la once

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Narra Akemi

Salgo de la sala más avergonzada que la chucha dejando al Draken y al Kazutora solos.

Me meto a la sala de al lado para arreglarme un poco porque sé que tengo el pelo pa la caga y mi ropa también. Me miro al espejo que tiene la sala y sigo roja.

Estuve tan cerca de terminar por la chucha.

Cuando estoy a punto de salir, escucho al Kazutora gritarle una wea al Draken y quedo pal pico.

<<pa olvidarte de la Emma>>

¿Esperen como?

Osea este otro me usó y se acercó solo pa olvidarse de mi amiga, sabiendo que con cuea cacho su historia... HIJO DE PUTA

QUE RABIA Y YO COMO WEONA PENSANDO QUE SERIAMOS AMIGOS.

Ya va a ver este pelao culiao que conmigo y con mi amiga no, chuchetumare.

Veo al Kazutora irse y luego me escabullo sin que el rubio me vea. Voy directo al comedor y ahí está mi amiga que me reta con la mirada por demorarme.

— ¿Y tu comida? —conchetumare se me olvidó entre tanto webeo. Tocó mentir noma.

— Se me quedó en la casa.

— ¿Y tanto te demoraste pa darte cuenta? —alza una ceja— me teniai preocupa, tonta.

— Tranqui, si toi bien —le robo jugo de su vaso— ¿vamos al cine más rato? yo invito.

— No puedo, tengo que hacer un trabajo —hace pucheros— mi profe de química me odia.

Me quedo conversando con ella sobre su trabajo, quizás puedo ayudarle en algo si taaaan mal no me iba el año el pasado.

Tocan para entrar y vuelvo a la sala, queda esta última clase y por fin me voy pa mi casa. No están ni mi hermano ni mi abuela porque se fueron al sur a ver a no sé qué familiar lejano, así que estaré tranquila.

Pasa rápido la hora de matemáticas y agarro mis cosas pa salir. En la salida quedo colgando al ver a mi mamá bajando de su auto.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto mientras me acerco— ¿no teni que trabajar?

— Sí pero me escapé en hora de almuerzo pa algo chiquitito —mira detrás de mi— ¡Kazutora, mi niño! —llama al walala y la miro mal.

— Holaaa tía —la saluda y lo miro feo— ¿pa que soy bueno?

Pa cagarla.

— Vengo a invitarte a tomar oncesita porque estoy segura que mi hija no quiere que vayas a la casa y no te dice —me reta con la mirada— ¿tienes un tiempito hoy?

— Mamá dejalo tranq-

— Si po suegrita, si voy, no se preocupe —responde el teñido— ¿como a las siete le parece?

— A las siete entonces —dice mi vieja subiendose al auto— nos vemooos.

La veo irse. Estoy enoja por la chucha, no quiero que este otro vaya a mi casa y que se ponga a conversar con mi mamá, quizás que cosas le dirá a este otro.

— Voy a conocer tu casa —sonríe sarcástico.

— ¿Tai weon? no vai —alza una ceja— te inventai una excusa o qué se yo, pero no vai.

— Cuando doy mi palabra la cumplo, cuica, y le dije a tu mamá que sí voy —se encoge de hombros— nos vemos.

Se aleja caminando y lo único en lo que pienso es en que tendré que soportarlo en mi casa también, por la chucha.

prestame un lápiz [TR chilensis] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora