Parte 39

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-Todo bien, no debes preocuparte por mi- era más que mentira ya que se podía ver como mi sangre empezaba a resbalarse por mi piel.

Ume asintió no muy convencida pero decidió darse la vuelta, la situación no era la mejor y por eso la imagen que daban en ese momento no era agradable.

No sabía que hora era, pero estaba segura que habían pasado mínimo tres horas ya que sus hilos me habían cortado seis veces antes de que nuestro padre llegase.

-Parece que los héroes han descubierto a esa niña... se ha encontrado con uno de tu clase- andaba lentamente hasta llegar a donde yo estaba para tocar mi pelo- el de pelo verde que siempre esta metido en todo... una pena que no sepa nada sobre tu paradero, seguro que no le dijiste nada a nadie.

Desgraciadamente para mi lo que había dicho ese hombre era verdad, el único que podía llegar a saber algo estaba encerrado entre rejas sin oportunidad de comunicación con el exterior, y todo se volvía mucho más gracioso cuando recordaba que el héroe a mi cargo era Endeavor...

Estaba jodida, más jodida que nunca.

-Dime una cosa inútil- se giró para halar con mi hermana- ¿tu preciada hermana ha hecho algo de ruido?

Rápidamente Ume negó con la cabeza para no meterse en ningún lio ni para hacerme las cosas más difíciles a mi.

-Ya veo... buena chica- pasó su mano por mi cara suavemente- ¿qué podría hacer a continuación..?- su mirada se dirigía continuamente a la mesa donde estaba todo lo que necesitaría- quiero reservarme un poco para continuar lo que dejamos a medias la última vez... pero creo que podemos probar con esto...- tomó una especie de látigo con pinchos- y para hacerlo más interesante...- empezó a calentar los pinchos con fuego- ¿lista?

Estaba segura de que se podía ver perfectamente el miedo en mi mirada, algo que a él le encantaba y hacía que no necesitase ninguna respuesta verbal por mi parte.
Sentí como se aflojaban poco a poco los hilos que rodeaban mis muñecas y mis tobillos, pero saber lo que venía a continuación no mejoraba la situación.

Tomó impulso llevando su brazo hacia atrás y ríspidamente lo movió hacia delante haciendo contacto con mi torso rompiendo mi ropa y sacándome un grito de dolor. Miré hacia abajo y pude ver mi piel sangrando debido a que los pinchos se habían clavado y habían rasgado mi piel.

-No deberías ser tu quién llore sino tu hermana, ten en cuenta que ella está a aquí porque no fuiste capaz de defenderte.

-¡Cállate! no es nada como eso, si yo estoy aquí es porque he tomado esa decisión, no la eches la culpa, y menos cuando solo tú eres el culpable.

-Te crees mucho...- el látigo volvió a impactar con mi piel, esta vez contra mi pecho.

Siguió durante tanto tiempo que ya no sentía ninguna parte de mi cuerpo y lo único que escuchaba aparte del látigo chocando contra mi piel era el llanto de mi hermana.

-Sabes... ya llevas casi dos días fuera y no parece que Endeavor te busque...- se alejó de mi para acercarse a la mesa donde estaban el resto de cosas- es gracioso ver como no le importas aún siendo la novia de su hijo...

Todo lo que decía era cierto y eso era lo que más dolía, nadie parecía haberse preocupado por mi. Quería contestarle, dejarlo mal pero no era capaz de articular palabra después de lo que me había hecho, mi voz no salía por mucho que quisiese. 

Después de ese momento ya no recuerdo nada más, mi vista se nubló y poco después todo se puso negro.


Unos gritos seguidos de palabras de súplicas me despertaron, no sabía cuanto tiempo llevaba inconsciente, pero nada más despertar ya sabía que esos gritos no serían nada bueno.
Abrí los ojos poco a poco ya que todavía estaba algo mareada y tampoco era capaz de ajustarme a la luz de la habitación.

-¡Como la pongas un dedo más encima te juro que te mato!- la imagen de mi padre torturando a mi hermana me pilló desprevenida, pero tampoco me callaría y le dejaría seguir con esa tortura.

-Con algo tenía que divertirme después de que no te despertases en dos días... no es mi culpa, no deberías haberte quedado inconsciente.

Cuando escuché que había estado dos días inconsciente entré en pánico, no sabía de lo que mi padre habría sido capaz y tampoco quería imaginármelo. Miré a mi hermana desesperada pero pude ver que tampoco tenía tantas heridas como me esperaba, el problema sería el factor psicológico... de eso ya me ocuparía una vez ambas estuviésemos fuera de este sitio.

-Ahora que estás despierta me encantaría retomar lo que interrumpió tu compañero... será mucho más entretenido que ella- dejó a mi hermana a un lado para centrarse en mi- apenas la tocas se derrumba... es aburrida, no como su hermana, tú lo haces mejor, ya sabes como funciona esto... volveré en un par de horas... deberías prepararte mentalmente.

Tragué en seco y en cuanto dejé de ver la silueta de mi padre dirigí mi mirada a mi hermana.

-¡¿Qué te ha hecho?!

La mirada de Ume apuntaba hacia abajo, sus muñecas sangraban debido a los hilos del quirk de nuestro padre y todavía podía escuchar como lloraba.

-No ha hecho mucho- su voz se entrecortaba por el llanto- no ha usado nada, todo lo ha hecho con sus puños- parecía que recordarlo solo la hacía sentir peor. Entendía bien el sentimiento ya que yo también sufrí eso por primera vez.






La preparación de la recuperación del examen de las licencias provisionales iba bastante bien, apenas quedaban un par de horas para que nos enfrentásemos a la última prueba pero estaba muy confiado, sabía que mi padre vendría a verme, y con suerte ___ también aparecería por allí.

Nos pusieron a jugar con niños pequeños bastante difíciles de tratar , pero con un poco de paciencia e inventando juegos resultó bastante fácil. Durante el examen no dejaba de mirar las gradas pero solo veía a mi padre, no había rastro de ___.

-Shoto, tengo que contarte una cosa, quería esperar hasta que terminase tu examen y obtuvieras la licencia.

-¿Qué ha pasado viejo?

-___ a desaparecido y no hay rastro de ella.

¿En qué momento había pasado eso?

Mitad (Todoroki×lectora) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora