cuantas personas más como Denki, Kirishima u Ochako, el resto solo nos miraba y decían que se alegraban de que yo estuviese bien.

Kirishima me ayudó a levantarme.

-Seguro que quieres ir, y yo te pienso acompañar, lo siento amigo- miró a Todoroki- pero mañana me la quedo yo, al fin y al cabo yo también conocía a Ume.

Todoroki solo asintió y tomó mi mano para llevarme a mi cuarto.

-Protégela bien, confió en ti.

Subimos por las escaleras porque Shoto dijo que así haría algo de ejercicio y en cuanto llegue a mi cuarto me metí en la cama.

-Por ahora descansa, ya sabes donde estoy si necesitas algo.

Asentí, pero una pregunta no paraba de rondar por mi mente; ¿qué pasaría ahora? 

Mitad (Todoroki×lectora) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora