Parte 30

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Las pruebas que me tenían que hacer fueron más relajadas de lo que me esperaba teniendo en cuenta lo que pasó la vez pasada. Aunque se habían pasado con toda la sangre que me habían extraído, ya no sabía si tenían intención de analizarla o de donarla.

Pocos días después Aizawa vino a recogerme al hospital afiliado donde me habían dejado.

-En pocos días iremos ha hacer los exámenes para obtener la licencia, ___-san, si no los apruebas a la primera no tendrás una segunda oportunidad.

-¿Eso significa que volvería allí?

Aizawa se limitó a asentir. Ya había conseguido mucho, no quería volver a aquel lugar para volver a estar encerrada siendo el ratón de experimentos, por fin había conseguido una vida fuera, había hecho algunos amigos y había conseguido pareja... Me negaba a volver ahora, por primera vez sentí ganas de vivir desde que era pequeña y me escapaba pensando que cuando volviese a casa las cosas con mi padre serían distintas...

-Aprobaré a la primera y demostraré que no soy lo que piensan.

Mi profesor solo sonrío y empezó a andar en completo silencio hasta que llegamos a la academia.

-Bien, tu ve a los dormitorios, yo tengo cosas que hacer aún.

Me giré para irme, pero antes de nada me paré.

-Gracias Aizawa-sensei por apoyarme con los jefes- solo seguí andando.

 Nada más entré por la puerta de la residencia Kirishima se abalanzó.

-Me alegra verte, ¿no te han hecho nada malo?- negué- bien, en ese caso creo que hay una persona medio albina que lleva preguntando por ti desde el día que te fuiste, y creo que esa persona está en su cuarto, ve a ver.

 Lo que Kirishima me había dicho me sacó una sonrisa, le di un último apretón en el abrazo y me fui corriendo a la habitación de Shoto.

-Me han dicho que por aquí está esperando un heterocromático- abrí más la puerta ya que esta estaba entre abierta.

Pude ver como Shoto se levantaba más rápido de lo que había visto nunca y se dirigía hacia donde yo estaba, cerró la puerta detrás de mi y juntó sus labios con los míos en un beso desesperado.

-Me habías preocupado, no sabía donde estabas- se separó un poco para poder hablar.

-A mi también me pilló por sorpresa, fue muy repenti- Shoto volvió a juntar nuestros labios y un intenso beso.

Me asusté al sentir unas manos subiendo por mi cuerpo, una se quedó en mi cintura y la otra subió hasta mi cuello, al principio me lo pensé bastante, me recordaba de alguna manera a lo que había pasado con mi padre y parece que Shoto se dio cuenta.

-No haré nada que no quieras...- subió mi mentón con una de sus manos.

Miré esos ojos heterocromáticos que tanto me gustaban y que tanto caracterizaban a la persona que quería, reflejaban honestidad y tranquilidad, una tranquilidad que consiguió pasarme. Yo puse mis manos por detrás de su cabeza y la empuje hasta que nuestros labios se juntaron de nuevo.

Me llevó a la cama y me tiró poniéndose él encima de mi, ahora sus manos intentaban pasar por debajo de mi camisa, las mías intentaban lo mismo, quería sentir su cuerpo más de cerca y parecía que él tenía el mismo deseo.

Paró de besarme y intentó quitarme la camisa.

-Shoto- lo paré- las cicatrices...

-Eso no va a hacer que deje de admirarte, todo tu cuerpo me gusta, sin importar las cicatrices que tengas o el porqué están ahí, ya que a partir de ahora me aseguraré de que no haya más.

En ese momento le di una mirada de aprobación la cual pilló en seguida y me quitó la camiseta, sus besos empezaron a bajar dejando algunas marcas por el cuello y la clavícula. Poco después me quitó el sujetador dejando mi pecho al descubierto. No me parecía justo ser la única semi desnuda y decidí que era hora de que mi pareja se quitase alguna prenda, puse mis manos en el bajo de la camiseta del semi alvino y tiré hacia arriba para quitársela.

A los dos nos faltaba la parte de arriba, tenía pensado tener la iniciativa y quitar primero su parte de abajo pero el fue más rápido cuando una de sus manos pasó por debajo de la falda del uniforme que llevaba y empezaba a acariciar toda esa parte provocando que se escuchasen algunos suspiros y gemidos de mi parte.

Quitó mi falda y por último mis bragas dejándome completamente desnuda. Dejó de acariciar y empezó a meter un dedo, lo cual me sacó un gemido.

-No pensé que me podía gustar incluso aún más tu voz.

Empezó a simular embestidas con su dedo hasta que metió otro preparándome para lo que venía. Shoto se quitó los pantalones y su ropa interior dejándome ver todo.

-Abre ese cajón.

Señaló un cajón que había al lado de su cama, rebusqué con la mano y sentí un paquete, cuando lo saqué descubrí lo que era y se lo di.

Se puso el condón con cuidado y se acercó a mi. Me miró a los ojos y empezó a besarme mientras entraba en mí, mi respiración empezó a ser más irregular y cuando no teníamos nuestros labios pegados los gemidos eran realmente sonoros.

Por lo poco que se podía escuchar y la cara que ponía se notaba que Shoto también estaba disfrutando de aquella experiencia, y se notó aún más cuando empezó a subir el ritmo de sus movimientos haciendo que yo llegase a mi límite, después de unas pocas estocadas más él llegó al suyo y se dejo caer encima de mi pecho.

Aún con la respiración agitada de di un corto beso en la frente, el solo se levantó y salió de mí, me dio una camisa suya la cual me quedaría grande.

-Hoy te quedas conmigo.

-Eso tenía planeado.

Fui al baño para darme una ducha rápida.

-Una pregunta, ¿de dónde has sacado los condones?

-Me los dio mi hermano cuando se enteró de que me gustaba una chica y que estaba saliendo con ella, me dijo que prefería esperar a tener sobrinos.

Me reí por ese último comentario, y le agradecí internamente a su hermano por lo que había hecho.

-¿Que tal si dormimos ya?- solo asentí para tirarme encima suya ya acurrucarme a su lado. 

Mitad (Todoroki×lectora) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora