Estuve debatiendo si despertar a Shoto o no durante gran parte de la noche hasta que el cansancio pudo conmigo y me quedé dormida, apenas fueron un par de horas y después me sentí incluso más cansada, pero el no haber dormido y todo lo que había pasado pudo conmigo.
-¿Se puede?- alguien tocó la puerta.
-Abre.
-Salimos en una hora, ¿necesitas ayuda?- Kirishima entró en la habitación avisando de que apenas me quedaría una hora para terminar con todo esto.
-No, gracias por preocuparte Kirishima, ¿sabes dónde es?
-Cerca, tomaremos un bus para llegar más rápido, ¿estás segura de que quieres ir?
-Completamente segura- mi tono de voz era neutro y mi mirada no se despegaba del techo.
-¿Estás bien?- su tono de preocupación era más que evidente.
-No te preocupes por mi- me levanté de la cama antes de que pudiese seguir preguntando.
Fui a mi armario y lo miré para que se fuera dándole a entender que pretendía cambiarme, pareció entender mis señales ya que se fue dejándome sola. Algunas lágrimas traicioneras salieron de mis ojos, pero esta vez no sentía ningún dolor en el pecho, apenas sabía si estaba haciendo alguna expresión...
Me cambié, me puse algo negro y salí de la habitación para dirigirme a la cocina donde seguramente estaría Kirishima esperando. Cuando le vi él también iba de negro, se levantó y se dirigió a la salida, yo me acerqué para ponerme los zapatos y salir.
-Siempre puedes cambiar de opinión, da igual que sea en último momento- me miraba triste y preocupado a la vez.
Me limité a asentir y seguir el camino que Kirishima iba marcando, nos subimos al bus para después bajarnos en frente de una tienda de segunda mano, nunca había estado por esa zona, era una pena que la primera vez fuese en esas circunstancias.
-¿Lista?
Volví ha asentir para después entrar en el cementerio, solo habíamos llegado al entierro, la última oportunidad de despedir a mi hermana.
No estaba segura de si acercarme a o no, pero de repente sentí como una mano tomaba mi brazo y me adentraba entre la multitud reunida la rededor del ataúd.
-Era tu hermana, tienes el mismo o más derecho que cualquiera de despedirla- la mujer con la que la había dejado años atrás ahora me daba ánimos para volver a dejarla, aunque esta vez para siempre.
-¿No me odia?- la miré aguantando mis lágrimas.
-Me diste lo mejor que me podría haber pasado, incluso intentaste salvarlo. No puedo odiar a quién me lo ha dado todo y ha hecho hasta lo imposible para que eso se mantenga.
El labio empezaba a temblarme, una de las cosas que más miedo me daba era la posible reacción de esa mujer y que me hubiese dicho eso me quitó un gran peso de encima.
-Me han contado cosas sobre lo que pasó en ese lugar, no te culpes de algo que no has hecho. ¿Sabes? Ume estaba muy ansiosa de poder volver a verte cuando se enteró de que habías entrado en la U.A- lágrimas empezaban a caer de los ojos de la mujer- estoy segura de que está orgullosa de su hermana, y que estuvo satisfecha en el momento en el que vio.
Eso hizo que estallase en lágrimas, era incapaz de controlarlo, solo necesitaba expulsar el cúmulo de emociones que me habían impedido sentir nada y eso hizo que explotase.
Seguí a la mujer hasta llegar al frente de todo el mundo, al perecer habían abierto el ataúd y ahora se la podía ver, habían tapado bien las heridas y de no ser porque yo sabía donde se localizaban era casi imposible identificarlas.
Aún con lágrimas en los ojos me acerqué.
-Lo siento- susurré- esta vez no pude ser tu heroína- la di mi última sonrisa y me fui donde estaba Kirishima.
-Toma- me ofreció un pañuelo.
-Gracias- lo tomé.
-Por fin hablas, me tenías preocupado.
-Perdón, pero no creo que esto se me pase pronto. Pasó algo similar cuando murieron mis amigos.
Kirishima me miró con pena pero decidió no decir nada más y seguir viendo lo que quedaba de funeral.
Antes de irnos me acerqué a la tumba.
-Espero que esto te proteja aunque ya no sea en vida- unas enredaderas salieron de la tierra rodeando la lápida.
Miré por última vez el lugar sabiendo que ahora tendría otro cementerio más al que ir y volví junto a Kirishima para irnos de vuelta a la residencia.
Cuando llegué no saludé a nadie, simplemente volví a mi cuarto, me cambie a algo más cómodo y me tiré en el suelo.
-¿Todo bien?
Shoto entró en la habitación.
-Es mejor que no estés cerca de mi- solté de manera cortante.
-¡¿Por qué dices eso?!- perecía bastante asustado.
-Todos los que tienen un contacto estrecho conmigo terminan muertos, no quiero que eso te pase a ti también Shoto- era inevitable que alzase mi voz.
-No me pasará nada, solo déjame quedarme contigo- se sentó a mi lado.
-Yo debería estar muerta- puse mi mano en mi frente- es a mí a quien quiere muerta, no a mis amigos o al resto de familia.
-No digas eso, tu sigues viva porque ha habido gente que ha confiado en ti para poder seguir siendo fuerte aún sin estar presentes... no los defraudes.
-¿Desde cuando eres tan sabio en estos temas?
-He aprendido de la mejor- me sonrió- ahora te voy a traer algo de comer, no has desayunado ¿cierto?
Negué con la cabeza.
-Bien, en ese caso vas a comer algo, y no quiero que lo tires, debes hacerle caso al médico, no te quiero ver mal por más tiempo. Poco a poco ¿sí?
Lo miré no muy convencida pero aún así asentí.
Se fue a por la comida y se quedó en mi cuarto hasta que vio que empezaba a comer, luego fue él quién se llevó el plato de nuevo a la cocina.
-¿Participarás en el festival?- preguntó mientras que yo recogía mi ropa, bueno más bien la dejaba en la silla.
-No creo que me den permiso, pero si puedo ir y me siento mejor iré, ¿qué hará nuestra clase?
-Un concierto.
-¿Cuántas cosas han pasado desde que me secuestraron?
-Más de las que te imaginas.
Todavía no había preguntado al resto sobre cómo habían ido sus prácticas, pero había muchos rumores, ¿serían ciertos?
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Mitad (Todoroki×lectora) +18
FanfictionEncerrada desde pequeña, con una pésima infancia y con las ilusiones rotas, aún mantiene algo de esperanza y consigue salir de ese sitio. Fuera tendrá algún problema, no será fácil luchar contra los villanos, su pasado, presente o futuro. Nuevas per...