Parte 41

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No pasaron ni un par de horas hasta que llegamos a Tártaros, no tenía ni idea de a quién debía preguntar, pero sabía que allí me darían la respuesta.

-Perdone, ¿sabe quién de los reclusos era cercano a ___ Ukashi?- pregunté a uno de los trabajadores.

-En general se llevaba muy bien con todos, ¿hay alguno con quién quiera hablar en especial?

-Solo con los más cercanos.

-Lo siento joven pero no le puedo ayudar en eso...

El trabajador se fue al mostrador junto al resto mientras que yo seguía pensando cómo podía preguntarle a la gente sobre los reclusos cercanos a ___.

-¿Has preguntado por ___-chan?

Una mujer alta vestida con las prendas de los reclusos se me acercó junto a uno de los policías.

-Sí, la conoces.

-¿Qué si la conozco? prácticamente la he criado- empezó a reírse- ¿la ha cagado y vienes tu a decirlo?

-Ojalá fuese eso- en cuanto pronuncié esas palabras el rostro de la reclusa se oscureció- no sabemos donde está y pienso que alguien de aquí podría tener la respuesta.

-Antes que nada ¿quién eres y de que conoces a la enana?

-Soy Todoroki Shoto, compañero de clase y pareja de ___- dije serio- ¿tú quién eres?

-Misaki, me alegra ver que esa niña por fin tiene a gente decente a su lado, pero ¿qué mierda a pasado?- la mujer se alteró un poco y el policía le dio un toque bastante fuerte de atención.

Reconocí ese nombre al instante, las pocas veces que ___ me había comentado sobre sus años en la cárcel no dejaba de nombrar a Misaki y a Hiromi.

-¿Puedo hablar con un tal Hiromi?

Misaki miró al policía y luego me volvió a mirar a mi.

-¿Tienes tu licencia?- su tono serio casi parecía que te helaba.

-Viene conmigo- la voz de mi padre sonó por detrás, me giré sorprendido por sus palabras, parecían querer ayudar.

El policía soltó a Misaki y empezó a andar rápidamente hasta un pasillo lleno de celdas.

-Quiero que me cuentes que ha pasado.

-Os lo contaré a los dos juntos, así me ahorro palabras.

En cuanto dije eso la mujer empezó a caminar aún más rápido, se la notaba tensa y algo agobiada, parecía bastante preocupada por lo que le había pasado a ___.

-¡Hiroko, levanta! tenemos que hablar.

Los guardias nos llevaron fuera donde el resto de reclusos no nos dejaban de mirar, en especial a mi padre, se notaba que allí había gente poderosa digna de enfrentarse al actual número uno.

-Hiromi-san, ¿has hablado con ___ recientemente?

El hombre miró a mi padre algo reacio a responder.

-Necesito su ayuda para poder encontrarla.

-¿Cómo que encontrarla?

-Su hermana desapareció, tengo entendido que tenía la intención de ir a rescatarla, y sospecho que su padre tiene algo que ver con que no haya vuelto a la residencia todavía.

La cara de horror de Hiromi daba miedo, nunca me habría imaginado que un villano podría poner ese tipo de cara.

-¿A dónde mierda la has mandado cabrón?- Misaki parecía realmente enfadada.

-Solo preguntó si sabía donde estaba su padre, nunca me imaginé que no volvería.

-Pues ahora necesito que me digas a mi esa información- intentaba estar calmado aunque por dentro lo único que quería hacer era correr a donde estaba ___ y sacarla de allí, pero lo primero que necesitaba para hacer eso era información.

-No le confiaré esa información a cualquiera.

Estaba a punto de presentarme pero Misaki me interrumpió.

-Para resumir el niño que está delante y la niña son novios, ahora dile la información antes de que la maten o te juro que no lo cuentas.

-Me miró serio y me dijo lo mismo que a ___, estaba más cerca de la prisión de lo que creía.

-Gracias- dije para después salir corriendo hacia donde Hiromi me había dicho que estaba el escondite de Akichi.







Siguió violándome durante horas, ya apenas sentía mi cuerpo, no solo se había limitado a penetrarme cuando había querido, sino que también me había amordazado de muchas maneras distintas, cortado, golpeado, quemado... un sin fin de cosas que ya no sabía qué era lo que no había hecho.

-Hacías mucho más ruido cuando eras pequeña...- se posicionó delante de mi y subió su bragueta- supongo que es porque tu querida hermana está presente...

Lo miré con los ojos llorosos y poco abiertos del cansancio que me había provocado toda esa situación, no podía quedarme inconsciente ya que si lo hacía le tocaría a mi hermana todo lo que yo estaba sufriendo y no estaba dispuesta a ello.

Estaba apunto de desmayarme ahora que sabía que se había quedado satisfecho, pero percibí una presencia familiar, demasiado, y para que me encontraran en un sitio tan rebuscado debía hacer algo de ruido.

-Te estas oxidando viejo, has perdido práctica.

-¿Tú crees?- su mirada psicópata había salido a la luz.

Fue a la parte de atrás y yo aproveche a mirar a mi hermana la cual me observaba detenidamente con cara de asombro, yo la giñé un ojo dándola a entender que tenía un plan con el que podríamos salir de aquí.

Pocos segundos después apareció con un látigo que ya había usado antes, ahora los pinchos que tenía se clavaría en mis heridas provocándome aún más dolor, pero esta vez no tendría que aguantarme como anteriormente había hecho, ahora debía gritar, lo más fuerte posible para que el resto supiesen por donde debían de buscar.

Mi padre empezó a darme una y otra vez, esta vez parecía disfrutar aún más al darse cuenta de que ahora gritaba.

-Espero que con esto entiendas que no estás en una posición donde mandes- me miró enfadado.

Puse mi mirada fija en el suelo esperando al momento en el que llegasen. Afortunadamente no esperé mucho, Endeavor entró tirando la pared al suelo e intentando chamuscar a mi padre.

Todoroki en cuanto me vio corrió hasta mi quitándose la chaqueta que llevaba para ponérmela por encima mientras que me quitaba los nudos.

-El anillo- susurré como pude.

-Esto te pasa por traidora- la voz de mi padre sonaba fuerte y claramente en la habitación.

Algo salpicó mi cara, giré la cabeza hacia donde había venido la salpicadura y pude ver el cuello de mi hermana abierto y lleno de sangre, ella ya no estaba con vida.

¿Había muerto por intentar salvarla?

Mitad (Todoroki×lectora) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora